06 septiembre 2012

Se casan

Una madre sabe que sus hijos, cuando se hacen mayores, quieren volar, independizarse, pero no tienen más remedio que seguir viviendo en la casa de los padres hasta que se da ese mejor momento para irse. De repente, llega ese día que lo has visto venir, con más o menos escepticismo, pero lejanamente, y te dice: ¡Mamá! me he prometido, ¡nos casamos el año que viene! Entonces, te pones contenta, te hace feliz saber que tu hijo es feliz también, que tiene un proyecto de futuro de felicidad eterna pues lo ha unido al de Dios para que Él lo bendiga.


Pero al cabo de unas horas, cuando se reempieza la rutina que debido a las emociones se había interrumpido, te entra esa sensación profundamente íntima de madre de que aquel hilo umbilical imaginario que se mantenía en el aire del hogar paterno, en breve, se iba a disipar. Dejas en su dormitorio su ropa planchada, alguna cosa más que le corresponde poner en sitio y miras sus cosas, ordenadas, sus recuerdos a la vista, y piensas que en breve será esposo de su esposa, bella entre todas, buena, la mejor para él, sin duda, pues los dos se quieren y desean establecer un compromiso mutuo y para siempre, pero, tú la madre, sentirás el último desgarro pues él dejará la casa de su padre y de su madre y se unirá a ella en una solacarne. Imaginas tu casa con tus hijos, pero borras la imaginación para no rebobinar y atropellarte. Éste era último que quedaba en casa, y pronto se irá fuera del hogar familiar. Has hecho lo que has sabido y lo que has podido, y Dios sabrá si los has hecho bien. A pesar de que todo era bueno, se te llenan los ojos de lágrimas, que las retuviste para no demostrar flojera ni compasión, finalmente en tu soledad lloras porque ves que pronto aquella habitación quedará vacía. Pero no pasa nada, es la ley de vida natural. Te pones en marcha, a pensar, y concluyes (de momento) ¡menos mal que hemos ahorrado un poco! porque tendremos una boda en la familia, que esperamos que sea presidida por el amor y la austeridad... un nuevo motivo para transmitir nuevas ilusiones en este blog.

01 septiembre 2012

En contra del aborto

Todos tenemos derecho a cambiar nuestras ideas, actitudes, maneras de pensar y de partido político a la hora de elegir a nuestros representantes en las cámaras legislativas y gobiernos, sobre todo si con anterioridad nuestra elección no fue moralmente justa. A partir de ahora, mirando al futuro, lo importante es usar la conciencia, y si está adormecida, despertarla. Estas agitaciones se producen cuando se inicia un proceso electoral, como ocurre cada cuatro años en USA, para cambiar de Presidente, o bien para confirmarlo un nuevo periodo. Vemos sus magníficas campañas electorales como un gran espectáculo, incluso con los errores o equivocaciones, sin que sean tomas falsas, en vivo y en directo. Todo aquel gentío ilusionado y aplaudiendo parece que nos contagie a estar a su vez de acuerdo con todos ellos.

El toque publicitario lo dan siempre los señores y las señoras de Hollywood. Uno de ellos que en esta campaña electoral no lo he visto, todavía, participar en favor de ningún candidato es Jack Nicholson, el cual no solo es conocido por su amplia filmografía, muy interesante, con más de 65 películas, sino por su vida disoluta. Sin embargo se produjo un acontecimiento importante en su vida que le hizo cambiar diferentes posicionamientos que había sostenido hasta entonces. En estos últimos años se proclama antiabortista: se enteró, tarde, que la mujer que le había hecho de madre era su abuela, y la que le había hecho de hermana mayor era su madre; ésta se quedó embarazada muy jovencita y le propusieron abortar, pero ella a pesar de los problemas que tuvo que afrontar, siguió adelante, ¡una mujer valiente!. Jack Nicholson ante este acontecimiento impresionante, proclama: Estoy en contra del aborto…Mi única emoción es la gratitud, literalmente, por mi vida.  Esta actitud a favor de la vida también la hemos de encontrar en nuestros gobernantes, legisladores, presidentes y reyes, para votarles realmente en conciencia y a conciencia.

