25 agosto 2013

Playas textiles

Cada verano abordo el tema del bañador playero, los pareos, los pañuelos y las pamelas, pues se lucen demasiadas carnes al sol. No es bueno para la memoria de la piel, por las consecuencias graves que se suceden a las quemaduras solares, año tras año, y no es bueno para la moral personal ni social la visión y visualización posterior de los cuerpos al aire. No obstante, este año por las imágenes diarias que los medios televisivos nos han brindado en aras de lo bien que va el turismo en España, se ven más bikinis y empiezan a verse bañadores. Sin duda el cuerpo femenino enfundado en un bañador completo resulta más atractivo, sensual y estiliza más su figura. Se trata de disfrutar de la playa, la piscina, las zonas variadas de baño, sin molestar a nadie. Ni siquiera a uno mismo. Pasear rompiendo las olas en las piernas, jugar a pelota en pareja en la orilla del mar, jugar a voleibol en la parte superior de la playa, ir en patinete acuático, o navegar en un yate, son actividades muy propias de la playa, apetecibles, e incluso divertidas o relajantes, pero, muy bien!! en bañador. Los pareos son insinuantes, cogidos a la cintura, o por detrás del cuello con la espalda libre, y sobre todo de esos tejidos muy ligeros y volátiles. Y no digamos una pequeña pamela con unas gafas de sol y varias pulseras de colores. En fin que podemos ir por la playa muy atractivas, y sobre todo sin necesidad de hacernos quemaduras de primer grado o más, cubiertas de una buena pantalla protectora de crema, pues en estos días en los que ya podemos estar bien bronceadas la piel sigue reclamando su cuidado y su protección textil. Además daremos muestras de modestia en el vestir, algo muy necesario en esta era de libertinaje en aras de la libertad en el vestir.