Mostrando entradas con la etiqueta Lo cotidiano en el matrimonio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lo cotidiano en el matrimonio. Mostrar todas las entradas

21 septiembre 2013

Vivir en pareja o casarse

Hemos de ser personas interesantes cuando hablemos, y para ello hay que prepararse, estudiar, leer, aprender! No solamente hemos de decir lo que creemos, sino además sabernos explicar. En el caso del Matrimonio, habitualmente conversamos con gente que vive en pareja, sin casarse y solo sabemos llevarle la contraria. Pensemos pues en las frases claves de la conversación y veremos que si tenemos argumentos y formación,podríamos introducir argumentos convincentes que un día… podrían dar resultado.

Pongámonos en situación: Estamos en una terraza tomando un cóctel de frutas con las amigas (o ellos con los amigos). No se trata de un grupo homogéneo. Tú eres la única que cree en el Matrimonio católico y tienes hijos, una buena y santa opción. Desgranaremos las frases principales a favor de vivir en pareja, y a continuación, sugerimos el siguiente análisis, (aunque el vuestro será mejor que el mío).

   1. Si te dicen… No se cómo te lo haces con tres hijos. Dudan de la posibilidad de sacar adelante una familia.
2.       Dejé de ir a misa, siempre es lo mismo. Abandonaron la fe. Ignoran que Dios es su mejor testigo y que es mejor caminar de su lado.
3.      ¡Oh!, es que mi jefe de servicio es muy guapo, los dos tenemos la misma profesión de…, pasamos mucho rato juntos, nos atraemos, por suerte estamos solteros y ¡claro! él me propuso ir a vivir juntos, hemos alquilado un piso y le he dicho que sí. Sin pensar en nada más han tomado una decisión si interesarles nada más que la guapura y la atracción física, y es posible que si ella se niega tema perder al hombre de su vida, y por lo tanto tiene miedo al fracaso.
4.      No se hace falta casarse, no hacen falta documentos pues no son actos de libertad, nosotros ya nos entendemos bien. Se establece una relación en la que en el fondo hay miedo al compromiso personal y al público
5.      Si hay que pasar por el altar se va, ¿qué sentido tiene el altar, si no? No saben que por el sacramento del matrimonio se les infunde la gracia divina, y lo mismo les da casarse por la Iglesia que casarse de otro modo.
6.      En el día a día ves los defectos, ¿para qué arriesgarse en casarse? El ir a vivir juntos lo consideran como un periodo de prueba, un amor a prueba.
7.      ¡Oh! No! de tener hijos no hemos hablado, ya saldrá el tema algún día. La prueba de su unión vivir no es la de forma una familia, por lo que vacían de contenido el amor esponsal, se unen para compartir gastos, en principio.
8.      Estamos muy enamorados, es guapo de verdad y ¡besa como nadie me ha besado! El enamoramiento y la relación sexual es la base de su convivencia sin ninguna preparación en otros temas como por ejemplo cuidarse uno del otro, o asumir otras contrariedades de la vida diaria.  
9.      Mejor no casarse porque el divorcio es un rollo. Piensan que es mejor evitar el compromiso para toda la vida. Porque realmente no quieren entregarse por completo. Además el divorcio no es un rollo, es una desgracia, en el que los dos cónyuges son víctimas.
10.   Nosotros colaboramos en una ONG, eso ya es comprometerse con la sociedad. No saben lo qué es comprometerse con la sociedad pues ignoran que el Matrimonio es un bien común para la sociedad.
11.  Si vamos a vivir juntos seremos como iguales a la hora de probar como nos va. Cometen el error de igualar las personas a las cosas y prueban las personas como si fueran muebles.
12.   ¡No, no! no nos hemos planteado metas en común, mejor así no sea que nos incomodemos, cada uno es libre de hacer lo que quiera. No se esperan mutuamente, así no hay deuda, y cuando cesa lo que se espera, cesa la relación. No se aceptan como son, sino por lo que se proporcionan, temen el compromiso por el esfuerzo y las luchas diarias, y viven su egoísmo.
¿Qué os ha parecido? Argumentos pueden haber infinitos, iremos pensando...estudiando.


14 septiembre 2013

Cosas matrimoniales

La atracción física, el enamoramiento y el amor de la voluntad son tres elementos básicos que tendrían que existir antes de la boda. En los tiempos actuales algunos matrimonios se han quedado en los dos primeros elementos, es decir, en la vibración hormonal y en la sensación de no poder vivir sin el otro, es decir, en los sentimientos. Así que la voluntad reiterada de dar amor, o no ha existido desde el principio o no ha sido sólida, y tras las primeras contrariedades, incomprensiones o problemas de distribución doméstica de tareas, se desvanece la atracción física y el enamoramiento, y nace el sentimiento de que es mejor vivir sin el otro y por lo tanto se producen muchas rupturas.

Pero volvamos a los matrimonios, e insisto en las parejas casadas, porque el hecho de casarse es haberse dado un compromiso mutuo, más o menos profundo según el conocimiento real que se tenga de lo qué significa el matrimonio, sin hacer diferencias entre matrimonios católicos o civiles. Es evidente que a lo largo de la vida conyugal se han de superar muchos escollos pero hay que tener en cuenta que para se superen son necesarios actos repetidos de amor, en los que la voluntad de cada conjugue juega un papel primordial.

