24 agosto 2011

El Nido del Aguila

Los colaboradores de Hitler y miembros de su partido, que gustaban con ansia y delirio de sus actos de crueldad, quisieron complacer  al dictador en su cincuenta aniversario, con un salón de té en lo alto de unas de las grandes montañas de los Alpes. Es sabido que Hitler no bebía, ni fumaba, era vegetariano, y tremendamente escrupuloso en sus relaciones sexuales, así qué cosa mejor que regalarle una casita para tomar el té. Hacia el sureste de Munich (München), muy cerca de la frontera con Austria, a unos 80 Km. de la bella ciudad de Salzburg, por un desvío de la autopista A8 se llega a Bertchesgaden. Emprendimos la subida desde la referida población en un autocar de línea, hasta una zona de servicios para turistas con los mejores souvenirs alemanes y un aparcamiento. En las fechas de la construcción de la casita era un lugar donde los miembros del partido se corrían sus juergas, vicios y demás tropelías, y dónde muy probablemente planificaban sus crímenes y horrores.

Desde allí se sigue el ascenso en autocar, con la máxima puntualidad, orden y asiento asegurado, por una carretera estrecha, muy empinada y con un desnivel del 27%. Las vistas y panorámicas son magníficas, las nieves perpetuas, las cumbres por debajo de tus pies, la belleza natural sin fin complace a todos, a pequeños y mayores, al más exigente y solitario viajero y también a familias enteras. Se llega al último tramo; los pasajeros hemos se seguir la subida andando. Pasamos por un túnel, frío, de 124 mts. de largo; se llega a un vestíbulo circular y de repente se abren las puertas de un ascensor dorado, totalmente brillante. Te sobrecoges. Asciende rápidamente 124 mts exactamente (igual que el túnel), en él cabemos entre 15 y 20 personas. Se dice que en el regalo original lo dorado era un recubrimiento de oro. Por fin, se toca la cima de la montaña, del ascensor se accede directamente al salón de té, al Nido del Águila, hoy convertido en un agradable restaurante.

A primeros de mayo de 1945, antes de la redición, la 101 Aerotransportada de las tropas aliadas americanas ocupó aquel lugar y lo llamó Eagles Nest, y se mantuvo bajo el dominio aliado por un tiempo. Años después, la bella población  bávara de Bertchesgaden  ofrece al turista y visitante la visita de aquellos parajes como lugares de ocio, para familias, grupos, y personas que quieran vivir una excursión bien organizada. Allí no solo se puede tomar el té, sino también se puede almorzar los platos típicos de Baviera, y con suerte brocearse con el sol de los Alpes.

Gracias a Dios, se colocó en lo alto de la cima una gran Cruz de palo,  con la única flor que nace en los puntos más altos de aquellas montañas, en son de paz y sacrificio, pues habiendo sido el infierno ha sobreabundado mucho bien para los alemanes y para gente de todo el mundo.