¡Benditas vacaciones! Todo el año siguiendo las noticias de las diversas crisis de la hotelería y de la restauración, y ahora están saliendo los billetes y las tarjetas de crédito por todas partes para pagar estancias, cenas, aperitivos y lo que apetezca. Los transportes ferroviarios llenos y muchos. Y no digamos lo que ha subido la gasolina y la luz, pero ahí estamos tumbados en la playa o en una fuente urbana. Las montañas mejor no tocarlas que por solo aparcar el coche el propio calor del motor puede provocar un incendio en los matojos cercanos, tal es el calor del ambiente y la superficie que puede producirse una combustión por contacto.
Así
que nuestra mejor opción ha sido pasear las olas por las playas tarraconenses,
y zambullirse por supuesto. Y en ese paseo pensando, rezando el rosario,
desgranando avemarías, ofreciendo, he visto que está triunfando el sentido
común y solearse con el pecho al aire ya es lo que se ve menos. En este blog,
en veranos anteriores, hemos escrito sobre el pudor y la feminidad de los
complementos playeros, así como la tendencia del cáncer de piel por la suma de
bronceados en nuestra piel. La piel tiene memoria, y sabe sumar las horas de
exposición a los rayos dañinos sin suficiente protección. Y creo que ya se sabe
suficientemente.
Pero
siempre hay quien quiere lucir cuerpo, y este año han predominado los tangas y
por tanto los glúteos al aire. Parece que tendremos que seguir escribiendo
sobre este tema en los próximos ferragostos.
Sin
embargo, sí que ya hemos visto niños y niñas con bañadores completos y
camisetas repelentes al calor y a los rayos solares. Y la tontería de niños y
niñas desnudos porque no pasa nada. Esperemos que siga la información
adelante, pues en la arena hay hongos y la piel sin protección se puede contaminar.
A
pesar de todas las advertencias, también hay que decir que es un placer pasear
las olas, revolcarse con el mar (con mucha precaución) y dejarse mecer con ese batido
constante y diferente que, sin parar desde su creación, nos ofrecen las olas
del mar en cualquier costa del mundo. Además, es una experiencia refrescante
para toda la familia y un divertimento muy agradecido.
Pero
¡Alerta! Seguimos en pandemia por el Covid19, se siguen contagiando miles de
personas, aquí y en todo el planeta. Los cuatro millones de muertos y los
doscientos millones de contagiados, son cifras en alza. No es baladí. El dinero
corre, pero el virus también, el sentido común ha de aplicarse, pensar un
momento o varias horas nos conviene a todos. Luego actuar.
¡Felices
vacaciones! Sin olvidarnos de rezar, en bañador y pamela también no está
esperando Dios.
Felicidades
a todas las Marías, Mireyas, Mireias y Marianos en el día glorioso de la
Asunción de la Virgen Santísima a los Cielos.