Cada año
le he dedicado un post a san Jorge, y no puedo evitarlo, pues muchos pueblos y
países del mundo celebran su festividad, recordando a un santo, pues tal día
como hoy se dice que murió, pero del año 303. No fue solo un guerrero que pudo
salvar a una princesa como relatan los cuentos infantiles, sino un santo
católico y muy querido en toda la Iglesia ortodoxa del mundo, desde Belén a
Inglaterra pasando por tantos países de Europa que celebran su patronaje. Pero
como también es el Día Internacional del Libro, iremos a comprar libros y rosas
para intercambiarlos con nuestro esposo (o esposa, según el caso), por ejemplo.
Habremos de ser selectivos pues lo mismo que se cataloga algunos programas de
televisión de telebasura también puede ocurrir con algunos libros de
autoayuda, de crítica política, de autobombo o de historias mal contadas.
Deberíamos
vigilar qué compramos o qué regalamos, pues si un plato de marisco en mal
estado nos puede suponer una gastroenteritis, un libro que promueva descartar a
la mitad de la población porque sea tóxica, nos puede crear un
egocentrismo que haga vomitar a los que tengamos a nuestro lado.
Así que ¡Feliz
día del libro y la rosa! Vale la pena salir a pasear con la persona que más
queremos, regalarnos flores, pues no contaminan, y si no se puede comprar un
libro, no pasa nada. Siempre podemos releer a los clásicos y al mismo
Shakespeare, de cuyos versos nada se desprecia.