02 septiembre 2013

Pontificio Consejo para la Familia

 ¿Quién es?  Es responsable de la promoción del ministerio pastoral y del apostolado de la familia, aplicando las enseñanzas y orientaciones del magisterio de la Iglesia. Las familias cristianas pueden ser así ayudadas a cumplir su misión educativa y apostólica, como respuesta a la realización del Evangelio de la familia en el mundo contemporáneo.

Al Dicasterio le corresponde la tarea de coordinar y promover los esfuerzos pastorales de cara a la procreación responsable y de animar, sostener y coordinar las iniciativas en defensa de la vida humana en todo el arco de su existencia, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Otros temas candentes entran también en la esfera de competencia del Consejo: la teología y la catequesis de la familia; la espiritualidad conyugal y familiar; los derechos del niño y de la familia; la formación de laicos comprometidos en la pastoral familiar; los cursos de preparación al matrimonio.


El Dicasterio se ocupa también de otras cuestiones, como la demografía, la contracepción y el aborto, la esterilización, las cuestiones éticas y pastorales concernientes al sida y a los problemas de la bioética; la legislación relativa al matrimonio y a la familia, a las políticas familiares y a la tutela de la vida humana. El Arzobispo Vincenzo Paglia es, desde el 26 de junio de 2012, el nuevo presidente del Pontificio Consejo para la Familia. Fue nombrado el 4 de marzo del año 2000 Obispo de Terni-Narni-Amelia. Su inmediato predecesor fue el Cardenal Ennio Antonelli, presidente emérito. El Comité de Presidencia está compuesto por 18 Cardenales y 7 Arzobispos y Obispos; 20 matrimonios procedentes de todo el mundo, son miembros. El Dicasterio se sirve también de la colaboración de 40 Consultores y del trabajo cotidiano de 15 Oficiales y de numerosos voluntarios.

Desde 1994, a petición de las Conferencias Episcopales, el Pontificio Consejo ofrece cursos de actualización para Obispos y trabajadores pastorales sobre “Familia, vida y cuestiones éticas”. Desde 1994, Año de la Familia, el Dicasterio es responsable de la organización de los Encuentros Mundiales de la Familia, llevados a cabo en Roma 1994; Río de Janeiro 1997; Roma 2000 en el contexto del Jubileo de las Familias; Manila 2003; Valencia (España) en 2006; Ciudad de México 2009 y Milán (Italia) en 2012. El próximo Encuentro Mundial de la Familia tendrá lugar en septiembre de 2015 en Philadelphia, Estados Unidos.

En 1996, el Pontificio Consejo para la Familia puso en marcha la publicación de la Revista cuatrimestral, “Familia et Vita”, que recoge artículos de Obispos y expertos sobre los temas que entran en el área de competencia del Dicasterio. El Consejo ha promovido numerosas publicaciones, disponibles en diveros idiomas, sobre temas concernientes a la familia y a la vida. Cabe recordar el nuevo “Enchiridion” sobre la familia y la vida, editado por la Libreria Editrice Vaticana en 2012, y el poderoso volumen de las Actas (800 páginas) del VII Encuentro, llevado a cabo en la ciudad de San Ambrosio y de San Carlos.

Fue instituido por el Beato Juan Pablo II con el Motu Proprio “Familia a Deo instituta”, el 13 de mayo de 1981, día del atentado en la plaza de San Pedro, el Pontificio Consejo para la Familia sustituyó al comité para la Familia creado por Pablo VI en 1973.


Y aquí tenéis su web. 

31 agosto 2013

Matrimonios a los altares

Desde que el Concilio Vaticano II (1965) definió que la santidad era una llamada universal para todos los cristianos del mundo, con independencia de su origen o condición, se van abriendo causas de canonización de matrimonios, ya que a lo largo de su vida conyugal ambos cónyuges han elevado su matrimonio a la santidad, viviendo las virtudes cristianas a un nivel heroico. Así hemos visto como los padres de santa Teresita de Lisieux, Luis y Celine Martin, fueron beatificados por el santo padre Benedicto XVI en el año 2008.


Ahora están camino de los altares, entre otros, dos matrimonios españoles. Por un lado, el matrimonio de Tomás Alvira y Paquita Domínguez. Se casaron en el año 1939, tuvieron 9 hijos, y padecieron dolorosas enfermedades al final de sus vidas; él falleció en 1992 y ella en 1994. Los colaboradores de este blog les tenemos un especial afecto. 



Otro matrimonio estupendo es el de Manuel Casesnoves y Adela Soldevila. También tuvieron 9 hijos, y además acogieron a dos sobrinos huérfanos. Se casaron en el año 1924. El murió en 1958 y ella en 1988.


Desde entonces la devoción privada dirigida a estos matrimonios se está extendiendo de una manera muy feliz, pues son unos buenos intercesores en materia matrimonial. Las causas de beatificación están concluidas aquí en España. La continuación de los procesos se sigue en el Vaticano.


Ahora nos toca a nosotros pedirles favores, también milagros, y escribir a Roma, a la Oficina de la Causa de los Santos, explicando cómo nos va la vida gracias ellos…

Sobre el matrimonio Casesnoves

* En la foto superior, el matrimonio Casesnoves con sus hijos, y en la otra el matrimonio Alvira, muy jovenes.

