06 enero 2012

La primera manifestación del Señor

Los Reyes Magos le ofrecieron al Niño Jesús regalos, oro por ser rey, mirra por ser hombre e incienso por ser Dios, así se lee en el Evangelio de hoy de San Mateo (2, 1-12).

Mucho tiempo antes el profeta Isaías ya lo anunció:

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti.
Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá.
Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.

Fragmento del Libro de Isaías 60, 1-6