En cualquier momento necesitamos la ayuda inefable del Espíritu Santo para que todo lo que digamos sea cierto, no moleste y sea la voluntad de Dios: en el desarrollo de nuestro trabajo profesional, tanto si es intelectual como manual, o ambas cosas, si estamos de excursión surcando sendas y caminos a pleno sol y sudando porque nos da la gana, al hacer la lista de la compra para ir a nuestro supermercado habitual, o si nos han metido en el sarcófago de una resonancia magnética y estamos a punto de gritar porque no podemos más, o si estamos preparando la artillería pesada para discutir con nuestro marido... En definitiva, ahora y siempre, para Él ninguna ayuda que le pidamos le resultará difícil resolverla, y para nosotros es una garantía de acierto.
Vamos a reiterar que el aborto no es interrumpir el embarazo sino suprimirlo. Le inyectan a tu hijo o hija un producto que le provoca un p...
-
El enlace matrimonial entre un hombre y una mujer siempre ha suscitado comentarios, leyes, normativas, peleas, fiestas, regalos y miles de c...
-
Ante los fracasos y derrumbes de muchos matrimonios católicos en todo el mundo, aún establecidos para toda la vida, en las últimas décadas...
-
Releer los textos del Magisterio de la Iglesia abre siempre luces en nuestra alma y en nuestro corazón sensible. Por ello es muy recome...