08 febrero 2015

Hijos de padres ausentes

En el año de la Familia, en el que los padres sinodales están trabajando para dar respuestas a la sociedad en temas importantes y nucleares sobre la familia y el matrimonio, el santo Padre Francisco en sus audiencias generales de los miércoles por las mañanas, en el Vaticano, ha retomado sus catequesis sobre la familia.

Es tiempo de reflexión sobre cuestiones que a todos nos afecta, pues la familia es el núcleo básico de la sociedad y un bien común que nos reporta todo tipo de consecuencias, positivas y negativas. Hemos de estudiar y prepararnos para aquellas conclusiones que esperamos con paciencia y amor, y rezando. Así que las catequesis de Francisco, el cual habla con un lenguaje llano y directo, pero lleno del Espíritu Santo, nos irán conduciendo sobre el camino de la Verdad, en el que está basada la familia.


Es un texto para comentarlo en familia, en la propia, con el esposo, la esposa, o los hijos y continuar así la catequesis en el propio seno familiar. Trata de la figura del padre, que en muchos casos aparece ausente en la familia, porque no quiere perder el tiempo con sus hijos. Es interesante reflexionar sobre si realmente qué tiempo dedican el padre, la madre,  a sus hijos y el esposo y a la esposa  a ambos entre sí.

Hoy transcribo el texto de la Audiencia del día 28 de enero de 2015, cuyo contenido siguió el 4 de febrero de 2015.



Retomamos el camino de catequesis sobre la familia. Hoy nos dejamos guiar por la palabra «padre». Una palabra más que ninguna otra con especial valor para nosotros, los cristianos, porque es el nombre con el cual Jesús nos enseñó a llamar a Dios: padre. El significado de este nombre recibió una nueva profundidad precisamente a partir del modo en que Jesús lo usaba para dirigirse a Dios y manifestar su relación especial con Él. El misterio bendito de la intimidad de Dios, Padre, Hijo y Espíritu, revelado por Jesús, es el corazón de nuestra fe cristiana.
«Padre» es una palabra conocida por todos, una palabra universal. Indica una relación fundamental cuya realidad es tan antigua como la historia del hombre. Hoy, sin embargo, se ha llegado a afirmar que nuestra sociedad es una «sociedad sin padres». En otros términos, especialmente en la cultura occidental, la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, desvanecida. En un primer momento esto se percibió como una liberación: liberación del padre-patrón, del padre como representante de la ley que se impone desde fuera, del padre como censor de la felicidad de los hijos y obstáculo a la emancipación y autonomía de los jóvenes. A veces en algunas casas, en el pasado, reinaba el autoritarismo, en ciertos casos nada menos que el maltrato: padres que trataban a sus hijos como siervos, sin respetar las exigencias personales de su crecimiento; padres que no les ayudaban a seguir su camino con libertad —si bien no es fácil educar a un hijo en libertad—; padres que no les ayudaban a asumir las propias responsabilidades para construir su futuro y el de la sociedad.
Esto, ciertamente, no es una actitud buena. Y, como sucede con frecuencia, se pasa de un extremo a otro. El problema de nuestros días no parece ser ya tanto la presencia entrometida de los padres, sino más bien su ausencia, el hecho de no estar presentes. Los padres están algunas veces tan concentrados en sí mismos y en su trabajo, y a veces en sus propias realizaciones individuales, que olvidan incluso a la familia. Y dejan solos a los pequeños y a los jóvenes. Siendo obispo de Buenos Aires percibía el sentido de orfandad que viven hoy los chicos; y a menudo preguntaba a los papás si jugaban con sus hijos, si tenían el valor y el amor de perder tiempo con los hijos. Y la respuesta, en la mayoría de los casos, no era buena: «Es que no puedo porque tengo mucho trabajo...». Y el padre estaba ausente para ese hijo que crecía, no jugaba con él, no, no perdía tiempo con él.
Ahora, en este camino común de reflexión sobre la familia, quiero decir a todas las comunidades cristianas que debemos estar más atentos: la ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser incluso muy graves. Y, en efecto, las desviaciones de los niños y adolescentes pueden darse, en buena parte, por esta ausencia, por la carencia de ejemplos y de guías autorizados en su vida de todos los días, por la carencia de cercanía, la carencia de amor por parte de los padres. El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos jóvenes es más profundo de lo que pensamos.
Son huérfanos en la familia, porque los padres a menudo están ausentes, incluso físicamente, de la casa, pero sobre todo porque, cuando están, no se comportan como padres, no dialogan con sus hijos, no cumplen con su tarea educativa, no dan a los hijos, con su ejemplo acompañado por las palabras, los principios, los valores, las reglas de vida que necesitan tanto como el pan. La calidad educativa de la presencia paterna es mucho más necesaria cuando el papá se ve obligado por el trabajo a estar lejos de casa. A veces parece que los padres no sepan muy bien cuál es el sitio que ocupan en la familia y cómo educar a los hijos. Y, entonces, en la duda, se abstienen, se retiran y descuidan sus responsabilidades, tal vez refugiándose en una cierta relación «de igual a igual» con sus hijos. Es verdad que tú debes ser «compañero» de tu hijo, pero sin olvidar que tú eres el padre. Si te comportas sólo como un compañero de tu hijo, esto no le hará bien a él.
Y este problema lo vemos también en la comunidad civil. La comunidad civil, con sus instituciones, tiene una cierta responsabilidad —podemos decir paternal— hacia los jóvenes, una responsabilidad que a veces descuida o ejerce mal. También ella a menudo los deja huérfanos y no les propone una perspectiva verdadera. Los jóvenes se quedan, de este modo, huérfanos de caminos seguros que recorrer, huérfanos de maestros de quien fiarse, huérfanos de ideales que caldeen el corazón, huérfanos de valores y de esperanzas que los sostengan cada día. Los llenan, en cambio, de ídolos pero les roban el corazón; les impulsan a soñar con diversiones y placeres, pero no se les da trabajo; se les ilusiona con el dios dinero, negándoles la verdadera riqueza.
Y entonces nos hará bien a todos, a los padres y a los hijos, volver a escuchar la promesa que Jesús hizo a sus discípulos: «No os dejaré huérfanos» (Jn 14, 18). Es Él, en efecto, el Camino que recorrer, el Maestro que escuchar, la Esperanza de que el mundo puede cambiar, de que el amor vence al odio, que puede existir un futuro de fraternidad y de paz para todos.[…]


