29 enero 2012

Comportamientos inadecuados

He leído los comentarios y las críticas que los medios han disparado contra el Arzobispo de la diócesis de Tarragona, Dr. Jaume Pujol Balcells, a raíz de una entrevista que le realizó la cadena catalana de televisión pública (TV3). Cuando un pastor de la Iglesia Católica habla siempre hay un periodista o más, y entidades sociales por supuesto, que le son divergentes por definición. Por lo tanto felicito al Arzobispo por su valentía en dejarse entrevistar, aún y a sabiendas que saldría trasquilado. Debió pensar en positivo, es decir, es la ocasión para dar doctrina, tanto si ésta gusta como si no gusta, porque en cuestión de doctrina la cosa no va de gustos, es lo que es.

Para los que no han seguido la noticia, al Arzobispo le preguntaron sobre el colectivo de gais y lesbianas, cómo no!, pregunta recurrente, cara a la galería nada más. El Arzobispo nos recordó que son hijos de Dios y que como tales merecen el respecto de todo ser humano, pero señalando que sus comportamientos son inadecuados. No se si le preguntaron por qué son inadecuados, la cosa es que a partir de ahí lo echaron a los leones, con el pulgar hacia abajo. Yo añado: son inadecuados los comportamientos derivados de la sexualidad porqué no están en el orden del querer de Dios, cosa que significa que Dios creó al hombre y a la mujer para someter al mundo, creciendo y multiplicándose. Por lo demás todos y cada uno de nosotros somos capaces de realizar peores actos inadecuados que los de la sexualidad mal entendida, tanto si somos o no gais o lesbianas, pues la peor ofensa a Dios no es la de la sexualidad en la dirección contraria a la que Dios nos indica sino la soberbia, es decir la de rechazarle, escupirle o no querer para nada que forme parte de nuestras vidas.

También indicó el Dr. Pujol Balcells, pero a su vez quedándose en la primera frase de todo lo que es capaz de decir, y lo digo con conocimiento, es que la mujer-esposa ha de cuidar a su marido como al niño pequeño de la familia. Digo yo que eso es poquísimo, a tu marido lo has de querer entero, sano, enfermo, guapo, feo, gordo, inútil, cachas, amoroso… en fin todo, su cuerpo, su alma y su corazón.

Así que,  estimado Arzobispo, reciba mi apoyo que aquí no pasa nada, los periodistas siempre hacen (o hacemos) ruido. Y lo mismo que usted hizo, yo también pido perdón por si he molestado a alguien en todo o en parte de lo que he escrito.