Enterrar a los muertos

Durante el mes de noviembre hemos rezado con más intensidad por los difuntos, especialmente por los de la familia y amigos. Se han renovado las flores de los cementerios y la Santa Sede ha publicado una instrucción para los fieles católicos sobre la necesidad de enterrar a los muertos. Los que se dedican a limpiar los bosques, los caminos de montaña, los fondos de los puertos marinos, entre otros lugares, ya hace tiempo que denuncian la acción contaminante de las urnas tiradas en los lugares más insospechados del mar, los campos y las montañas. Los que lo hacen, lo hacen con la mejor buena voluntad y seguramente cumpliendo el deseo del difunto. Sin embargo, no se piensa que desprenderse de las urnas tiene consecuencias medio ambientales. De forma recurrente lo hemos visto en películas, incluso como anécdotas cómicas. Recuerdo una película (pero no su nombre) que, estando la urna del difunto en la casa de los familiares, a uno de ellos se le cayó al suelo y al infortunado so