21 enero 2012

Mi amiga Rhimou

Es musulmana, vino a España desde Marruecos con su marido y sus hijos pequeños para vivir una vida mejor, hace muchos años. Cuando la conocí personalmente, en el devenir de los miles de expedientes administrativos que pasan constantemente por mi pantalla del ordenador, ya era viuda y sus hijos con sus familias habían regresado a Marruecos; tenía más de 60 años y seguía analfabeta, pero su español era suficiente para entendernos. Ella se había quedado aquí, aunque sola, pues aquí había hecho su presente y su futuro.

Tuvimos que hablar en varias ocasiones; Rhimou siempre lloraba, estaba enferma y con una montaña de problemas, pero siempre me hablaba de Dios, de Dios Padre. Un día  comprendió en mi expresión que me pasaba alguna cosa, y me preguntó cómo estaba, solo le dije, mi marido está enfermo. Me habló con suavidad y con sabiduría humana, haciéndome entender que ante todo hay que aceptar la voluntad de Dios. En las diferencias de nuestras religiones nos entendimos, creemos en el mismo Dios Padre, sabemos que la familia es lo más importante y rezamos.

Sus asuntos administrativos se resolvieron positivamente, y pensé que ya no la vería más. Sin embargo en esta semana he tenido una grata sorpresa, Rhimou vino a verme, me abrazó, y me besó muchas veces con efusión, ella quería darme una buena noticia: me enseñó su documento nacional de identidad, ya es española!, ganado a pulso.

Hablamos de asuntos administrativos, como no!, pero también de nuestras familias ¿y tu marido?... la voluntad de Dios, volvió a insistirme. Pronto se irá al sur de España, para estar más cerca de Marruecos, de sus hijos y de sus nietos, pero esta tierra no la dejará, aquí encontró lo que buscaba, pues hace unos años esto era posible. Aunque no vuelva a verla, a mi me ha dejado un recuerdo con un fondo impresionante que me sirve para intensificar la oración por el acercamiento de las religiones,  por el ecumenismo y, más en estos días del octavario de la oración, por la unión con nuestros hermanos cristianos.