17 mayo 2020

El Cuento Chino de Jackie Chan


En la globalización, el exotismo del Oriente se ha desvanecido. Los manjares de los países más orientales los encontramos a la vuelta de la esquina de nuestra casa, y han dejado de ser manjares para pasar a ser, en algunos casos, repugnantes, porque en nuestra retina se nos ha quedado el guiso de murciélago al curry que contiene el Covid 19 y el cerdo con SARS en caldo. Así que volvemos a la dieta mediterránea, que es de confianza y más sana en todos los sentidos, pero también si cumplimos las normas sanitarias adecuadas para cocinar.

No obstante, hay quien se resiste y nos explica Cuentos Chinos de nunca acabar, llenos de vuelos de ninfas y dragones voladores, y de benefactores que combaten para destruir el mal, el Yin y el Yan para conseguir el equilibrio.

Recuerdo que era común en la conversación de hace cincuenta años, decirle a quien sea que explicase algo inverosímil que aquella historia, noticia o referencia se trataba de un cuento chino porque parecía poco menos que fantasioso.

En este blog creo haber hecho referencia al ballet maravilloso SHEN YU, en cuyos espectáculos se representan cuentos chinos de la época imperial china o creados dentro de imaginaciones asombrosas. Pero lo que ha sido sorprendente, es una de las películas recientes de JACKIE CHAN. Este actor y director chino, de Hong Kong, que nos tiene habituados a películas de buenos y malos, de ladrones y policías, y de grandes acrobacias de artes marciales, en este film se ha traslado a un mundo de fantasías, de colores, de bellezas de cuento, de montañas colgantes, de almas que vagan porque son demonios que no quieren serlo, de amor, mucho amor, y de ¡nunca acabar!, pues cuando tu le ves el fin, el cuento prosigue. Me refiero a EL CABALLERO DE LAS SOMBRAS (2019)

¡No os la perdáis ¡Es para toda la familia, hasta los más pequeños se quedarán absortos!

07 mayo 2020

Desde casa limpiamos el planeta

Nos está sorprendiendo la naturaleza, en estas semanas de confinamiento, cómo ha rebrotado de una manera espectacular. Los que llevan los cálculos y datos nos han dicho que la polución ha bajado en un 60% aproximadamente en nuestro país. En este tiempo, hemos visto como han campado a su aire muchos animales semisalvajes y salvajes por nuestras ciudades y pueblos. Y aunque se haya iniciado la desescalada, en sus diversas fases, muchos desearíamos que esa limpieza del aire se conservase al máximo.

Téngase en cuenta que la polución que generaban los miles de vuelos que despegaban y aterrizaban hasta que se cerró el espacio aéreo, era superior a la de los vehículos a motor de gasolina y gasoil. Por eso el aire está tan limpio y huele todo de otra manera. Esto es muy significativo.

Y es curioso como aquella niña, Gretta se llama, que los medios de comunicación nos la presentaron como la salvadora del planeta, ahora se le ha acabado su discurso pues el planeta se está limpiando, pero no con sus métodos sino con otros, ciertamente extraños, como son la pandemia del Covid19. A los papás de esta niña, que la utilizaron hasta que se escondió, se les ha acabado el negocio.

No obstante, los ciudadanos de a pie, podemos seguir vaciando nuestros hogares de objetos de plástico, adquiriendo, cuando sea necesario, productos elaborados con otros materiales; hemos de seguir limpiando a fondo nuestros hogares, puestos de trabajo, empresas, espacios libres y mantenerlos libres de polvo y miserias. La limpieza es aliada de la salud, propia y ajena. Y la prevención también.

Ahora ya lo sabemos, la naturaleza es muy agradecida a los gestos limpios que hagamos para salvar el planeta, trocito a trocito, empezando por nuestro hogar. De paso, aprovecharemos el tiempo al quedarnos en casa, pues todavía nos queda por practicar un buen tramo de paciencia para poder disfrutar de unas vacaciones de campo y playa.


A modo de apunte, véase en la foto de la Plaza de San Pedro del Vaticano, que hasta hace pocos días se mantenía cerrada al público, cómo han salido las plantas por las ranuras de las grandes piedras que recubren el suelo. Esta curiosidad se la agradecemos a nuestro amigo arqueólogo D. Javier, que vive en Roma, y que ha tenido la amabilidad de enviársela a mi marido.