Cuando un hijo se va a casar te sobreviene
la familia política y como tal no la has escogido, por ello con estos nuevos e
importantes familiares, hay que esforzarse en amabilidad y en amor por el bien
de nuestros hijos.
Respecto de los hijos, es algo más difícil, porque no dejan
de ser hijos aunque se casen, por eso hay que pisar el freno e ir a la
velocidad de Zona 30 como si estuviéramos en el casco antiguo
de una ciudad.
Duele en el corazón muchas de las cosas que se van a
proponer a continuación. Después de llevar a la reflexión una charla que le oí a un
sacerdote de sabio criterio en estos temas, las escribí.
Mi pregunta básica era ¿Pero, qué
podemos hacer los padres en el tiempo del noviazgo y una vez casados nuestros
hijos?
1. Tener en cuenta que
todo, todo, lo que hagáis o dejéis de hacer tendrá consecuencias. Y a veces
serán muy malas y difíciles de curar aunque no hayamos tenido mala intención pues
crearán tensiones en la pareja, y en el matrimonio, si ya están casados.
2. Tener en cuenta que
el hijo o la hija, una vez casados, rompen realmente el lazo que existía con
los padres para establecer uno nuevo que no precisa del anterior.
3.
Dar a entender que estáis
disponibles, con la nevera llena, y con espacios en la agenda para ellos, así
se sentirán cómodos y les apetecerá estar con los padres y suegros.
4.
No insistir en ¿cuándo vendréis a almorzar?
5.
No insistir en ¿cuándo vendréis a vernos?
6.
No insistir en
llamar por teléfono, por favor!!!
7. Y cuando estáis con ellos...No quejarse porque
no llaman por teléfono como tú quieres
8. No quejarse porque
no vayan a almorzar o cenar a casa de sus padres como tú quieres
9. No quejarse porque
no vayan a veros como tú quieres.
10.
Y tener mucha
paciencia y humildad, y antes de que se acaben las reservas: rezar mucho y
pedírselo a la Virgen
Santísima , en la advocación que tú quieras.