Cristiada permanente

Hace pocos días tiraron por la borda de una barcaza que navegaba por el Mediterráneo a muchos cristianos que querían rehacer su vida en la esperada Europa. Algunos de los culpables del asesinato colectivo han sido detenidos. Todos, victimas y culpables, ansiaban huir de su país de origen. Cualquier cosa era mejor que seguir viviendo en aquellas condiciones que solo podemos imaginar un poco. Sin embargo, unos asesinos que profesan otra religión y, solo por eso, los echaron al agua y el ahogamiento es cosa de pocos segundos o minutos, máxime si no se sabe nadar. Los católicos vivimos nuestra fe en una Iglesia perseguida. Seguimos noticias escalofriantes que provienen de muchos puntos geográficos del planeta, distantes unos de otros, que acaban resumiéndose en número de muertos y heridos y según en qué medios añaden de cristianos . No hay que sentir miedo ni sentir halago por ello, en realidad siguen persiguiendo a Cristo. También fue así al inicio del siglo XX (1926-1929) en M...