Aún en medio de la guerra, el amor y la pasión no se dan
tregua. Desde que existe la humanidad la crudeza de la guerra ha estado
presente. Por ello la fotografía* me ha atrapado, sobre todo por la cara de
felicidad de los novios y los contrastes. Las ruinas es el entorno que les
rodea en ese momento, no son nada más, pues tienen por delante una vida de
esperanza que no les permite pararse.
Esa esperanza es la misma para cada uno
de nosotros, a pesar de los problemas que tengamos, y que serán más llevaderos si
ponemos una sonrisa, en lugar de poner cara de vinagre.
Es importante que practicar el dialogo porque para peleas,
conflictos, contiendas… nos apuntamos enseguida. Hemos de empezar en el núcleo
mismo del matrimonio: escuchar y hablar, sobre todo ¡mucho sofá!, como en el noviazgo. Si se sabe dialogar en casa, se
sabrá vivir en sociedad.
*Una pareja de novios kurda haciéndose fotos junto a las
ruinas de Kobane, el pasado 23 de octubre. (© Rodi Said / Reuters - Reuters)
La Vanguardia digital de 21-12-2015