25 marzo 2012

En el Día Internacional de la Vida

Hay una fiesta en el cielo. Celebramos con alegría que millones de personas en todo el planeta estemos a favor de preservar la vida del no nacido y sigamos luchando contra el crimen nefando del aborto. Hoy, si no fuera domingo, sería la fiesta litúrgica de la Encarnación de la Virgen Santísima, en cuya fiesta del año 1995 el Beato Juan Pablo II tuvo a bien publicar la encíclica Evangelium Vitae. En ella encontraremos la doctrina de la Iglesia Católica sobre el Evangelio de la Vida, y más concretamente en sus puntos 58 y siguientes sobre “El delito abominable del aborto”. Su lectura es muy clarificadora, pues describe toda la cadena de responsabilidad en la acción del aborto procurado, no es solo la madre y el médico, también el padre, los centros sanitarios, otros miembros de la familia, los legisladores…