08 enero 2013

Nuestro modelo de familia


Tenemos por delante un año en blanco al que le podemos añadir un propósito más a aquellos de…. adelgazar, dejar de fumar, ahorrar un poquito, comer menos, sonreír más, estudiar chino... en definitiva mejorar. Y ese propósito es ciertamente rebelde pues proponer como modelo de familia la de Nazaret no está de moda. Hacia los años 1960, en aras de la liberación laboral y sexual de la mujer, se instalaron políticas destructivas de la familia pues se consideraba que tener hijos y dedicarse a la familia era una actividad como menos fascistoide y denigrante para la mujer. Pero a la vista de los resultados de esas políticas a lo largo de estos cincuenta años en los que la tasa de natalidad ha bajado, la población ha envejecido, la esterilidad masculina y femenina ha aumentado, el crimen del aborto ya se considera normal, las rupturas de las familias resultan una lacra para la sociedad y la mujer se ha convertido en un objeto sexual a todos los niveles, proponer el modelo de la Familia de Nazaret es más que revolucionario.
 
Pero en este blog, como vamos contra corriente, nos atrevemos a proponer ese modelo de familia para nuestra familia: Jesús, María y José, la familia de Nazaret. Por eso vamos a incluir de forma permanente una nueva página donde se citan los textos de la Biblia sobre el modelo de familia, y que leemos en el domingo siguiente a la Navidad, día en que la Iglesia Católica nos recuerda que ese modelo es válido en cualquier lugar. Podemos así revolucionar el mundo, viviendo nuestra familia abierta a la vida y manteniéndola unida con mucha caridad pero siempre con la ayuda de Dios y de Nuestra Madre del cielo. 

Además, os recordamos que existen otras páginas dedicadas a la doctrina cristiana del Matrimonio y la Familia, con las referencias del Catecismo de la Iglesia Católica y la exhortación apostólica del beato Juan Pablo II de “Familiaris Consortio”, pues hemos de seguir estudiando y aprendiendo para ser mejores esposas, esposos, hijos e hijas, madres y padres, abuelos, abuelas… y con ello agradar más a Dios y a los demás.