22 noviembre 2020

Un vídeo de la serie "Un sí para toda la vida"

 Mi testimonio sobre el Matrimonio católico está formado por un conjunto de
experiencias, amores y desavenencias acumulados por más de cuarenta años junto a mi marido. Se une a ello el conocimiento recibido por otros matrimonios que me han rodeado, de familiares, compañeros de trabajo, vecinos, amistades, etc. lecturas, películas y una montaña de cosas que no sabría describir en breves líneas. Y, además, haber estudiado este sacramento sagrado y su versión jurídica en las leyes civiles o humanas.

Este bagaje es maduro, vivido y estudiado. Pero ¿Qué nos dirían los jóvenes que se van a casar o apenas llevan casados y entregados un lustro?

Creo que, aunque sean jóvenes, nos pueden aportar nuevas impresiones que nos ayudarán con más luces para seguir adelante en la entrega.


Sigue el testimonio de cuatro parejas de jóvenes portuguesas:

El día ideal para la boda

16 noviembre 2020

Muertos en soledad

 Recuerdo que a finales de este octubre reciente se celebraron en Madrid varios homenajes por los ciudadanos difuntos por coronavirus en la llamada primera ola, y muy especialmente por aquellas 70 personas, aproximadamente, que murieron en Madrid y a fecha de hoy no han sido reclamadas por nadie, a pesar de los meses transcurridos y a pesar de que se sabe el nombre y apellidos de estos difuntos.

Efectivamente, son personas que murieron en soledad y que la Administración Pública se ha ocupado de darles sepultura, con la dignidad que merece toda persona, en el Cementerio Sur de Madrid. Es muy posible que estas circunstancias se hayan producido en otros lugares, pero no se les ha brindado un homenaje público.

Este mes de noviembre la Iglesia Católica lo dedica a los fieles difuntos. En cada una de las misas que celebran los sacerdotes en todo el mundo la ofrecen en sufragio de difuntos, además de las intenciones propias que se hayan aplicado. Y Gracias a Dios, que rezamos por las benditas almas del purgatorio en nuestro rosario diario.

Esto nos podría hacer reflexionar en relación a nuestras particulares circunstancias, y nos podríamos preguntar:

 ¿Sabemos dónde están enterrados nuestros antepasados? ¿Pagamos la cuota municipal para el cuidado del cementerio? ¿Nos ocupamos de tener la documentación de las sepulturas en perfecto orden? ¿Encargamos misas por las almas de los difuntos de la familia? ¿Creemos en los sufragios?

 ¿Nos ocupamos de ponernos en contacto con nuestros familiares y amistades con más intensidad ahora que este virus letal se lleva por delante a tantísima gente?

-     -  Qué tal ¿Cómo estás?

 

  Cuando empecé a escribir en este blog allá por el año 2011 no existía el movimiento laical que existe hoy en favor del matrimonio católico...