Durante el mes de agosto la Iglesia Universal celebra con entusiasmo muchas fiestas y celebraciones dedicadas a Santa María. En este hemisferio Norte, con este motivo se celebran las populares Fiestas Mayores en pueblos y ciudades. Con la descristianización las fiestas son más paganas, con mucho ruido y mucho alcohol. No obstante, ahí está la fecha en el calendario litúrgico para querer un poco más a la Virgen Santísima, y quizás proponernos dulcificar nuestro carácter, que puede desatarse con tanto calor.
Y
como su intercesión es poderosa y real me voy a referir al origen de la fiesta
de la Virgen Blanca o de Nuestra Señora de las Nieves, tan popular como curiosa:
El origen, según la Enciclopedia Católica, se atribuye a la época del papado de Liberio (352 - 366) en el que se relata que un anciano y acaudalado matrimonio de la nobleza patricia de Roma que no había tenido hijos y a los que se atribuía gran caridad hacia los demás, solicitó de la Virgen María que les señalase qué debían hacer con sus bienes para garantizar el mejor uso cristiano de la herencia. La tradición católica cuenta que la Virgen se manifestó ante ellos y les indicó que, allá donde señalara, se le construyese un templo. El perfil de la iglesia fue dibujado en el suelo por una milagrosa nevada que ocurrió el 5 de agosto de 358 en lo alto del monte Esquilino. Fue entonces dedicada la Basílica de Santa Maria Maggiore. (Wikipedia)
Nevó
pues, en pleno mes de agosto en el año 358, cuando entonces hacía también un fuerte calor. Sin embargo, en este 2023 que vivimos también nevó en Alemania,
tal día como el 5 de agosto:
La
cronista del diario ABC español en Berlín publicaba: Numerosos puntos geográficos centroeuropeos
amanecen esta mañana, un 5 de agosto, cubiertos por una capa de nieve. En pleno
verano, la ciudad alemana de Reutlingen, por ejemplo, se ha sumido en el caos. La
tormenta cubrió anoche las calles del centro con una capa de granizo a la que
se sumaron después 30 centímetros de nieve.
¿Qué puede haber pasado? La respuesta de los expertos es el choque climático, el cambio climático. Hay muchas respuestas en este sentido. Pero este no es mi tema. El caso es que pueda ser que se repita, que ha nevado porque la Virgen Santísima responda a alguna cuestión que se le ha suscitado o Ella misma ha enviado una señal por la grave descristianización de Alemania, en pleno caos sinodal. Por eso ha vuelto a nevar un 5 de agosto, algo que parecía imposible en esas latitudes.
Por
la ciencia se sabe que el eje de la tierra se altera y la oscilación del
planeta puede variar de tal manera que altere de forma evidente el clima y
todas sus consecuencias. Y ahora igual. Pero no deja de sorprender que nevara en
la misma fecha, después de granizar y como preludio de una tremenda tormenta. Por
otro lado, la Virgen Santísima no es la primera vez ni la última que se
manifiesta a través de la naturaleza, giros solares, curaciones, lluvias milagrosas.
Ciertamente,
son mis especulaciones. Pero yo me lo tomo como un aviso de la Virgen Santísima
para que recemos para proteger a la Iglesia y al Papa. Y añado a las familias
porque el acaudalado matrimonio anciano y de la nobleza patricia fue
escuchado por Ella. Por último, la Basílica de Santa María la Mayor, sigue en
pie, con las reformas necesarias y es territorio vaticano.