05 agosto 2015

papas y mamas finlandeses

En la ciudad de Helsinki me sorprendió ver a muchos niños y niñas menores de siete años acompañados de sus padres, todos rubios y blancos, pero muy fuertes. Para los finlandeses tener familia numerosa es algo importante. Las ayudas de su gobierno para paliar no ya el envejecimiento de la población, sino para aumentar la población, bastante escasa en un país grande, se aprecia nada más llegar al aeropuerto de la capital. Hay que recordar que Finlandia es un país rico y puede permitirse conceder al padre o la madre un año de sueldo completo sin trabajar a partir del nacimiento de un hijo, y si lo desean, durante los dos años siguientes puede recibir el padre o la madre una prestación pública, sumando así hasta tres años las ayudas a los padres y madres para que cuiden de sus hijos. Ciertamente este tipo de ayudas concertadas con las empresas o bien las públicas, ha sido el resultado de asumir verdaderamente que los hijos y las hijas son un patrimonio nada despreciable para la nación.

También observamos que los hoteles disponen de zonas de descanso para adultos, con sus sofás y ordenadores, colindante a una zona infantil con juegos para todas las edades donde los peques pueden jugar a sus anchas. O también que los lavabos de las cafeterías o restaurantes disponen de alzas para los wc; o disponen de sillas para los bebés, cambiadores, etc. Y salta a la vista, porque no hay que esforzarse en pedir esto y lo otro para poder estar con la familia sin problemas. En fin, que solamente con los ojos ves que los finlandeses se han puesto a la labor para hacer crecer su población, implicándose todos.

En España, un país donde el aborto se promueve a todos los niveles, desde los servicios sociales pasando por la atención sanitaria, la familia compuesta de uno o dos hijos parece que sea admisible por la sociedad, pero con ciertas reservas, sin embargo cuando se ve a una familia de más de tres hijos, a muchísima gente le da el gusto de exclamar ¡Cómo pueden ser tan inconscientes! ¡Estos deben ser muy ricos! ¡Hay que ver, parecen conejos!


Por lo tanto, para hacer crecer la población no solamente se ha de implicar el gobierno de la nación, las autonomías y las entidades locales, sino toda la ciudadanía. Para ello hemos de ver en los hijos e hijas, propios y ajenos, un bien común para la sociedad pues las ayudas son eso, un complemento, pero la maternidad y la paternidad es responsabilidad de cada individuo.