Es muy normal que con el tiempo la atracción física vaya disminuyendo, y el enamoramiento inicial no tenga aquella chispa tan atractiva del principio, sin embargo los actos repetidos de amor, forjados por la voluntad, pueden ir aumentando, aunque algunos los consideremos costosos. Los actos de la voluntad son siempre libres e inteligentes, es decir, derivados de la voluntad de un ser racional como lo es el ser humano. Estos actos en la relación conyugal son actos de querer hacer feliz al otro, y además cada día. El amor crea amor, del amor nace más amor, y el amor es compromiso, es entrega. De ahí que si no hay entrega hay ruptura. Pero esos los actos de amor de la voluntad no suponen violencia, no han de suponer violencia, el matrimonio no es una trinchera en la que van pasando por la cabeza un bombardeo detrás de otro, el matrimonio es la unión de dos personas que se comprometen mutuamente entre sí, compromiso que nace del amor para dar más amor.

No nos desanimemos antes unas cifras de rupturas muy elevadas. En muchos casos se debe a la falta de formación antes de casarse, o de no haber escogido la persona idónea y de no saber que la mejor empresa es la familia. Hoy en día también hay muchísimos matrimonios felices, pero no se hacen estadísticas, o si se hacen no son populares. Es realmente posible ser feliz en el matrimonio, claro que sí!!


05 septiembre 2013

Los Obispos de USA

La web www.marriageuniqueforareason.org editada en los idiomas más hablados del mundo -inglés y español- creada hace dos años para explicar y promover «la singular realidad y el auténtico significado de la palabra “matrimonio”, que habla de fe, fecundidad, unión estable entre hombre y mujer», se ha convertido en una de las webs más visitadas de América para profundizar en los temas clave en el debate sobre matrimonio y familia, intensificado a raíz de las recientes reformas legislativas que cuestionan el significado y el valor del matrimonio y de la familia tradicional, fundados en la unión de un hombre y una mujer, tal y como reconoce la ley federal en Defensa del Matrimonio, en vigor desde 1996, declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia, el pasado junio, en «un día trágico para el matrimonio y la nación americana», como lo han definido los Obispos. Todo ello a iniciativa de la Conferencia Episcopal Católica de los Estados Unidos.
 

La web, junto con otras dos www.foryourmarriage.org  y  www.portumatrimonio.org, pretende situar en el universo virtual «todos los recursos para apoyar, promover y proteger el matrimonio». Las firmas que incluye afrontan cuestiones esenciales del debate público sobre el matrimonio -diferencia sexual, menores, bien común, libertad religiosa, familia-, en la exploración del «único bien universal al servicio de la sociedad y de la dignidad de cada persona humana», por medio de subsidios multimedia y enseñanzas del catecismo y del magisterio de la Iglesia católica, junto a un blog de discusión y profundización y, a petición, un repertorio bibliográfico.

02 septiembre 2013

Pontificio Consejo para la Familia

 ¿Quién es?  Es responsable de la promoción del ministerio pastoral y del apostolado de la familia, aplicando las enseñanzas y orientaciones del magisterio de la Iglesia. Las familias cristianas pueden ser así ayudadas a cumplir su misión educativa y apostólica, como respuesta a la realización del Evangelio de la familia en el mundo contemporáneo.

Al Dicasterio le corresponde la tarea de coordinar y promover los esfuerzos pastorales de cara a la procreación responsable y de animar, sostener y coordinar las iniciativas en defensa de la vida humana en todo el arco de su existencia, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Otros temas candentes entran también en la esfera de competencia del Consejo: la teología y la catequesis de la familia; la espiritualidad conyugal y familiar; los derechos del niño y de la familia; la formación de laicos comprometidos en la pastoral familiar; los cursos de preparación al matrimonio.


El Dicasterio se ocupa también de otras cuestiones, como la demografía, la contracepción y el aborto, la esterilización, las cuestiones éticas y pastorales concernientes al sida y a los problemas de la bioética; la legislación relativa al matrimonio y a la familia, a las políticas familiares y a la tutela de la vida humana. El Arzobispo Vincenzo Paglia es, desde el 26 de junio de 2012, el nuevo presidente del Pontificio Consejo para la Familia. Fue nombrado el 4 de marzo del año 2000 Obispo de Terni-Narni-Amelia. Su inmediato predecesor fue el Cardenal Ennio Antonelli, presidente emérito. El Comité de Presidencia está compuesto por 18 Cardenales y 7 Arzobispos y Obispos; 20 matrimonios procedentes de todo el mundo, son miembros. El Dicasterio se sirve también de la colaboración de 40 Consultores y del trabajo cotidiano de 15 Oficiales y de numerosos voluntarios.

Desde 1994, a petición de las Conferencias Episcopales, el Pontificio Consejo ofrece cursos de actualización para Obispos y trabajadores pastorales sobre “Familia, vida y cuestiones éticas”. Desde 1994, Año de la Familia, el Dicasterio es responsable de la organización de los Encuentros Mundiales de la Familia, llevados a cabo en Roma 1994; Río de Janeiro 1997; Roma 2000 en el contexto del Jubileo de las Familias; Manila 2003; Valencia (España) en 2006; Ciudad de México 2009 y Milán (Italia) en 2012. El próximo Encuentro Mundial de la Familia tendrá lugar en septiembre de 2015 en Philadelphia, Estados Unidos.

En 1996, el Pontificio Consejo para la Familia puso en marcha la publicación de la Revista cuatrimestral, “Familia et Vita”, que recoge artículos de Obispos y expertos sobre los temas que entran en el área de competencia del Dicasterio. El Consejo ha promovido numerosas publicaciones, disponibles en diveros idiomas, sobre temas concernientes a la familia y a la vida. Cabe recordar el nuevo “Enchiridion” sobre la familia y la vida, editado por la Libreria Editrice Vaticana en 2012, y el poderoso volumen de las Actas (800 páginas) del VII Encuentro, llevado a cabo en la ciudad de San Ambrosio y de San Carlos.