01 febrero 2015

Los peligros del adulterio

La vida es una complicación que debemos solventar cada día. Sencillamente es una manera de decir que se lucha a cada momento, incluso a veces es una batalla sin cuartel el querer y poder dormir, algo tan relajante se convierte en una pelea con uno mismo. El matrimonio tiene también su aspecto complicado. Para ello hay que acudir a soluciones, que ya nos han venido predeterminadas y aplicarlas a nuestro matrimonio, pues cada uno vive y está en sus circunstancias. Y el mejor libro al que podemos acudir es La Biblia, el libro más leído y traducido de todos los tiempos.
 
Podemos citar del Antiguo Testamento, el libro de los Proverbios, tradicionalmente atribuido al Rey Salomón (1000 años antes de Jesucristo). 

Los consejos son muchísimos, muy actuales, sirven siempre, no tienen desperdicio en ningún caso, es una buena ficha para recordarlos.

Y alerta nosotras, las esposas!! antes y ahora ha habido, y hay muchas mujeres, que van en busca de hombres casados. Así que es bueno que los tengamos en cuenta.






LIBRO DE LOS PROVERBIOS
Del CAPÍTULO 5
Los falsos encantos de la mujer adúltera
5:
1 Hijo mío, atiende a mi sabiduría, inclina tu oído a mi inteligencia, 
5:2 para que guardes la debida discreción y tus labios conserven la ciencia. 
5:3 Porque los labios de la mujer ajena destilan miel y su paladar es más suave que el aceite, 
5:4 pero al final, ella es amarga como el ajenjo, cortante como una espada de doble filo. 
5:5 Sus pies descienden a la Muerte, sus pasos se precipitan en el Abismo; 
5:6 ella no tiene en cuenta el sendero de la vida, va errante sin saber adonde. 
Los peligros del adulterio
5:
7 Por eso, hijos, escúchenme y no se aparten de las palabras de mi boca. 
5:8 Aleja de ella tu camino y no te acerques a la entrada de su casa, 
5:9 no sea que entregues a otros tu honor y tus años, a un hombre cruel; 
5:10 que gente extraña se sacie con tu fuerza y tus trabajos vayan a parar a casa ajena, 
5:11 y que al fin tengas que gemir, cuando estén consumidos tu cuerpo y tu carne. 
5:12 Entonces dirás: "¿Cómo aborrecí la instrucción y mi corazón despreció las advertencias? 
5:13 Yo no escuché la voz de mis maestros ni atendí a los que me enseñaban. 
5:14 Faltó poco para que estuviera en el colmo de la desgracia, en medio de la asamblea y de la comunidad". 
La fidelidad conyugal
5:
15 Bebe el agua de tu cisterna y la que fluye de tu propio pozo. 
5:16 Que tus fuentes no se dispersen hacia afuera ni tus corrientes de agua, por las calles. 
5:17 Que ellas sean para ti solo y que no haya extraños junto a ti. 
5:18 ¡Bendita sea tu fuente, y encuentra tu alegría en la mujer de tu juventud,
5:19 cierva amable, graciosa gacela! 
5:Que en todo tiempo te embriaguen sus amores y estés siempre prendado de su afecto. 
5:20 Hijo mío, ¿por qué te dejarás prendar por la mujer ajena y abrazarás los pechos de una extraña? 
5:21 Los caminos del hombre están bajo la mirada del Señor y él tiene en cuenta todos sus senderos. 
5:22 El malvado será presa de sus propias faltas y quedará atrapado en los lazos de su pecado. 
5:23 Morirá por falta de instrucción y se extraviará por su gran necedad.
Del CAPÍTULO 6
Contra el adulterio
6:
20 Observa, hijo mío, el precepto de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre. 
6:21 Átalos a tu corazón constantemente, anúdalos a tu cuello. 
6:22 Que ellos te guíen mientras caminas, que velen sobre ti cuando estás acostado, y conversen contigo cuando despiertas. 
