Nos hemos manifestado a favor de la feminidad, mostrada
de aquella manera que preserve nuestro pudor y respete el pudor de los demás, aunque
lo hayan perdido. Es por ello que estamos a favor de ir con bañador completo en
las playas, piscinas, y otros lugares, como la cubierta de un barco, un
crucero, la vera de un río, la terraza de casa, el terrado de los apartamentos,
etc. A nosotros no nos interesan los lugares nudistas de ningún tipo, pues
conservamos ese pudor propio de nuestros antepasados más lejanos que han
cubierto el cuerpo de forma natural, sobre todo delante de los demás, aunque
sean familiares directos.
Por otra parte, en tiempos de calor o de oleadas de calor
no es lo más conveniente para nuestra piel ir desnudo o cubrir nuestro cuerpo
con ropa minimalista. Me refiero a ir con bragas de ropa tejana y una camiseta
que se resume en dos tirantes cruzados, por ejemplo. No es lo más adecuado para
nuestra piel. Los efectos del sol y las quemaduras solares no desaparecen
nunca, es decir, nuestra piel tiene memoria. Las consecuencias las pueden
explicar los dermatólogos que ven cada día más alteraciones malignas en la
piel. Por otro lado, los efectos de tomar el sol también pueden ser buenos pues
nos producen vitaminas que hacen consolidar el calcio en nuestros huesos, pero
solo es recomendable una expuesta solar al día de ¡¡10 minutos!!
Así que cada año por estas fechas me lanzo a promover los
bañadores enteros, los pareos, las pamelas, las cremas y aceites protectores,
las cremas hidratantes para después del baño solar, la ingestión de más agua y refrescos
de lo habitual… las sombrillas, los sombreros, las gafas de sol, las graduadas
también, es decir todo aquello que es bueno para la familia y para todos.
Y para el bien de la Casa Común, hemos de recoger todos
los desperdicios que generemos de los almuerzos, meriendas, aperitivos, potes
de cremas acabados, sandalias rotas, tabaco, pañales de los niños, tampones de
mujer, bolsas de plástico, envoltorios de los helados, los polos, los
bocadillos, etc. y llevarlo a las papeleras o puntos de reciclaje.
Por eso para
vigilar nuestra salud física y nuestra imaginación,
PLAYAS TEXTILES
¡POR FAVOR!