22 mayo 2024

Alimaña, persona de bajos sentimientos

Uno de los temas corrosivos que puede vivir una familia es la recepción de una herencia, o que esta sea impugnada o denegada. Pues al hacer testamento uno puede establecer las disposiciones que le interesen, siempre que no sean abusivas ni estén prohibidas por la ley. En este sentido, un padre puede establecer que no hereden sus hijas debido a que han descuidado su atención y cuidado, o lo han rechazado, por poner sencillos ejemplos. También una persona sin hijos puede establecer que no hereden los sobrinos, pero sí en cambio una entidad religiosa, una ONG o la vecina que lo ha estado cuidando.  


En muchos casos, personas con derecho a la herencia y que no consten en el testamento lo pueden impugnar, y el Tribunal Supremo suele sentenciar con mucha claridad. No hace mucho tiempo, cuatro hijos de un mismo padre impugnaron el testamento otorgado a favor de la segunda esposa, es decir, no era la madre de los impugnantes, alegando que las segundas nupcias se realizaron cuando el padre ya padecía alzhéimer y otorgó el testamento en dudosas condiciones mentales. Por lo tanto, no es baladí el posicionamiento de esos cuatro hermanos que acabaron ganando el pleito.

Es decir, no es poca cosa el heredar o no. Puede que alguien se sienta despreciado o simplemente el heredero legal suprimido de la herencia, reconoce que no la merecía por haber abandonado a su padre. En cada familia se generan expectativas, y se han de estudiar.

En clave de humor, pero del negro, podemos ver la película española ALIMAÑAS. En este caso se trata de dos hermanos muy distintos entre ellos, Carlos y Paco (Carlos Areces y Jordi Sánchez) que acaban unidos por la ambición de heredar un edificio propiedad de su madre, ya anciana. Con ello ambos tienen puestas todas sus esperanzas para mejorar su precaria situación económica, según relata FILM AFFINITY.

Yo diría que ALIMAÑAS es mucho más que esto, pues en dicho edificio viven una serie de personas con sus características peculiares de chafardería que lo que intentan saber es quién se quedará con la casa pues no quieren por nada del mundo irse de los pisos. A lo largo de la película se puede llegar a comprender como unos y otros podrían llegar a desear la muerte de la anciana.

En casa, mi marido y yo nos reímos muchísimo, aquí los actores y actrices sobre actúan, son cómicos de profesión y saben lo difícil que es hacer reír. El final sorprende, pero corresponde. Yo diría que no es para niños pequeños, ni nietos pequeños ni los amiguitos. Aunque no hay escenas macabras ni sexuadas, los diálogos pueden no entenderlos o crear en su mente bastantes errores.

¡Que disfrutéis!

  Cuando empecé a escribir en este blog allá por el año 2011 no existía el movimiento laical que existe hoy en favor del matrimonio católico...