12 marzo 2023

Los milagros de la vocación

 El milagro del Padre Stu es el título de la nueva película que vamos a comentar hoy, que es para todos los públicos especialmente para aquellos niños y niñas que ya han hecho la Primera Comunión o la van a hacer en esta próxima Pascua.


El título original es PADRE STU (Father Stu, USA 2022). Está basada en hechos reales no muy lejanos pues todavía viven personas que lo conocieron. Nos podemos hacer cargo de la situación familiar pues sus padres vivían peleados constantemente y el hijo de ambos no podía ser un hijo modélico, sino conflictivo, soñador, sin principios ni proyectos firmes. Era simpático y mal hablado o simplemente utilizaba muchos tacos para hablar. Su último sueño fue ser cantante muy conocido y apreciado por toda la industria de Hollywood. Y allí se fue.

Pero Dios hace las cosas a su manera y nos llama para sí mismo de las formas más insospechadas. De esta manera peculiar y solo para él, Dios le hizo ver a Stuart su llamada al sacerdocio.

En las diferentes webs que he consultado los críticos demuestran su ignorancia en temas tan amplios como la fe, la vocación entendida ésta como la llamada de Dios al sacerdocio o al matrimonio o al celibato apostólico como laico, a la vida consagrada, etc. Los comentarios criticones no ven claro que Dios se pueda manifestar de la manera que lo hace con Stu así como de otras personas que siguen a Dios. No se trata de hacer petar un castillo de fuegos artificiales cuando esa llamada se produce, ni para eso Dios te hace levitar y salir por los aires cual Mary Poppins con su paraguas. Dios nos llama a cada uno, y a Stu lo hizo a través de su corazón, curándolo de los pecados cometidos. A pesar de sus dificultades físicas, Stuart fue feliz hasta su último suspiro.

Refiriéndonos al título utilizado en España, lo de Milagro se refiere a la conversión católica, pues todo Hijo Pródigo es un milagro. Los conocidos Mark Wahlberg, Mel Gibson y Malcolm McDowell bordan sus guiones, entre un elenco bastante amplio.

¡No os la perdáis!