06 febrero 2023

La renovación del compromiso matrimonial en estado de gracia

 La celebración del enlace matrimonial en España tiene la peculiaridad de que, si se celebra el sacramento del matrimonio en el sagrado rito  católico, tiene sus efectos simultáneos de las leyes civiles. Todo ello de acuerdo con los Concordatos establecidos con de la Santa Sede y España. No en cambio, si el enlace es por medio de un funcionario civil, el cual solo tiene efectos civiles.

En otros países, se han de celebrar los dos enlaces, primero el civil y después el católico. Ahora aquí se trata de celebrar los aniversarios. ¿Qué hace un matrimonio católico practicante? Normalmente, las celebraciones y renovaciones se hacen teniendo en cuenta el aniversario del enlace cristiano.


En los primeros años de vida conyugal no se suele renovar el compromiso matrimonial, además no es necesario canónicamente para que continúe el matrimonio. Sin embargo, si al momento de casarse pudo ser que no se recibiera el sacramento del matrimonio en las debidas condiciones del estado gracia, bien está que en algún aniversario o cuando sea se solicite al sacerdote de nuestra parroquia o iglesia habitual la renovación de ese compromiso y ya en las debidas condiciones, es decir, después de recibir la absolución de la confesión, por separado, cada uno de los cónyuges. En el acto de la renovación, el Matrimonio recibirá unas gracias santísimas por el querer de Dios.

En ese sentido, en las misas del culto habitual de nuestra iglesia o en otras, habremos asistido en más de una ocasión a esa renovación del compromiso por un matrimonio que estaba entre los fieles del templo. Dicha renovación dura unos diez minutos, y los allí casados podemos renovarlo en silencio. Obviamente, si es el caso,  al cumplir 25 años de Matrimonio, o más 40 o 50, los fastos suponen además una celebración familiar.

Y me sucedió recientemente en la misa de 7 de la tarde de la Iglesia de San Ramon de Peñafort que entre la pequeña homilía y el ofertorio, el celebrante nos invitó a rezar por un matrimonio que estaba con sus cuatro hijos, que habían llegado de la otra parte del mundo en busca de una nueva oportunidad laboral y ahora querían dar gracias a Dios renovando el compromiso matrimonial dado hace unos cuantos años. Así lo hicieron.

Fue una gran alegría para todos. Arrancamos un breve aplauso.