Fue instituido por el Beato Juan Pablo II con el Motu Proprio “Familia a Deo instituta”, el 13 de mayo de 1981, día del atentado en la plaza de San Pedro, el Pontificio Consejo para la Familia sustituyó al comité para la Familia creado por Pablo VI en 1973.


Y aquí tenéis su web. 

31 agosto 2013

Matrimonios a los altares

Desde que el Concilio Vaticano II (1965) definió que la santidad era una llamada universal para todos los cristianos del mundo, con independencia de su origen o condición, se van abriendo causas de canonización de matrimonios, ya que a lo largo de su vida conyugal ambos cónyuges han elevado su matrimonio a la santidad, viviendo las virtudes cristianas a un nivel heroico. Así hemos visto como los padres de santa Teresita de Lisieux, Luis y Celine Martin, fueron beatificados por el santo padre Benedicto XVI en el año 2008.


Ahora están camino de los altares, entre otros, dos matrimonios españoles. Por un lado, el matrimonio de Tomás Alvira y Paquita Domínguez. Se casaron en el año 1939, tuvieron 9 hijos, y padecieron dolorosas enfermedades al final de sus vidas; él falleció en 1992 y ella en 1994. Los colaboradores de este blog les tenemos un especial afecto. 



Otro matrimonio estupendo es el de Manuel Casesnoves y Adela Soldevila. También tuvieron 9 hijos, y además acogieron a dos sobrinos huérfanos. Se casaron en el año 1924. El murió en 1958 y ella en 1988.


Desde entonces la devoción privada dirigida a estos matrimonios se está extendiendo de una manera muy feliz, pues son unos buenos intercesores en materia matrimonial. Las causas de beatificación están concluidas aquí en España. La continuación de los procesos se sigue en el Vaticano.


Ahora nos toca a nosotros pedirles favores, también milagros, y escribir a Roma, a la Oficina de la Causa de los Santos, explicando cómo nos va la vida gracias ellos…

Sobre el matrimonio Casesnoves

* En la foto superior, el matrimonio Casesnoves con sus hijos, y en la otra el matrimonio Alvira, muy jovenes.

23 agosto 2013

Y se casaron

El Ritual del Matrimonio del libro litúrgico de la Iglesia católica se utiliza para consagrar el amor matrimonial de hombre y mujer. En el libro podemos encontrar la siguiente oración. Os propongo que en los nombres pongáis el de vuestro esposo, o en su caso, el de vuestra esposa, así lo he hecho yo.


Señor, Dios nuestro, creador del universo y de todo lo que vive, tú has hecho al hombre y a la mujer a tu semejanza, y para asociarlos a tu obra de amor, les has dado un corazón capaz de amar.

Tú has querido que hoy, en esta iglesia, Isabelita y Joan unan sus vidas. Tú quieres que ahora construyan su propio hogar, que busquen amarse cada día más, siguiendo el ejemplo de Cristo, que amó a los hombres hasta morir en una cruz.
Bendice, protege y fortifica el amor de estos nuevos esposos: que su amor mutuo sostenga su fidelidad, les haga felices y les haga descubrir en Cristo el gozo del don total a quien se ama.
Que su amor, semejante a tu amor, Señor, sea para ellos una fuente de vida que les mantenga atentos a las necesidades de sus hermanos y que su hogar esté abierto a los ojos.

Que apoyando su amor en el amor de Cristo, tomen parte activa en la construcción de un mundo más justo y fraterno y así sean felices a su vocación de hombres cristianos.
Amén.
Y ya no son dos, sino una sola carne.

19 agosto 2013

Menos cama y más sofá

El noviazgo es un período de aprendizaje muy importante para llegar al matrimonio con conocimiento de causa, pues se trata de que los novios hablen mucho, se conozcan realmente cómo son y de qué son o no capaces de hacer, decir, pensar, amar... También hay que saber las enfermedades que se padecen para que luego no se tenga que proceder a la nulidad del vínculo por engaño. Todo lo posible hay que conocerlo en ese periodo. Para un católico, además, es preciso conocer si por parte del otro, va haber impedimento por el hecho de practicar las normas de piedad y de ir a misa como mínimo todos los domingos, el estar abiertos a la vida, y a cuidar y educar a los hijos cristianamente. Una vez casados, no tiene que haber sorpresas raras, desde luego habrá cambios, muchos cambios, empeoramientos de carácter, luchas diarias por la práctica de la convivencia, sorpresas de enfermedades nuevas hasta la fecha, trastornos, etc.

Si en el noviazgo se sabe que él o ella no quiere tener hijos, por el hecho de casarse la persona no cambiará, será una adicta a los anticonceptivos y a los preservativos. Si antes de casarse, él o ella son violentos, insultan o pegan, por mucho que después pidan perdón, el matrimonio se convertirá en un calvario y en un sometimiento, hasta la anulación de la personalidad. Si antes de casarse no le negaste nada y la relación sexual funcionó a demanda, después de casarse no se podrá esperar que se aguante por algún motivo por el que no se aguantó de novios. Si antes de casarse, y erais novios, él tonteaba con otras chicas, o ella con otros chicos, después de casarse, pasará lo mismo o más, y pondrán en peligro, al máximo, la fidelidad conyugal, incluso hasta romperla. Si antes de ser novios ella ya tiene un vestido de novia colgado de la puerta de un armario, no lo dudes, ella va de cacería. Si antes de casarse, él o ella, son manirrotas, no hay que esperar que luego sepan ahorrar por el bien de la familia. En fin podríamos citar de forma inacabable los ejemplos y las cosas negativas que se descubren en un noviazgo, pero quedan para la reflexión.