6:23 Porque el precepto es una lámpara, la enseñanza, una luz, y las reglas de la instrucción, un camino de vida, 
6:24 a fin de preservarte de una mala mujer y de la lengua seductora de una extraña. 
6:25 No codicies su hermosura en tu corazón ni te dejes cautivar por sus miradas. 
6:26 Porque el precio de una prostituta es un mendrugo de pan, pero una mujer casada anda a la pesca de una vida lujosa. 
6:27 ¿Puede un hombre ponerse fuego en el pecho sin que se inflame su ropa? 
6:28 ¿Se puede caminar sobre brasas sin quemarse los pies? 
6:29 Eso le pasa al que se acuesta con la mujer de su prójimo: el que la toque no quedará impune. 
6:30 ¿Acaso no se desprecia al ladrón, aunque robe para saciar su apetito cuando tiene hambre? 
6:31 Una vez descubierto, paga siete veces y tiene que entregar todos los bienes de su casa. 
6:32 El que comete adulterio es un insensato, se arruina a sí mismo el que obra así: 
6:33 lo que conseguirá son golpes e ignominia, y su oprobio nunca se borrará. 
6:34 Porque los celos enfurecen al varón, y no tendrá compasión en el día de la venganza; 
6:35 no aceptará ninguna compensación, ni querrá saber nada aunque quieras darle más.
Del CAPÍTULO 7
Contra las seducciones de la mujer adúltera
7:
1 Hijo mío, observa mis palabras y atesora mis mandamientos. 
7:2 Observa mis preceptos, y vivirás, guarda mi enseñanza como la pupila de tus ojos. 
7:3 Átalos a tus dedos, escríbelos sobre la tabla de tu corazón. 
7:4 Di a la Sabiduría: "Tú eres mi hermana", y llama "Amiga" a la Inteligencia, 
7:5 para preservarte de la mujer ajena, de la extraña que se vale de palabras seductoras. 
7:6 Mientras yo estaba a la ventana de mi casa, miré a través de mi reja, 
7:7 y vi entre los incautos, divisé entre los adolescentes a un joven falto de juicio, 
7:8 que pasaba por la calle, junto a la esquina, y se dirigía hacia la casa de ella, 
7:9 en el crepúsculo, al caer el día, en medio de la noche y la oscuridad. 
7:10 De pronto, le sale al paso esa mujer, con aire de prostituta y el corazón lleno de astucia: 
7:11 es bulliciosa, procaz, sus pies no paran en su casa; 
7:12 unas veces en las calles, otras en las plazas, está al acecho en todas las esquinas. 
7:13 Ella lo agarra, lo cubre de besos, y le dice con todo descaro: 
7:14 "Tenía que ofrecer sacrificios de comunión, hoy mismo he cumplido mis votos; 
7:15 por eso salí a tu encuentro, ansiosa por verte, y te encontré. 
7:16 He cubierto mi lecho con mantas de telas multicolores, de hilo de Egipto; 
7:17 he perfumado mi cama con mirra, con áloes y cinamomo. 
7:18 ¡Ven! Embriaguémonos de amor hasta la mañana, entreguémonos a las delicias del placer. 
7:19 Porque mi marido no está en casa, ha emprendido un largo viaje, 
7:20 se llevó la bolsa del dinero, no volverá hasta la luna llena". 
7:21 Así lo persuade con su gran desenvoltura, lo arrastra con sus labios seductores. 
7:22 En seguida, él la sigue, como un buey que es llevado al matadero, como un ciervo que cae en el lazo, 
7:23 hasta que una flecha le atraviesa el hígado, como un pájaro que se precipita en la trampa, sin advertir que está en juego su vida. 
7:24 Y ahora, hijo mío, escúchame, y presta atención a las palabras de mi boca: 
7:25 que tu corazón no se desvíe hacia sus caminos, que no se extravíe por sus senderos, 
7:26 porque son muchas las víctimas que ella hizo caer, y eran fuertes todos los que ella mató: 
7:27 su casa es el camino del Abismo, que baja a las cámaras de la Muerte.


