Es el
título de uno de los libros de Jacques Philippe, autor de gran capacidad
pedagógica a la hora de exponer temas relativos a la vida interior de
las almas. Con sus textos aprendemos a llevar a la práctica nuestra vocación cristiana, en
la vida cotidiana y familiar, profesional, de piedad, etc...
Llamados a la vida nos adentra en esa cotidianidad, a veces compleja, porque nuestros sentimientos humanos se mezclan con la vocación de amar a Dios sobre todas las cosas que por ende nos pide aceptar la cruz de cada día, pues si Dios nos entregó a su Hijo por entero, nos pide que hagamos lo mismo, sin fisuras, sin ahorrarnos nada para nosotros, como nada le ahorró a Jesucristo en su vida mortal.
Llamados a la vida nos adentra en esa cotidianidad, a veces compleja, porque nuestros sentimientos humanos se mezclan con la vocación de amar a Dios sobre todas las cosas que por ende nos pide aceptar la cruz de cada día, pues si Dios nos entregó a su Hijo por entero, nos pide que hagamos lo mismo, sin fisuras, sin ahorrarnos nada para nosotros, como nada le ahorró a Jesucristo en su vida mortal.
Realmente Philippe escribe cosas que pensamos y parece que estemos hablando con él cuando
pone ejemplos de asuntos o cosas que a todos nos pueden ocurrir. Sobre todo en momentos difíciles una puede pensar “para qué me casé?” o “Yo no
me casé para esto!”, “Es un castigo
de Dios lo que me pasa?”, o tantas preguntas similares, y en este
pequeño libro se encuentran las respuestas. Te impela a amar a Dios mucho más,
en plena libertad, pues la llamada a la vida es en definitiva aceptar la
voluntad de Dios libremente, pero no una vez, es decir en aquel momento exultante, lleno
de belleza, en el que le dices, Dios Amado Mío, lo que Tú
quieras, cuando Tú quieras y cuando Tú quieras, sino en cada minuto de tu existencia, en cada
exhalación de tu respiración. Pero ahí está la lucha del cristiano, una
lucha feliz por y para alcanzar el cielo.