31 agosto 2012

El adulterio, pecado mortal

El adulterio es una violación y una trasgresión al compromiso establecido entre dos personas casadas entre si. Por lo tanto es algo que ocurre en el ámbito matrimonial y se refiere al hecho de tener relaciones sexuales con una persona distinta a tu propio cónyuge. Con los siglos, los años, los tiempos y la moral supérstite, el adulterio ha ido cambiando de peso en cuanto el castigo que pudiera merecer y las consecuencias que por él se derivasen. Conocemos como todavía en algunos países se apedrean a mujeres por haber sido acusadas de adúlteras, o como en otros países, España por ejemplo (hay muchos más) no es causa de nada, jurídicamente hablando. Si ante la ley no supone ninguna pena o castigo, ni es causa de separación ni de divorcio, lo que está claro es que para el cónyuge víctima supone una frustración imponente, un disgusto tremendo, y un caos emocional que le va a ser difícil de superar, todo ello –aunque legalmente no haya protección- podría  llevar al matrimonio a separaciones y rupturas, como todos sabemos.
 
Sin embargo en las religiones monoteístas y que abastan el mundo como lo son el cristianismo, el islam y el judaísmo, se considera el adulterio como una violación grave a la ley de Dios. No es ya una ofensa al cónyuge, sino una grave ofensa a Dios. Esto hemos de tenerlo en cuenta pues  el ser humano es un ser naturalmente religioso, y estas religiones con unas raíces muy comunes, a pesar de sus divergencias importantes, sitúan a Dios por encima de los hombres, las mujeres y por supuesto de sus leyes. No es baladí, pues, que esa trasgresión al compromiso dado en el matrimonio sea aún más grave en nuestro sentido, y es un posicionamiento que en el ámbito pagano, agnóstico o ateo, no se entiende, y en algunos casos no se respeta.

En la religión católica, el adulterio se considera como uno de los pecados gravemente contrarios al Matrimonio, así consta en el Catecismo de la Iglesia Católica, nuestro libro de doctrina que movidos por la fe, creemos. Es más, tiene la entidad de pecado mortal. Para repararlo no basta pedirle perdón al cónyuge ofendido; tampoco basta para limpiarlo participar en una confesión comunitaria, en la que mucha gente pide perdón a Dios por sus pecados, sean los que fueran. Lo que repara de verdad esa grave ofensa a Dios es acogerse al sacramento de la penitencia (confesión sacramental) y privada con el sacerdote.

28 agosto 2012

Mis queridas Vacaciones

Este año, como otros, hemos tenido incendios que han quemado muchas zonas de nuestro país porque no acabamos de ser conscientes del gran bien que tenemos con la naturaleza; a ver si aprendemos para el año próximo a cuidar la Tierra. Por otra parte, hemos tenido unos días espléndidos de sol, que nos han permitido ir a la playa, hacer viajecitos y excursiones. Sin embargo, algunas personas no han llegado a su destino o no han vuelto de retorno a casa, a la rutina tan esperada, deseamos que estén en la gloria celestial que a todos nos espera. Nos toca, pues, a los que seguimos adelante, sacar con ilusión y empeño el proyecto de nuestra vida que Dios ha diseñado para nosotros, en la medida que nuestra opción de libertad la inclinemos lo máximo posible hacia bien.

Estas vacaciones ya han sido; y estamos con la pena de haberlas consumido, pero con el tiempo y la paciencia llegaremos a las siguientes, que desearemos que sean mejores que éstas o cualquier otras. Aunque sigamos con el calor propio del verano, para muchos y muchas las vacaciones ya solo son tema de conversación entre la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, y momento para hacer ese álbum digital que nos llevará siempre a la melancolía. Ahora es tiempo de comer menos y trabajar más, pues en las vacaciones hasta el dormir engorda. Así que, mis queridas y siempre Vacaciones, ¡hasta el año que viene!





