16 agosto 2012

La frivolidad del biquini negro

Las playas textiles son amables, ves a la gente en bañador, o en biquini, con pareos, sombreros, vestidos playeros, cada uno y cada una con sus carnes cubiertas y adecuados para la ocasión. En Benicàssim, en Castelló (Mar Mediterráneo) se puede disfrutar de una playa de ambiente familiar, y textil al 95%. Cada vez son menos las mujeres que van en cueros. No se decir si es por pudor y modestia en el vestir o porque las quemaduras solares se quieren evitar o porque realmente te ves mejor vestida que desnuda, la cuestión es que los bañadores y pareos se van imponiendo, lo cual es de mucho agradecer.  
Además las playas tienen calificación de zona pública y las cámaras fotográficas y de video pueden funcionar libremente, tanto si son de particulares como de profesionales. Así que si luego salimos en un telediario tomando el sol en la playa, no nos vamos a poder quejar demasiado si no nos gustamos en bañador o en biquini pues el periodista ha estado trabajando, quizá preguntando si el agua del mar está fresquita o si estamos de vacaciones… Por lo tanto es mejor ir mona no sea que se nos indigeste la cena después de vernos en televisión con las carnes para afuera.
Sin embargo, cuando no eres un ciudadano de a pie, y te crees una persona importante porque eres “la compañera sentimental” del primer ministro francés, François Hollande, señora Valérie Trierweiler, te crees con el derecho de “avisar” a los medios para que no publiquen las fotos, y si las han publicado, amenazar con una demanda ante los tribunales porque te han fotografiado en biquini negro y no te gustas en absoluto. La señora Trierweiler está protagonizando este afer estival, se la trata de primera dama sin serlo porque no está casada con el primer ministro, y se la fotografía tal cual ella se ha vestido para ir por la playa; si todo esto es cierto ¿De qué se queja?
Mientras los medios de comunicación franceses resuelven esta frivolidad, lo mejor, ¡señoras!, es ir a la playa como queremos ser vistas por los demás, es decir con respeto, y ser esposas con temple, y no “compañeras sentimentales” que para sentimentales lo somos todas.