En definitiva, el noviazgo no es solamente un periodo de tiempo en el que los novios sienten unas ganas terribles de abrazarse, besarse, de estar incansablemente juntos, de vivir las horas y los minutos sin ver pasar el tiempo, sino que además es un periodo de darse al conocimiento mutuo, es un período de tiempo para menos cama y más sofá y para asistir juntos a cursos de preparación matrimonial. Y si llega ese punto en el que descubres eso que te da miedo, te propone dudas, eso que te asusta, te incomoda, no pienses en que “cambiará”. Lo mejor es cortar, cortar del todo y para siempre. Es mejor ese mal trago que un divorcio pues el divorcio es un drama, un desastre para cada uno de los contrayentes y un mal para el bien común de la sociedad. 

12 agosto 2013

Ama y haz lo que quieras

Ocurre que el mandamiento de la caridad,  el único que reúne todos los demás, al ser más completo y a la vez más amplio, es el que cuesta más de ejercer. ¿Amar? Sí! yo amo, me digo  ¿O realmente, primero, me amo a mi misma? En la relación matrimonial se sospesan siempre el querer de dos; y nunca el amor dado por uno y por la otra están en igualdad de resultados. Pero no hay que preocuparse, no hay que medir, pesar ni contar, hay que amar y luego hacer lo que quieras, como decía san Agustín. Este santo tan actual a pesar de ser del siglo IV, siempre me subyuga a cada cosa que leo. Y no es baladí nada de lo que dejó escrito. Fue educado como cristiano gracias a su madre implorante, pero vivió, hasta su conversión, como un hombre de su tiempo, en el que era normal, si pertenecías a esa clase social de hombres de oratoria y derecho, que vivieras una vida disipada, frívola y en cohabitación con una mujer, es decir sin casarse. 

Pero, a pesar de ello, san Agustín siempre estuvo en la lucha de ir en busca de la verdad, de la Verdad. Sabio en las cosas humanas y en las divinas, supo ver la Verdad y hacernos la ver de tal manera que poco importan las cosas del día a día, esas cosas humanas a las que tenemos tanto apego, con tal que no dejemos nunca de amar a Dios, pues ello significa amar a los demás…Y si toca ceder, si toca dar la razón, si toca sonreír, aunque cedamos habitualmente, aunque la razón la tengamos nosotras, aunque no nos apetezca sonreír, lo haremos porque eso es amar de verdad. Pues amar no es decir solo con palabras a nuestros seres queridos, a nuestro esposo, a nuestros hijos, que los queremos mucho, hay que decirlo con hechos, con actos, y en presencia de Dios, que será quien los valore como actos de amor, y es a la postre, lo que cuenta. Primero en el matrimonio ha de ser amar que discutir, es decir: dialogar. ¡Dialoga por favor! y para dialogar hay que escuchar, un gran acto de amor donde los haya!

*En la foto, La Rosaleda, parque Cervantes. Barcelona

06 agosto 2013

Vamos de celebración!

Habitualmente podemos descubrir que en nuestro día a día tenemos muchas cosas que celebrar, aunque haya temporadas y rachas de problemas que absorben cualquier motivo de celebración. Pero puestos a celebrar, hoy vamos a celebrar el aniversario de nuestra boda. Podemos hacerlo de una forma testimonial, es decir, que las personas de nuestro alrededor se enteren de que se puede celebrar un año más de vida conyugal. 


No hay que esperar a los 25 años de matrimonio y celebrar las Bodas de Plata; o las de Oro, al cabo de 50 años de matrimonio, que si Dios nos ha dado la vida hasta esa fecha, estaremos tan achacosos y sordos que la celebración la tendrán que preparar nuestros niestos. Así que el aniversario del matrimonio se puede hacer cada año, no importa la cifra que celebres. ¿Podríamos imitar a esas  jóvenes parejas en el matrimonio que incluso           celebran el “cumplemes”…..? Qué dulces!


Para preparar la celebración del aniversario de nuestro matrimonio, si nos hemos casado por la Iglesia y en la Iglesia, podríamos hablarlo con el párroco o rector de la iglesia donde queramos celebrarlo y proponerle que sea dentro de una misa parroquial. Estaremos a lo que él nos diga. Si es dentro de una misa parroquial, probablemente no estorbaremos los horarios del culto habitual de la iglesia. En esa ocasión, además de revivir el día de nuestra boda y vivir la santa misa, que siempre es generadora de gracias, lo compartiremos con otras personas, será un testimonio público del Gran Sacramento y resultará un bien para todos los fieles que participen en aquella misa. Dar testimonio del amor conyugal vivido de cara a Dios es dar un ejemplo sano y santo. Es, en definitiva, hacer apostolado de la institución matrimonial. Claro está! Que una celebración privada es siempre más entrañable y tiene ese toque propio y familiar pero desaprovecharíamos la ocasión de hacerlo común a otras personas más allá de nuestros familiares que ya nos conocen sobradamente.  Y después… a brindar con cava o con gaseosa… como más nos guste, sin tirar la casa por la ventana, para que, por muchos años, podamos volver a celebrar un nuevo aniversario. 

29 julio 2013

No agostar la oración

De san Francisco de Borja se cuentan muchísimas historias y anécdotas pues fue un hombre de fe muy valioso. Llegó a ser el Padre general de la Orden de los Jesuitas en el año 1565. No obstante antes de ingresar en la orden eclesiástica referida, había sido un hombre casado. Como solía pasar en aquellos años, en 1529, se acordó su matrimonio, y lo fue con Doña Leonor de Castro, amiga íntima, caballeriza mayor y dama de la reina Isabel. A finales de ese mismo año fue nombrado caballerizo mayor de la emperatriz Isabel de Portugal, esposa del emperador Carlos I y un año más tarde su título de barón de Lombay fue elevado a marquesado, entre otros muchos títulos y honores a los renunció al ingresar en la orden. 

