El mejor colega, el marido

Mi amiga Mireya, a la vuelta de un funeral de una compañera de profesión que murió de repente a punto de jubilarse, se mantuvo pensativa. Nos fuimos a tomar un café con hielo, hacía mucho calor. Apenas articuló palabra. No le dije nada, pero a los dos sorbos refrescantes, como un torbellino empezó una especie de monólogo. La dejé hablar. ¿No te ha ocurrido que en la fase más negativa del día, piensas que te ha tocado vivir en el peor de los momentos de la historia de la humanidad? cómo lo de hoy, ¡no hay nada peor!; ¡qué vaya época nos ha tocado vivir! En esa tesitura negativa, cuántos refranes o frases populares nos vienen a la cabeza, desde la más antigua a la más moderna, expresiones como: “cualquier tiempo pasado fue mejor”, “cómo está el mundo Facundo”, “adónde iremos a parar” y “esto no hay quien lo pare”, o “¡qué fuerte! tío”. Pero no son más que la primera prueba de que estas cosas han ocurrido siempre. Y esto podemos aplicarlo muy fácilment...