14 mayo 2024

El Matrimonio no se valora en euros ni se mide por años

 No se valora en euros pues la entrega y el compromiso que se intercambian los esposos son bienes intangibles, como tampoco se puede medir por el tiempo pues por muchos años de matrimonio y sus consecuencias, no es verlas pasar por encima como si nada pasara, pues el Matrimonio no es una trinchera de guerra en el cual lo que toca es resistir.

De las primeras cosas que hizo Jesús al iniciar su vida pública de tres años, fue participar en una boda. Su participación es un signo eficaz de la presencia de Cristo para los cónyuges. El Papa san Juan Pablo II nos dijo que el Matrimonio es un signo de bondad de Dios, algo natural para todas las personas.

No es un signo social: Es una vocación para cada uno de los cónyuges para toda la vida de cada uno de ellos, un signo sagrado que invade el alma de los esposos constituyendo un altar divino. Por ello los esposos se deben hacer santos: El matrimonio es el camino para llegar al cielo. De ahí viene la grandeza del Sacramento del Matrimonio. Tiene una consideración grande para Dios.

Al estar Jesús en esa boda, en Caná de Galilea, nos dice también que Dios el Matrimonio lo ha visto bueno para nosotros, y muy bueno para santificarnos. Su fruto es la familia, por ello hay que darle gracias a Dios por haber nacido en una familia. No es extraño que la Iglesia se recree en el pesebre donde nació Jesús pues estaba en familia. Con la gracia de Dios construiremos a crear un lugar luminoso y alegre, poniendo todos de su parte, siendo el reflejo de la Santísima Trinidad.

Fe y esperanza en nuestra Madre santa María, que en este mes de mayo seguimos celebrando el mes dedicado a Ella. Al rezar, invocándola, se vence el egoísmo y la soberbia. No hay que ser protagonistas de nuestra vida.

Hay que vivir pensando en los demás, pedir perdón, saber escuchar, con sosiego se han formular los problemas. La caridad nos hará sonreír y pasar por alto cosas sin importancia, que las hay. Poner un gran amor en los pequeños servicios a los demás. El Señor nos quiere en esa familia, y pedirle a Dios ayuda para superar esas chipas de los cortacircuitos, y al Espíritu Santo consejo para saber sobreponernos.

Vivir el matrimonio de acuerdo con la fe cristiana. Y que queráis de veras a vuestros hijos. Nadie dice que es fácil, y el que lo diga se equivoca. Los cónyuges, hombre y mujer son una sola-carne de cuerpo y espíritu.

Una familia unida es la mejor manera de transmitir la verdad de Cristo, se produce el misterio de la Iglesia desde Aquila y Priscila, esposos y mártires, hasta nuestros tiempos, siendo sembradores de paz y alegría. En Cana de Galilea, intercedió nuestra Madre para resolver un problema importante de tipo doméstico. Acudamos a Ella, siempre, no nos sentiremos defraudados.