La parte interesante de la historia que quiero destacar es que a pesar de haber contraído un matrimonio  pre establecido,  Doña Leonor y Francisco de Borja llegaron a amarse y tuvieron muchos hijos. Cuando él contaba 36 años Doña Leonor enfermó gravemente. El, hombre de recia oración, clamaba al cielo con insistencia por la curación de Doña Leonor. En unos de esos ratos de oración y de diálogo íntimo con Dios, dejó escrito que Dios le habló, y que le había dicho que si ella recuperaba la salud y la vida no sería en beneficio de ella ni de él mismo; así que la decisión estaba en sus manos. Francisco de Borja cesó en su petición. Su esposa falleció el 27 de marzo de 1546; al mes siguiente, después de haber distribuido sus bienes ingresó en la Compañía de Jesús.

¿Cómo es de fuerte la oración que encarna un misterio tan grande del que no sabemos cuáles son los designios de Dios en lo que pedimos? Pedimos, suplicamos, imploramos…. Pero no sabemos si lo que pedimos, suplicamos o imploramos es lo que realmente necesitamos a los ojos de Dios. Por ello, es preciso no cesar de pedir y pedir! pues Dios siempre tiene un plan para nosotros. Y sobre todo, en estos días en los que se cambia de actividad con mucha facilidad ¡no hay que agostar la oración!. La oración no tiene vacaciones pues es un diálogo abierto con Dios, siempre.

El link es una meditación sobre la oración de pedir, de la serie de meditaciones para cada día de HABLAR CON DIOS, de Francisco Fernández Carvajal, es la númro 39 de la 17 semana del tiempo ordinario, domingo C.

Meditación

* En la foto, en dirección a Innsbruck, capital del Tirol, Austria

20 junio 2013

Mis queridos consuegros

Cuántas veces hemos leído historias de matrimonios que han sido convenidos por el bien de la unión de las casas reales, condados, países... castas… pues después de guerras y batallas se suscribían tratados o convenios, en los que, si se accedía al pacto, se hacía por medio de la unión matrimonial de miembros de ambas partes interesadas, así con esta fórmula, en muchos casos, se asumía el mandato de un territorio nuevo. La historia de muchos países de Europa se ha escrito de esta manera. Si bien esto ya no es común, todavía hay culturas donde se establecen enlaces por intereses familiares. En esos casos, los consuegros se conocen antes de que los novios se conozcan entre sí.
 
Pero en el mundo de hoy, lo normal es que los matrimonios se establezcan al margen de la opinión, buena o mala de los padres. En cualquier caso, al crearse ese nuevo matrimonio se incorporan nuevos familiares que no se conocen o no tienen interés ni ganas de conocerse, de momento.

Y en nuestro caso particular… ¿Qué sabemos de esos nuevos familiares que ni los propios novios han escogido, es decir, los padres de cada uno de ellos, o cuñados, por ejemplo? ¿Qué podemos hacer con estos nuevos familiares con los que compartiremos mesa muchas veces, y seremos abuelos y abuelas de los mismos niños, si Dios quiere?

Como cristianos que somos, nuestro primer mandamiento es el de la caridad, lo que significa, amar a los demás generosamente. Por lo que también hay que amar a los consuegros, tratarlos con cariño y respeto, intentando la amistad poco a poco, dejando la puerta abierta a las invitaciones familiares aunque digan habitualmente “no, gracias”. Llegará un momento en que se sentirán cómodos, y dirán "¡sí!" Por otra parte, aunque digan que “no, gracias”, no hay que tomárselo como un desprecio, ni pensar en enviarlos a paseo… ni cosas por el estilo. Lo que hay que demostrar es mucha paciencia y tranquilidad, pues lo que importa es que el matrimonio de nuestros hijos salga adelante, sin el estorbo constante de los padres quejándose de los consuegros, por cosas que objetivamente son tonterías. Y con el tiempo…se logran auténticas amistades que ni te podías imaginar, como mis queridos consuegros.




10 junio 2013

La noche toledana

Si alguien te anuncia que tiene un día toledano, hay que darle gracias por el aviso y a continuación mantenerse un poco alejado de él (o de ella) pues el horno no está para bollos. En ese sentido hay personas, en el fondo muy amables, que cuando están a punto de echarse a la yugular de alguien, aunque solo sea de palabra, lo anuncian. Ellos mismos se advierten que faltarán a la caridad en breves momentos. Sin embargo no siempre te encuentras a tu paso gente capaz de tanto auto control como de avisar de su mal humor, pues lo normal es saltar con los colmillos afilados al cuello del prójimo, sin motivo aparente, y les dura el mal rollo bastante tiempo, porque se ha perdido por su cuerpo la humildad, y no sabe que lo mejor es despertarla o reencontrarla en alguna vaso sanguíneo sin importancia. Claro está que esto nos puede pasar a cualquiera de nosotros pues cuando nos bulle la sangre, y en consecuencia nos sube la presión o la acidez de estómago o cualquier otro síntoma que indica que estamos encendidos como las brasas, somos capaces de herir a quien más queremos. El regañar con el esposo, con los hijos o con los amigos del alma le puede pasar al más santo o a la más santa, da igual la condición.

