
Como en todas las familias, los
hay que tienen un trabajo de médico… o de artista de teatro, así como un abanico
de maneras de ser y de pensar, y de entender la vida. Surgen diálogos
muy variados, también toscos y vulgares, escenas que forman parte de la vida
diaria y recuerdos tormentosos del pasado. Como la película se sitúa en verano, la excursión a la playa no podía
faltar, y la visita a la playa nudista tampoco, pero forma parte del escenario
de los personajes más liberales o mejor dicho, más simplistas, y de los que se deriva una mala educación sexual a sus hijos. Efectivamente
las escenas de las personas en cueros sobran pero duran poco.
Lo mejor de la película es que nos
presentan una gran familia, que se reúne varias veces al año, viniendo de
diferentes lugares pero con la finalidad de estar juntos, y a pesar de que hay
momentos en que discuten muchísimo, como en cualquier familia, siempre hay
alguien que reconduce la situación y acaban riendo porque siempre, pero siempre,
se perdonan. Pues sin perdón, a pesar de las ofensas, la familia no podría
mantenerse unida, como cualquier familia que se precie. Aquella niña se hace
mayor y nos situamos en el tiempo presente, y esa escena casi al final del film
nos indica lo difícil que es hacer familia en un ambiente contrario a ella. Es
una escena corta pero suficiente. Tuvo en 2011 el Premio especial del Jurado en
el Festival de San Sebastián.