25 agosto 2012

Detalles cotidianos

En esos paseos por la orilla del mar donde de manera continuada las olas rompen en tus piernas y a la vez las tonifican, disfrutas de unos momentos libres de pensamientos y de preocupaciones o parece que floten en tu mente y en tu corazón. Paseas junto con otras personas que van y vienen como tú, conversando con otras o caminando a solas. Esta actividad viene de antiguo, cuando recomendaban los médicos los baños de mar por los buenos efectos del yodo del agua con el sol, y la gente, que podía, se iba a los balnearios curativos que se habían creado a pie de playa. Pero desde hace años la playa es de todos y para todos, y ¡lo mucho! que nos gusta a una gran mayoría.


En uno de esos paseos, iba por delante de mí una pareja de un hombre y una mujer; cuando pasé por su lado, se habían cogido de la mano y se estaban riendo: ella le había escrito en la arena “Te amo”. A mi paso, una ola se llevó el mensaje. Qué bonito! Pensé, pues, en cualquier sitio y momento, le puedes decir a tu marido que le quieres, que le amas todavía, así el amor no se se enfría, no se detiene, crece y crece...


23 agosto 2012

Cuando el Papa se va de vacaciones

Es el título de uno de los más de cincuenta artículos que Don Joaquin Navarro Valls reunió en una sola publicación llamada en España “Recuerdos y reflexiones", editada por primera vez en el año 2009 en italiano con el nombre de “A passo d’uomo”. A pesar del tiempo transcurrido, su estilo periodístico y muy bien documentado produce en el lector un interés sorprendente debido a que los acontecimientos que refiere son recientes, y todos podemos recordar cómo cambiaron a Europa, con repercusiones a nivel mundial.

En el artículo “Cuando el Papa se va de vacaciones” nos describe el carisma de un Papa, que lo resumiría su santidad Benedicto XVI como “Yo, pero ya no yo”, y al que hace mención en otro artículo llamado “El estilo de Joseph Ratzinger.

Navarro Valls escribe: Con el paso de los años he adquirido la conciencia del hecho de que en última instancia, prescindiendo de las costumbres propias de cada uno -de cada Papa- el Papa como tal no se va nunca del todo de vacaciones. Y ello porque la institución que él lleva consigo –que es él- no le abandona nunca, puesto que está impresa para siempre dentro de él y permanece gravada en su interior desde el inicio de su mandato hasta el final de su vida.

22 agosto 2012

El divorcio que viene

En la observación empírica, aquello que podríamos decir que pertenece a las estadísticas, encontramos familias desestructuradas, monoparentales, hijos con dos papás, hijos con dos mamás, y el divorcio, entre otras circunstancias, temas de los que se habla y se escribe muchísimo porque en realidad preocupa más de lo que parece, incluso a sus propios patrocinadores. Ante esto un cristiano ha de tener en cuenta y tenerlo muy claro que en esa situación de sentirse solo o sola, y rodeado de problemas, sin una visión sobrenatural, es decir sin la gracia de los sacramentos, se cede a otra relación, pues en cada persona está unido todo: la revelación de Dios, el aspecto filosófico y antropológico propios del ser humano y la sociología que se vive día a día.

Por ello en estos días que las estadísticas ya están preparando la cifra de divorcios que se gestan en las vacaciones debido a que el trato es más intenso con el cónyuge, hemos de romper esa tendencia. Podríamos ponderar esos defectos de nuestro cónyuge que tanto nos fastidian, si no ofenden a Dios, y aceptarlos con señorío.

Un ejercicio práctico, un poco molestoso, es hacer una lista (escrita) de sus defectos y luego, con valentía, hacer la lista (escrita) de los nuestros, incluyendo aquellos que nos echan en cara. Después, ponderar con objetividad ambas listas, verás qué resultados tan sorprendentes.

A continuación, hablar, dialogar, sin regañar o regañando poco. Y después, muchos besos…. besísimos!