Cuando
tenía veinte y tantos años conocí a una mujer en un movimiento feminista.
Se alardeaba de haber viajado a Londres para abortar, pues en España el aborto
estaba penalizado con la
cárcel. En aquellas fechas en España se utilizaba el garrote
vil para eliminar a insurrectos al régimen fascista. Es decir, por un lado se
protegía la vida, y por otro se arrebataba. La mujer había viajado a Londres siete veces con el mismo fin.
Entonces yo todavía no era madre, pero era feminista, creía en que se había de
luchar a favor de la liberación de la mujer en tanto que la mujer tenía derecho a poder
estudiar y trabajar sin necesidad de pelearse con los padres para conseguirlo; o
comprar o vender sin necesidad de la autorización del esposo, y cosas por el
estilo, de derecho común y laboral. También me insurreccionaba que la mujer
fuera tratada como un objeto de deseo sexual en la publicidad, el cine, la
televisión y otros medios.
También
me parecía aberrante que para no ser madre pero sin abstenerse de tirarse a un
hombre por encima, se había de resolver el conflicto yendo a Londres a abortar. ¿No
podía haber soluciones menos traumáticas? A pesar de mis comentarios, aquella
mujer me dio la dirección de la clínica de Londres donde muchas mujeres
españolas iban los fines de semana a que les reventaran la matriz. Un día rompí, sin haberla utilizado ni para mi ni para nadie, aquella agenda donde había acumulado direcciones y datos que olían a muerte. No
se qué se hizo de aquella mujer, si fue o no más veces a Londres, y qué piensa
hoy al saber que cada aborto es un hijo menos suyo a cambio de ¿qué? me
pregunto. ¿La vida de un hijo vale el placer que te da un hombre, a veces? La
mujer no se libera porque pueda abortar y aborte, ni tampoco el aborto libera al
padre de aquel hijo. Nadie se libera de un acto cruento así. La libertad no
viene del aborto, la libertad viene de la Verdad, y la verdad es Dios, y Él es
el que da las luces y las alas para sentirte libre.
Este
domingo 29 de diciembre de 2013 se celebra el Día de la Sagrada Familia ,
Jesús María y José, es un día para ayudar a mujeres y a hombres a que, de verdad, se sientan
libres, porque lo somos.