***En el cuadro, El Rey Salomón pintado por Pedro Berruguete.

28 enero 2015

Tratarse como de novios

…Un día, ella al levantarse de la cama le dijo a su marido: Me voy, ya no te quiero. Sin ir más lejos, llevaban 28 años casados y el amor se había esfumado. Son cosas que pasan, dicen unos; es inevitable, dicen otros; qué aburrimiento! 28 años con el mismo hombre, dicen algunas; es normal, lo mejor es cambiar de pareja, dicen muchos y muchas; es comprensible, conclusión de todos y de todas ellas que no creen en el matrimonio para toda la vida.

Él y ella dejaron enfriar el amor que les había unido, dejaron de cuidar ese amor que en ellos floreció y ardió cuando se conocieron, que creció en el noviazgo y les llevó al matrimonio. Pasó el tiempo y después de enfriarse del todo, el amor desapareció. Ante ello, el planteamiento simple y egoísta que sobrevino fue ¿De qué me vale seguir así? Y se dio solo una respuesta: ¡Adiós!
¿Cuántas veces lo hemos visto a nuestro alrededor?

Pero hay más respuestas o posibilidades, incluso en el Ahora que vivimos. La propuesta valiente y revolucionaria es la de luchar por conseguir renacer ese amor que viviste tan dentro de ti, mucho tiempo atrás. Es importante el punto de partida, es decir, querer recuperar al esposo. Lo significativo es querer hacerlo, querer intentarlo, aunque lo que veamos sean solo defectos en él, caras raras y sucias, pingos, palabrotas, desaires, desganas, insonrisas. Sin embargo realmente hay muchas cosas buenas en él que no vemos de momento ni recordamos. Por lo tanto, se tratará de iniciar una lucha, y habrá de ser constante y paciente; paciente primero contigo misma, pues el entorno inmediato y todo lo demás puede que te demuestre que vas contracorriente; pero tu sigue con tu proyecto de amor, da igual, siempre habrá tiempo para tirar la toalla, decir ¡Adiós! Es lo último, o mejor dicho, es mejor que ni te lo plantees.

