24 julio 2019

Taller de verano (II): La persona humana no es un animal



El hombre y la mujer somos cada uno persona humana con dignidad propia. Y aunque, hombres y mujeres, juntos o separados, puedan actuar como animales, no lo somos.

¿Por qué no lo somos? ¿Qué dicen los antropólogos?

No somos animales porque la persona humana está formada por Cinco dimensiones, solo tres de las cuales las compartimos con ellos. Nuestro cerebro puede asemejarse a las moscas o al del orangután, por ejemplo, pero no somos animales. Hay que negarlo en rotundo. Una cosa es que participemos en común de aspectos importantes, pero no somos iguales.

Ciertamente cuando una mujer cuando envenena a su hombre y a sus hijos, la llamamos asesina, un animal sin entrañas, y si un hombre mata a su mujer, porque es mía o de nadie, y la apuñala 17 veces seguidas, es decir, con saña, lo llamamos criminal y animal, y solo merece ser colgado en la plaza pública.

O cuando unos hombres se juntan como una manada de lobos para destrozar y violar a una mujer, usamos esos términos más propios del entorno animal que del humano. A pesar de ello, no somos animales. Pero sí que sus instintos animales han dominado por encima de las otras cuatro dimensiones humanas.

Por ello todo ello es importantísimo conocer y reconocer la dignidad de la persona humana, y educar y educarnos en el respeto del Ser que somos.

¿Cuáles son las dimensiones de la persona humana?

Las dimensiones de la persona humana son Cinco:

La dimensión física, es decir, el cuerpo, cualquiera de sus partes y elementos.
La dimensión afectiva, es decir, los sentimientos, instintos, emociones, la felicidad.
La dimensión social, es decir, el entorno, las expectativas con los demás, en el trabajo, la familia.
La dimensión intelectual, es decir, el conocimiento, la voluntad y la libertad. 
La dimensión espiritual, la vida del alma espiritual establecida como relación con el Ser creador, es decir, buscar la Verdad, el encuentro con Dios.

Las dimensiones física, afectiva y social son las compartidas con los animales.

¿Qué tal si observamos a nuestro alrededor? ¿A que el perro domesticado se parece a su dueño?


Dicen que los orangutanes son unos animales muy parecidos a los hombres y a las mujeres, y que tienen mucha inteligencia, es decir, poseen dimensión intelectual. No obstante, en los estudios y experimentos científicos en su relación con los humanos cuesta mucho aceptar esta dimensión. Cabe destacar, una experiencia real, africana: En una zona de enfrentamientos tribales, unos guerrilleros convivían con orangutanes. Uno de ellos aprendió a disparar con el fusil. Quizá los que estaban con él se rieron como si estuvieran dentro de una comedia, sin embargo, muchos de ellos murieron por los disparos del animal, el cual carecía del conocimiento para distinguir quién era su enemigo. Disparó hasta acabar el cargador. Cargar el arma de nuevo ya no supo hacerlo.

En relación a la dimensión espiritual de los animales, éstos carecen del alma creada por Dios para la persona humana. Sin embargo, está muy de moda ponerle alma a todos los animales y plantas de nuestro planeta. A ese aspecto vital de la flora y la fauna le llaman alma animal o alma vegetal. Pero no es el alma espiritual de los seres humanos.