05 junio 2013

Compartir el duelo

Conversar con mujeres que están viviendo la viudedad a mí me reporta un aspecto conmovedor y de profundo agradecimiento a Dios sobre el estado matrimonial en el que nos encontramos las personas casadas y en el que gozamos todavía de una vida junto a nuestro esposo. La viudedad ofrece una ocasión muy grande para vivir al pie de la Cruz, como lo estuvo María, la Madre de Dios y Madre nuestra, junto a otros que allí se encontraban. La viudedad no suele ser un estado de liberación en el que dices ...por fin eres libres!, o que ...por fin tengo tiempo para mi!. Es muy probable que si el esposo murió después de una larga o corta enfermedad, se produzca un respiro en el cuerpo y en el alma de la viuda (o la viudo), a partir del momento de la muerte. Pero cuando antes estaba y luego ya no, sin previo aviso de nada, repentinamente, entonces la ruptura es brutal.


Cecilia me explicaba, al compartir su experiencia, que cuando le enseñaron la ecografía de su nieto, ni saltó de alegría ni saltó por nada, sino hasta al cabo de tres días que mirando la foto de su difunto esposo comprendió la belleza de una nueva vida en el vientre de su hija, la cual la había tenido junto a Josep. Ahora, casi a los seis años después de la separación de sus cuerpos mortales, explica su dolor sin llorar, como si ya estuviera curado. Pero sabe que su vida no es ni será igual que antes. Pero que gracias a Dios tiene la obligación de seguir viviéndola, disfrutándola y compartiéndola con otras personas, sus hijos, sus nietos, y sus amigas que vamos comprendiendo su estado y su dolor, sus nuevas emociones, a través del amor que nos intercambiamos.

03 junio 2013

La familia numerosa en el cine

Steve Martin es un conocido actor americano cuya especialidad es la de hacernos reír, cosa que no es fácil. Además es el eterno protagonista del cine familiar, no tiene sentido del ridículo y con sus payasadas puedes pasar un ratito distraído. “Doce en casa” (USA 2003, remake de 1950) es una película que puede resultar sorprendente pues no es habitual que veamos cómo funciona una familia numerosa compuesta de doce hijos. Es cómica pero por supuesto en muchos aspectos es real. Se producen situaciones que son para pedir ¡socorro! o para tomárselo con calma y bien. El contraste muy llamativo lo ponen la familia de los vecinos más próximos que son de hijo único. El motor de la película es mostrarnos un ejemplo de cómo vive una familia numerosa y la manera de sobre vivir en ella, y la forma es renunciando cada uno de sus miembros a algo muy importante o que creían que era algo importante. Esa es la conclusión, la generosidad, el dar, el entregarse, hace posible recibir más y más amor de los demás.

En ningún momento de la película se hace referencia a un sentimiento o inclinación religiosa, pues hay que tener en cuenta que el amor a la familia y a una familia numerosa no es patrimonio de ninguna religión sino que podemos encontrarlo en cristianos, judíos, musulmanes, por poner los ejemplos de las religiones más arraigadas en el mundo. En ese sentido la película es muy sabia.


27 mayo 2013

Decálogo para ser unos buenos suegros


Cuando un hijo se va a casar te sobreviene la familia política y como tal no la has escogido, por ello con estos nuevos e importantes familiares, hay que esforzarse en amabilidad y en amor por el bien de nuestros hijos.

Respecto de los hijos, es algo más difícil, porque no dejan de ser hijos aunque se casen, por eso hay que pisar el freno e ir a la velocidad de Zona 30 como si estuviéramos en el casco antiguo de una ciudad.

Duele en el corazón muchas de las cosas que se van a proponer a continuación. Después de llevar a la reflexión una charla que le oí a un sacerdote de sabio criterio en estos temas, las escribí.

Mi pregunta básica era ¿Pero, qué podemos hacer los padres en el tiempo del noviazgo y una vez casados nuestros hijos? 

1.   Tener en cuenta que todo, todo, lo que hagáis o dejéis de hacer tendrá consecuencias. Y a veces serán muy malas y difíciles de curar aunque no hayamos tenido mala intención pues crearán tensiones en la pareja, y en el matrimonio, si ya están casados.
2.    Tener en cuenta que el hijo o la hija, una vez casados, rompen realmente el lazo que existía con los padres para establecer uno nuevo que no precisa del anterior.
3.      Dar a entender que estáis disponibles, con la nevera llena, y con espacios en la agenda para ellos, así se sentirán cómodos y les apetecerá estar con los padres y suegros.
4.      No insistir en ¿cuándo vendréis a almorzar?
5.      No insistir en ¿cuándo vendréis a vernos?
6.      No insistir en llamar por teléfono, por favor!!!
7.    Y cuando estáis con ellos...No quejarse porque no llaman por teléfono como tú quieres
8.     No quejarse porque no vayan a almorzar o cenar a casa de sus padres como tú quieres
9.     No quejarse porque no vayan a veros como tú quieres.
10.  Y tener mucha paciencia y humildad, y antes de que se acaben las reservas: rezar mucho y pedírselo a la Virgen Santísima, en la advocación que tú quieras.