Así que en estos días de primavera en los que por fin despunta el calor (en este hemisferio) puede producirse, en sentido figurado ¡por favor! aquella expresión de una noche toledana. Y vete aquí que lo que ocurrió en Toledo (España) allá por los años 812, es decir en el siglo IX en plena invasión musulmana, fue que la ciudad estaba sometida a un tirano llamado Jusuf-ben-Amru que dependía del Califa. Ese tal Jusuf dirigía con tiranía y a su antojo la ciudad, poseyendo a las doncellas según su conveniencia. Los habitantes se revelaron y lo mataron. Ante esa grave revuelta el Califa tenía que enviar  otro gobernador. Amru, padre de Jusuf, pidió enmendar los errores de su hijo. Aquellas gentes de Toledo quedaron de acuerdo porque Amru gobernó con paz. En ese ambiente laxo, sin embargo, el gobernador montó un banquete nocturno, al cual acudieron gentes de bien y de la nobleza de todas partes de la comarca. En aquella noche cerrada, los invitados según iban caminando por aquellas callejuelas, fueron sorprendidos uno a uno, pasados por la espada y degollados, dejando un espectáculo esperpéntico y de terror. Se dice que 400 cabezas de sendos caballeros colgaban de las almenas del palacio del gobernador. Al amanecer de aquella ciudad, el sobrecogimiento fue espantoso, tanto es así que por siempre jamás quedó la frase de la noche toledana para el recuerdo de una noche de crueldad y de venganza.


Así que alerta! con las espadas en alto y además toledanas, vale más alejarse de ellas, buscar la humildad en uno mismo aunque esté en el sitio que más nos duela, y ponerla en práctica, teniendo en cuenta que la humildad normalmente es aquella desconocida y en ocasiones su ejercicio produzca daños colaterales.

05 junio 2013

Compartir el duelo

Conversar con mujeres que están viviendo la viudedad a mí me reporta un aspecto conmovedor y de profundo agradecimiento a Dios sobre el estado matrimonial en el que nos encontramos las personas casadas y en el que gozamos todavía de una vida junto a nuestro esposo. La viudedad ofrece una ocasión muy grande para vivir al pie de la Cruz, como lo estuvo María, la Madre de Dios y Madre nuestra, junto a otros que allí se encontraban. La viudedad no suele ser un estado de liberación en el que dices ...por fin eres libres!, o que ...por fin tengo tiempo para mi!. Es muy probable que si el esposo murió después de una larga o corta enfermedad, se produzca un respiro en el cuerpo y en el alma de la viuda (o la viudo), a partir del momento de la muerte. Pero cuando antes estaba y luego ya no, sin previo aviso de nada, repentinamente, entonces la ruptura es brutal.


Cecilia me explicaba, al compartir su experiencia, que cuando le enseñaron la ecografía de su nieto, ni saltó de alegría ni saltó por nada, sino hasta al cabo de tres días que mirando la foto de su difunto esposo comprendió la belleza de una nueva vida en el vientre de su hija, la cual la había tenido junto a Josep. Ahora, casi a los seis años después de la separación de sus cuerpos mortales, explica su dolor sin llorar, como si ya estuviera curado. Pero sabe que su vida no es ni será igual que antes. Pero que gracias a Dios tiene la obligación de seguir viviéndola, disfrutándola y compartiéndola con otras personas, sus hijos, sus nietos, y sus amigas que vamos comprendiendo su estado y su dolor, sus nuevas emociones, a través del amor que nos intercambiamos.

22 mayo 2013

Operación verano


Aunque estemos en primavera (en este hemisferio) y tendríamos que estar tomando el sol,  parece que este año el calor está tardando en llegar. Pero no pasa nada, como siempre subirán los termómetros y huiremos a las playas para sumergirnos en el mar fresquito y nadaremos como sirenas. De momento, algunas mujeres ya han empezado la “Operación verano” comiendo barritas “adelgazantes” para poderse poner los modelitos veraniegos. Sin menospreciar esas barritas mágicas, lo mejor es poco plato y mucho zapato”, que a la práctica significa ir a pie al trabajo; o bajarse del metro o del autobús cada día una parada o dos antes de nuestro destino; no utilizar las escaleras mecánicas ni los ascensores (si las rodillas nos acompañan); no comer entre horas, es decir, evitar el picoteo; beber agua e infusiones en el trabajo y en casa ¡también! Comer poco lo que nos gusta; sobre todo, servirnos ¡la mitad! de lo que realmente comeríamos; olvidarse de las galletas, bollerías y aperitivos varios. Sin lugar a dudas, si estamos pagando un gimnasio, hay que amortizarlo. En resumen, y como decíamos,poco plato y mucho zapato” , y no solo notaremos una reducción de la cintura sino también de los gastos habituales, que en tiempo de crisis cualquier ahorro es bienvenido.

20 mayo 2013

Educar a una mujer es educar a un pueblo


La sabiduría popular está basada en la mayoría de los casos en la repetición de las cosas de la vida cotidiana, y que con gran observación y agudeza se transmite de generación en generación. Por ello nos puede seguir ayudando a entender las cosas más elementales y cotidianas. Sin embargo, hoy en día, el cientifismo, es decir, la imposición de la afirmación de que solo es real todo aquello que se puede medir, pesar y contar, nos embarca en grandes teorías que nos agobian como callejones sin salida.

En ese sentido, una amiga me regaló una frase que su sabia abuela le había transmitido con bastante insistencia: Educar a una mujer es educar a un pueblo. Cuántas veces hemos visto, oído y leído cómo la revolución de la mujer en el siglo XX ha supuesto el motor de muchísimos, y no siempre positivos, cambios para la sociedad. 

Podemos destacar, el aborto del que ya hemos escrito en otras ocasiones, está llevando al declive de la sociedad actual al legitimar la autodestrucción del propio ser humano. También, el divorcio y las rupturas matrimoniales, que en muchas ocasiones su origen proviene de la exigencia de la mujer consistente en que el hombre cambie el rol que tenían sus antepasados por el mero hecho de casarse. Y más recientemente, las discusiones entre el marido y la mujer, debido al incumplimiento de alguno de los dos de aquellos encargos domésticos, medidos al milímetro y escritos en una hoja de “Excel” para llevar la cuenta del uno y de la otra y viceversa, sin cesión por ninguna de las dos partes; o debido,  en su caso, a que la mujer cree que la igualdad está ceñida a una hoja “Excel”….

Y más cosas por el estilo. 

Si el mundo cambió porque nosotras hemos salido del trabajo del hogar para estudiar, mandar o ser soldados, también podemos, ahora, avanzar en el amor a la vida, a la propia y a la ajena, empezando por la del no nacido, y por quien nos ofrecimos enteramente cuando nos casamos, nuestro marido. Si enseñamos en la familia el valor del amor por el amor, y no por el del resultado final de un listado de tareas, si lo transmitimos sin miedo pero respetando al otro, y haciéndonos respetar, resurgiríamos de este declive social porque el egoísmo nos está autodestruyendo. Para que el mundo mejore, hemos de empezar cada una y cada uno en el si de su familia y de su trabajo, y ¡todo irradiará a nuestro alrededor!

Gracias, Begoña

04 mayo 2013

Dejar atrás la adolescencia


El exceso de protección de las madres respecto de los hijos y las hijas es directamente proporcional al grado de madurez que adquieren a lo largo de la vida. La mayoría de las madres, lo somos de pocos hijos. En nuestra juventud nos quisimos liberar de no se qué, decidimos estudiar mucho, tener una profesión, trabajar, ganar un sueldo y en contrapartida hemos aportado un capital humano pequeño. Debido a ese remordimiento natural, los hijos (entiéndase en adelante, también hijas) que tenemos los protegemos de tal manera que a pesar de trabajar fuera de casa, la vida en familia la convertimos en una convivencia en un hotel de cinco estrellas, y, por ende, muy difícil de abandonar. 

Así que si no maduran nuestros hijos, si no abandonan la adolescencia, es en parte por culpa de las madres. ¿Cuánta autoridad y paciencia hemos invertido en enseñarles a cocinar, planchar, limpiar, comprar, poner en marcha los electrodomésticos, coser botones, etc....? en cambio ¿Cuántas veces hemos renunciado a nosotras mismas para que estudien y trabajen fuera de casa? ¿Qué opción hemos escogido? Sin embargo en las familias numerosas todo funciona diferente, se reparten las tareas, se ayudan unos a otros en muchos sentidos, a estudiar, a defenderse, a comprenderse, a consolarse en las frustraciones, y a suplirse cuando el otro no llega. Todo ello es un camino hacia la madurez, y la adolescencia se cumple a término.

En todo esto pensé cuando he recordado la introducción que hizo el sacerdote en la misa en la que se celebraba santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia y patrona de Europa: Catalina de Siena era el hijo número 24 de 25 hermanos! Además, Catalina a los siete años ya decidió entregar su vida a Jesucristo, y compartió con Él sus estigmas al vivir en profundidad su pasión. Sin dudar, podemos decir que a los siete años ya había recibido una educación cristiana, con gran amor, muy probablemente compartida con sus hermanos.

¿Cómo debía funcionar aquella familia? No me lo puedo ni imaginar!, sin lavadoras, sin microondas, sin lavaplatos, sin antibióticos ni ibuprofeno ni paracetamol....sin móviles, ni Internet. Debía ser milagroso cocinar cada día para tantas personas. En fin, que tanto trabajar fuera de casa y tan profesionales cómo somos y siglos atrás las mujeres trabajaban y amaban de forma tan espectacular y extraordinaria que mucho hemos de aprender las de hoy para enseñar a nuestros hijos a ser maduros y valientes, no solo para que sean buenos profesionales sino también para que sepan ser buenos esposos y esposas, y generosos padres y madres de familia. No hemos de olvidar que siempre todo ello ha de ponerse en manos de Dios, como la familia de aquella santa enamorada de Jesucristo.


30 abril 2013

¿Te he dicho últimamente que te quiero?


El roquero de la voz ronca, el imparable Rod Stewart, un hombre que no presume de fidelidad en sus matrimonios, pero que le gusta estar casado, ser padre y ahora va en camino de ser abuelo, escribió y cantó para su esposa, la que tenía entonces, esta bella canción:

"¿Te he dicho últimamente que te quiero?
¿Te he dicho que no hay nadie más importante que tú?
Tú llenas mi vida de risa
Alejas de mi la tristeza
Aligeras mi vida de problemas, lo haces
Como el sol de la mañana, con toda su gloria
Saluda el día con esperanza y también consuela.
Eres la única.
Llenas mi vida de alegría y de alguna forma la mejoras
Aligeras mi vida de problemas, lo haces
Hay un amor divino, es el tuyo y el mío
Deberíamos rezar y dar gracias a Dios
Aligeras mi vida de problemas, lo haces"


Clicando a continuación puedes verla y escucharla.

21 abril 2013

Desnuda o vestida


Mucho nos gustaría a las mujeres renovar nuestro vestuario con toda la colección de moda de primavera y verano 2013. El estallido de colores es impresionante. Sin embargo, no será posible no solo por los precios, sino porque no es necesario. Nuevamente practicaremos la sobriedad en gastar menos o gastar muy poco.