En esta lucha tendrás que pensar que habrás de perdonar. En ocasiones se tratará de un esfuerzo casi sobre humano que requerirá mucha humildad. Incluso es posible que te veas más guapa y hasta te surgirá un pretendiente… en el ascensor de tu trabajo, en la cola de la caja del supermercado, en un intercambiador de la línea del Metro, en la parada repetitiva y diaria del autobús… Es decir, al paso te surgirán tentaciones, desganas de lucha, fracasos nuevos y viejos. Pero tú adelante, sin mirar atrás. Y si eres de esas personas que todavía no te has puesto a rezar, será el momento de hacerlo, de acudir a la Virgen Santísima para rogarle que te ayude a cada paso que des.Insiste a Nuestra Señora y Madre! ¡Consúltale lo que vas a emprender! Ves a visitarla a una iglesia o a un santuario para pedirle fuerzas.

Y cuando te sientas abatida, Mira la Estrella, Mira a María.

25 enero 2015

Recogimiento o desprendimiento

Ya hemos ido de rebajas. Un día u otro hemos encontrado aquello que queríamos comprar, pero a mejor precio… porque de eso se trataba, o no? Hemos visto también, como algunas tiendas, comercios, o cadenas de marcas, han sacado del baúl de los recuerdos muchas prendas que ni se sabe cuando han estado de moda, pues con la tendencia Over Size ya no sabes si el tallaje está equivocado o eres tú que te encasillaste en un estilo o de dimensiones

No hemos comprado como, otros años, cosas inservibles o monísimas que solo te gustaron en la tienda, ¿verdad que ha sido así? Pusiste razón y conocimiento a la hora de comprar ¡Eso está bien! Pero resulta que ya no cabe nada más en el armario, ni en el de tus hijos, ni en el de tu marido ni en el tuyo, por supuesto.

Es la hora de asumir la verdad que coincide con la realidad. Con el tiempo has ido ganando unos cuantos kilos y por mucho que lo intentes, no los bajas ni a tiros. Aquella enfermedad, la menopausia, los achaques, los disgustos, lo que sea… te han incrementado dos tallas!! Conclusión: hay que empezar a tirar, reciclar, dar, vender, ceder, intercambiar… etc. a entidades sociales, a los “puntos verdes”, a las tiendas “Vintatges”, mercadillos, y por qué no, a la misma basura.

La ropa, los bolsos y los complementos, y también aquellos zapatos casi nuevos que ni te caben porque los juanetes se quejan enormemente,  pueda ser que interesen a otras personas. No hay de padecer recogimiento por las cosas, por los objetos, tienes que desprenderte de aquello que guardabas por el por si acaso. Por ejemplo, un vestido de boda que, aparte que no te cabe, lo llevaste a la modista, el arreglo no valía la pena y lo volviste a guardar al armario; aquel abrigo siberiano que te compraste para unas excursiones y que casi no te pusiste porque el frío no era para tanto; esos bolsos guapísimos que no usas porque son incomodísimos, pesan o son muy grandes, o son tan pequeños que lo que necesitas introducir no cabe. Por supuesto, aquellos jerséis o blusas minis con los que enseñabas el ombligo, la cintura o la espalda, después de aquel lumbago que cogiste por el frío, decidiste que era mejor presumir de otra manera…. Y así, puedes seguir tú, pues tú sabes mejor que nadie que no vas a conseguir bajar dos tallas. Y si definitivamente las llegas a bajar con mucha pausa y paciencia, cuando te veas tan espectacular lo menos que te va a apetecer es bajar las cajas de esa ropa antigua y saldrás corriendo a comprarte cosas de temporada aunque sean unas pocas.