22 mayo 2013

Operación verano


Aunque estemos en primavera (en este hemisferio) y tendríamos que estar tomando el sol,  parece que este año el calor está tardando en llegar. Pero no pasa nada, como siempre subirán los termómetros y huiremos a las playas para sumergirnos en el mar fresquito y nadaremos como sirenas. De momento, algunas mujeres ya han empezado la “Operación verano” comiendo barritas “adelgazantes” para poderse poner los modelitos veraniegos. Sin menospreciar esas barritas mágicas, lo mejor es poco plato y mucho zapato”, que a la práctica significa ir a pie al trabajo; o bajarse del metro o del autobús cada día una parada o dos antes de nuestro destino; no utilizar las escaleras mecánicas ni los ascensores (si las rodillas nos acompañan); no comer entre horas, es decir, evitar el picoteo; beber agua e infusiones en el trabajo y en casa ¡también! Comer poco lo que nos gusta; sobre todo, servirnos ¡la mitad! de lo que realmente comeríamos; olvidarse de las galletas, bollerías y aperitivos varios. Sin lugar a dudas, si estamos pagando un gimnasio, hay que amortizarlo. En resumen, y como decíamos,poco plato y mucho zapato” , y no solo notaremos una reducción de la cintura sino también de los gastos habituales, que en tiempo de crisis cualquier ahorro es bienvenido.

20 mayo 2013

Educar a una mujer es educar a un pueblo


La sabiduría popular está basada en la mayoría de los casos en la repetición de las cosas de la vida cotidiana, y que con gran observación y agudeza se transmite de generación en generación. Por ello nos puede seguir ayudando a entender las cosas más elementales y cotidianas. Sin embargo, hoy en día, el cientifismo, es decir, la imposición de la afirmación de que solo es real todo aquello que se puede medir, pesar y contar, nos embarca en grandes teorías que nos agobian como callejones sin salida.

En ese sentido, una amiga me regaló una frase que su sabia abuela le había transmitido con bastante insistencia: Educar a una mujer es educar a un pueblo. Cuántas veces hemos visto, oído y leído cómo la revolución de la mujer en el siglo XX ha supuesto el motor de muchísimos, y no siempre positivos, cambios para la sociedad. 

Podemos destacar, el aborto del que ya hemos escrito en otras ocasiones, está llevando al declive de la sociedad actual al legitimar la autodestrucción del propio ser humano. También, el divorcio y las rupturas matrimoniales, que en muchas ocasiones su origen proviene de la exigencia de la mujer consistente en que el hombre cambie el rol que tenían sus antepasados por el mero hecho de casarse. Y más recientemente, las discusiones entre el marido y la mujer, debido al incumplimiento de alguno de los dos de aquellos encargos domésticos, medidos al milímetro y escritos en una hoja de “Excel” para llevar la cuenta del uno y de la otra y viceversa, sin cesión por ninguna de las dos partes; o debido,  en su caso, a que la mujer cree que la igualdad está ceñida a una hoja “Excel”….

Y más cosas por el estilo. 

Si el mundo cambió porque nosotras hemos salido del trabajo del hogar para estudiar, mandar o ser soldados, también podemos, ahora, avanzar en el amor a la vida, a la propia y a la ajena, empezando por la del no nacido, y por quien nos ofrecimos enteramente cuando nos casamos, nuestro marido. Si enseñamos en la familia el valor del amor por el amor, y no por el del resultado final de un listado de tareas, si lo transmitimos sin miedo pero respetando al otro, y haciéndonos respetar, resurgiríamos de este declive social porque el egoísmo nos está autodestruyendo. Para que el mundo mejore, hemos de empezar cada una y cada uno en el si de su familia y de su trabajo, y ¡todo irradiará a nuestro alrededor!

Gracias, Begoña

18 mayo 2013

El costumbrismo en el cine



Enamorarse a primera vista es ese corto circuito que se produce en el cruce de dos miradas que se desean al instante. Eso le pasó a Sean Thornton (John Wayne) cuando vio a la pelirroja, pecosa y temperamental Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara). Pero no lo tuvo fácil. Sean Thornton había nacido en una bella y verde población de Irlanda, Inisfree. Poco tiempo después su familia se trasladó a Estados Unidos. Pero en un momento dado de su vida, Sean decide regresar a aquel lugar, del cual tenía un profundo recuerdo transmitido por su madre. Al poco de llegar a Inisfree, se creó una gran expectación por el recién llegado, y le nació su primer y gran enemigo, el hermano de Mary Kate.

A lo largo de la película The Quiet Man (Un hombre tranquilo, 1952) del gran director americano Jhon Ford, se suceden una serie de acontecimientos, pequeños, pero indicativos del arraigo de las costumbres locales, tan importantes para las personas de Inisfree como incomprensibles para Sean, un hombre tranquilo y pacífico. Esas costumbres, como por ejemplo pedir permiso al hermano mayor (en ausencia del padre) para poder iniciar una relación o noviazgo, o bien aceptar la dote, le harán enfrentarse a su pasado complicado y que a veces le impide defender lo que más ama.  De alguna manera y a través de la película, podemos ponernos en la piel de las familias que tienen sus costumbres arraigadas desde hace muchas generaciones, las cuales son tan importantes y tan fuertes, que aun amándose los novios con locura, impiden la celebración de un matrimonio o incluso la consumación de éste.

The Quiet Man tuvo dos oscars, a la mejor fotografía y al mejor director. Jhon Ford sin duda incide en la relación más o menos conflictiva que existe entre los católicos y protestantes de aquellas verdes y húmedas tierras irlandesas. La película forma parte de la historia del buen cine. Y sus dos protagonistas, los podemos contemplar en uno de sus mejores celuloides. 

15 mayo 2013

Custodiar la familia


Ser custodios de la familia, es cuidarnos unos a otros, es decir, seguir el mandato de la caridad, junto a toda la creación que Dios nos entregó para vivir en ella y gracias a ella. En ese sentido, Su Santidad el Papa Francisco, en la santa misa de la imposición del palio y la entrega del anillo del pescador al inicio de su ministerio petrino, el pasado 19 de marzo de 2013, en la homilía incidió en el tema de la familia y la relación entre sus miembros, basada en el amor:

“Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios."

"Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen «Herodes» que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer.”

"Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. Pero, para «custodiar», también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura."