Hoy
es Miércoles de Ceniza, hoy empieza la Cuaresma, es un tiempo de sobriedad,
conversión y alegría para los cristianos que siguen a Cristo y creen en su
Resurrección. Un tiempo para seguir la vida cotidiana del matrimonio o del
celibato con total normalidad, pero rezando un poco más. Nos invaden las noticias
de la epidemia del coronavirus llamado oficialmente Covid 19. Pero, en contrapartida,
hemos de saber vivir en manos de Dios, sin alarmas, sin miedos y haciendo caso
a las autoridades sanitarias.
San
Juan XXIII dejó escrito “Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las
circunstancias demuestren lo contrario- que la buena Providencia de Dios se
ocupa de mí, como si nadie más existiera en el mundo”.
Dentro
de cuarenta días, celebraremos el Día de Ramos, un día de aclamación a Jesús,
preludio de su Pasión y Crucifixión, dando paso a la Semana Santa. Y estos tiempos litúrgicos podrán ser motivo de explicación en nuestro apostolado habitual, pues ninguna
cosa de Dios se pierde. En familia, los podríamos vivir con las pequeñas acciones que
se nos pide, de ayuno y abstinencia en el día de hoy y el Viernes Santo, y sólo
abstinencia los viernes de Cuaresma.
Para
meditar estos días podemos leer el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2020.