El daño del ambiente difícil

Las anécdotas y las experiencias ajenas, los ejemplos y las vivencias de otras personas nos demuestran que a la mayoría de los mortales nos ocurren cosas similares, cualquiera que sea nuestra condición, estado o vocación, de tal manera que llevadas al terreno propio, el de cada uno, nos ayudan a salir de un problema o de un embrollo, con más o menos paz según y cómo la hayamos afrontado. Una anécdota como la que sigue, siendo curiosa y simpática, sobre todo como la describe su autor, haciéndonos sonreír, puede sernos útil en algún momento. Trata de un flamante y guapo alférez y su nuevo caballo*: “En cierta ocasión -cuenta un amigo sacerdote-, hace ya muchos años estaba pasando una corta temporada de prácticas militares en el pueblo más alto de Navarra. Estas prácticas las hacíamos aprovechando la pausa de nuestros estudios. Recuerdo cuando estaba yo en aquel pueblecito llamado Abaurrea, se presentó allí un alférez nuevo, flamante. Se presentaba al jefe para que le dijera a qu