Lo mejor es poner orden en los armarios. Pero ¡alerta! con los y las adolescentes, ¡ojito! no tirar nada sin preguntar, no vaya a producirse un cataclismo familiar por una camiseta o unas bambas. Con los maridos igual, hay que preguntar, aunque algunos son muy presumidos y se les ha de frenar porque también compran mucho. Y si te desprendes de muchas cosas, encontrarás antes lo que te va bien, te vestirás más rápido, sin dar tiempo a ensoñaciones de figurín que no llevan a ninguna parte, solamente a disipar la imaginación en tonterías y en pérdidas de tiempo.

13 enero 2015

Compromiso mutuo

Aunque parezca mentira, debido al alud de noticias sobre las cifras desastrosas  del número de divorcios que se producen en nuestro país o en otros países, paralelamente se publican noticias sobre la larga vida de los matrimonios.

En este mar de noticias, también se dan a conocer esas otras llenas de esperanza para los que creemos que una vida longeva del matrimonio es posible. Nada es fácil. Pero nadie ha de pensar que en el matrimonio todo es difícil, o todo es cuestión de aguantarse o de resistir en las trincheras, como algunos soldados que han de quedarse en ellas para mantener la línea de tiro. No, eso no es matrimonio. El núcleo del matrimonio no es el miedo o la dificultad, el centro mismo del matrimonio es el amor, pero no aquél basado solamente en la atracción física y en el enamoramiento, sino basado en un amor de compromiso mutuo, desde el día maravilloso del enlace hasta el día de la muerte que los va a separar.


De ahí que también hemos de alimentarnos de esas buenas noticias sobre los matrimonios, como es el caso de aquella pareja de ancianos que murieron simultáneamente; aquella otra que al morir la esposa, las flores que le lleva su viudo  a la tumba, están produciendo en él la conversión hacia Dios; o aquella de la que decían que siempre iban cogidos de la mano .  

11 enero 2015

Año de la familia

2015 es y será el año de la familia para los cristianos, apoyando los trabajos sinodales. Además del aspecto experimental que poseemos, es decir, los conocimientos que tenemos sobre la familia a través de nuestra experiencia de ser hijos de nuestros padres y cónyuges, en el caso de estar casados o ser viudos, debemos estudiar estos temas pues la experiencia no ha de ser el único elemento para el conocimiento, pues siempre sería un conocimiento débil, aunque sea importante.
 

El link que os presento hoy es del fundador del Opus Dei, un santo universal, san Josemaria Escrivá. Su web, que nació muchos años más tarde de su traspaso al cielo, contiene todos sus escritos y libros, y referencias constantes al Papa, al sumo pontífice de la Iglesia Católica. Y la página que he linkado es la correspondiente al tema de la familia y el matrimonio, textos para estudiar y para meditar, en definitiva, para conocer directamente la voz de los santos de la Iglesia.

02 enero 2015

¡Hola México!

Un saludo desde Barcelona, España. Leo los artículos sobre la familia de la web de la Archidiócesis de México DF, y me gustan... están muy pegaditos al Papa.

Es un detalle más que demuestra que no hay distancias en la doctrina, ni en sus contenidos ni en sus aplicaciones para estar cerca de la Ciudad Eterna. No importan los colores de la piel, ni los orígenes ni los idiomas pues el mensaje del Evangelio de Jesucristo es universal y cala y puede calar en cualquier época o lugar. Se trata de respetar la cultura y por medio de ella, evangelizar. Lo que hoy se llama inculturación, se ha hecho siempre, desde san Francisco Javier (uno de los fundadores de la Compañía de Jesús, los jesuitas) en la India y en el Japón, como san Patricio en Irlanda, por poner ejemplos conocidos. Además, hay que reclamar que se respete también la libertad religiosa. Lo importante es no dejarse claudicar por la invasión de mensajes e ideologías que dejan al margen a Dios mismo, y adelante! sin dar un paso atrás.