No obstante, existe una manera distinta de entender esa templanza en el gasto: la de no comprar, pero no porque no se tenga dinero para ello, sino porque ir sin vestirse por la calle se está convirtiendo en algo normal. Cuando veo a estas chicas jóvenes y no tan jóvenes solamente con medias o pantys, o prendas similares siempre pienso que se han dejado la falda en casa, y disculparme por si este comentario ya lo he dicho en otras ocasiones. El pantaloncito minimalista (valga la redundancia) cubre lo que cubren las braguitas, y nada más. No me cabe en la cabeza que una chica, cuando se mira al espejo mientras se viste, se vea bien de esa manera. Creo que aunque las medias sean muy bonitas en toda su extensión, antes de salir de casa hay que ponerse la falda o el pantalón, no se puede ir por la calle semi desnuda. Estas mujeres están equivocadas si creen que van monas, guapas, modernas o chulas. Se trata de mujeres desorientadas o mal orientadas en temas de templanza en el vestir. Ir vestida solo con las medias y la camiseta o el jersey es una vulgaridad de mal gusto. No van ni sexys. Es evidente que van vestidas para que los hombres, que son visuales, las miren. De ello resulta una tentación grave para los varones que quieren conservar su fidelidad matrimonial, o el celibato apostólico, o simplemente no quieren ver lo que no deben.

En contrapartida, para las que estamos comprometidas, dice el refrán La mujer compuesta quita el marido de otra puerta Esto quiere decir, que tanto en casa como fuera de casa hemos de ir guapas, no vulgares, no sea que estas mujeres que van por la calle vestidas como las meretrices, sin saber que visten como ellas, encandilen por accidente a nuestros maridos. Ciertamente no sería el primer caso ni el último, pues encandiladoras las ha habido siempre. En este sentido podemos recordar que por una de ellas a san Juan el Bautista le cortaron la cabeza.

13 abril 2013

Ya está en la paz de Dios


El cuerpo mortal de mi padre se acabó este día 10 de abril. Al final de la misa funeral, mi hermana Mireia leyó lo que ella había escrito horas antes, llena de dolor. En este texto queda reflejado el matrimonio de nuestros padres, los cuales pronto hubieran cumplido 64 años de relación conyugal, todo un ejemplo de vida cristiana.
Yo no sabría escribirlo mejor.

“Lejos quedan mis palabras de tu brillante pluma, y parcos los homenajes que podamos rendirte, porque en esta vida recibiste medallas y galardones, y ahora gozas  del premio merecido a los hombres de buena voluntad.
Te bautizaron el mismo día que naciste porque la medicina humana te presagiaba sólo unas horas de vida, pero contra todo pronóstico,  la misericordia divina te regaló 94 años de vida, de una vida intensa y apasionada que has sabido aprovechar al máximo.
La habilidad con la máquina de escribir te libró, durante la guerra, de ir al frente para convertirte en testigo directo y excepcional de todo lo acaecido en el Cuartel General de Salamanca
Pero acabada la contienda, no quisiste beneficiarte de influencias y privilegios obtenidos durante la guerra y quisiste empezar de cero en Barcelona como periodista, para acabar siendo unos de los redactores puntales de la ciudad condal. Dirigiste la prensa escrita, iniciaste la Televisión en Miramar Barcelona y cautivaste a los oyentes en la radio.
Fuiste cronista implacable, corresponsal en el extranjero y testigo de primera mano de la transición española.
Salmantino, perico, orgulloso padre de cinco hijos y amante esposo de tu mujer, nuestra madre, con la que compartiste 64 años y que te cuidó hasta el final
Hombre de raza, de la libertad hiciste tu constante y del carácter fuerte, tu seña de identidad. Periodista de cuna, enarbolaste la veracidad y la ética en tu profesión. Fuiste un esforzado y apasionado trabajador, un observador perspicaz, un crítico locuaz y un obstinado luchador porque jamás pronunciaste un –no puedo- o un –ya he hecho bastante-.
Pero a pesar de tanto renombre te has ido como viviste discretamente, aferrándote a la vida con tesón, con la amorosa protección de la Virgen, reconfortado por los tuyos y los cuidados pacientes de Guzmán, Helena y Feliciana.
La familia agradece vuestra asistencia y vuestras oraciones.
Descansa papá en tan merecida paz.
Mireia Hernández".

Fotos: 1. "La ciudad que no dormía", uno de sus libros; 2. Pintar era una de sus aficiones

09 abril 2013

Al límite


Hay momentos en la vida que te viene todo de golpe, los disgustos son continuados, muy variados y durante una buena temporada. Tienes entonces muchas ganas de echar a correr, te sientes al límite. Pero obviamente no se puede echar todo al traste, ni temporalmente, ¡Más faltaría! Hay que aguantar el tipo con paz y serenidad. 

Nosotras las mujeres, que por nuestra naturaleza somos (en general) más serviciales y cariñosas, vemos más allá de lo concreto y material, por intuición o perspicacia, o ambas. Y sin darnos cuenta, nos gustaría que los hombres que tenemos cerca apreciasen ese TODO que vivimos, sentimos y sufrimos, y, además, que lo vean con nuestros mismos ojos. Sin embargo, esto solo es fruto de nuestra imaginación, y ésta solo existe en nuestra mente. Así que dándole vueltas de que si ésta, éste o la otra... fueran de otra manera, o porqué se sufre tanto, o porqué no llegan ya las vacaciones, o porqué me roban la paga extra, pensar y darle vueltas a cosas inútiles, se convierte en una pérdida de tiempo. Así que lo mejor es buscar la paz en la oración diaria, mirando a nuestra Madre del cielo, pedirle ayuda, tomar infusiones relajantes, que además son diuréticas, vigilar la presión sanguínea no sea que del subidón de los disgustos o las discusiones, nos vayan a salir todavía más arrugas, pues por más discutir no vamos a ganar más batallas.