27 agosto 2013

Sí que trae cuenta casarse

Hemos escuchado en la santa misa del día 16 de agosto, el pasaje del evangelio de san Mateo 19, 3-12, que está dedicado, de una manera específica, al matrimonio y al divorcio. Es el siguiente:

“En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? 

Él respondió: -¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y unirá a su mujer y serán los dos una sola carne? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. 

Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? 

Él les contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza- y se casa con otra, comete adulterio. 

Los discípulos le replicaron: Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse. Pero él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.”

Y así es. El don es la vocación al matrimonio que se llenará de la gracia que Dios infundirá en el momento en el que los futuros esposos establecerán el compromiso matrimonial, al momento de casarse. La gracia sacramental recibida, incrementada con la eficacia de los otros sacramentos, será el impulso divino para llevar adelante los designios de Dios a lo largo de toda la vida conyugal, que, si Dios quiere, será muy larga.

*En la foto, san Mateo en el frontis de la Catedral de Lima

25 agosto 2013

Playas textiles

Cada verano abordo el tema del bañador playero, los pareos, los pañuelos y las pamelas, pues se lucen demasiadas carnes al sol. No es bueno para la memoria de la piel, por las consecuencias graves que se suceden a las quemaduras solares, año tras año, y no es bueno para la moral personal ni social la visión y visualización posterior de los cuerpos al aire. No obstante, este año por las imágenes diarias que los medios televisivos nos han brindado en aras de lo bien que va el turismo en España, se ven más bikinis y empiezan a verse bañadores. Sin duda el cuerpo femenino enfundado en un bañador completo resulta más atractivo, sensual y estiliza más su figura. Se trata de disfrutar de la playa, la piscina, las zonas variadas de baño, sin molestar a nadie. Ni siquiera a uno mismo. Pasear rompiendo las olas en las piernas, jugar a pelota en pareja en la orilla del mar, jugar a voleibol en la parte superior de la playa, ir en patinete acuático, o navegar en un yate, son actividades muy propias de la playa, apetecibles, e incluso divertidas o relajantes, pero, muy bien!! en bañador. Los pareos son insinuantes, cogidos a la cintura, o por detrás del cuello con la espalda libre, y sobre todo de esos tejidos muy ligeros y volátiles. Y no digamos una pequeña pamela con unas gafas de sol y varias pulseras de colores. En fin que podemos ir por la playa muy atractivas, y sobre todo sin necesidad de hacernos quemaduras de primer grado o más, cubiertas de una buena pantalla protectora de crema, pues en estos días en los que ya podemos estar bien bronceadas la piel sigue reclamando su cuidado y su protección textil. Además daremos muestras de modestia en el vestir, algo muy necesario en esta era de libertinaje en aras de la libertad en el vestir.

23 agosto 2013

Y se casaron

El Ritual del Matrimonio del libro litúrgico de la Iglesia católica se utiliza para consagrar el amor matrimonial de hombre y mujer. En el libro podemos encontrar la siguiente oración. Os propongo que en los nombres pongáis el de vuestro esposo, o en su caso, el de vuestra esposa, así lo he hecho yo.


Señor, Dios nuestro, creador del universo y de todo lo que vive, tú has hecho al hombre y a la mujer a tu semejanza, y para asociarlos a tu obra de amor, les has dado un corazón capaz de amar.

Tú has querido que hoy, en esta iglesia, Isabelita y Joan unan sus vidas. Tú quieres que ahora construyan su propio hogar, que busquen amarse cada día más, siguiendo el ejemplo de Cristo, que amó a los hombres hasta morir en una cruz.
Bendice, protege y fortifica el amor de estos nuevos esposos: que su amor mutuo sostenga su fidelidad, les haga felices y les haga descubrir en Cristo el gozo del don total a quien se ama.
Que su amor, semejante a tu amor, Señor, sea para ellos una fuente de vida que les mantenga atentos a las necesidades de sus hermanos y que su hogar esté abierto a los ojos.

Que apoyando su amor en el amor de Cristo, tomen parte activa en la construcción de un mundo más justo y fraterno y así sean felices a su vocación de hombres cristianos.
Amén.
Y ya no son dos, sino una sola carne.

19 agosto 2013

Menos cama y más sofá

El noviazgo es un período de aprendizaje muy importante para llegar al matrimonio con conocimiento de causa, pues se trata de que los novios hablen mucho, se conozcan realmente cómo son y de qué son o no capaces de hacer, decir, pensar, amar... También hay que saber las enfermedades que se padecen para que luego no se tenga que proceder a la nulidad del vínculo por engaño. Todo lo posible hay que conocerlo en ese periodo. Para un católico, además, es preciso conocer si por parte del otro, va haber impedimento por el hecho de practicar las normas de piedad y de ir a misa como mínimo todos los domingos, el estar abiertos a la vida, y a cuidar y educar a los hijos cristianamente. Una vez casados, no tiene que haber sorpresas raras, desde luego habrá cambios, muchos cambios, empeoramientos de carácter, luchas diarias por la práctica de la convivencia, sorpresas de enfermedades nuevas hasta la fecha, trastornos, etc.

Si en el noviazgo se sabe que él o ella no quiere tener hijos, por el hecho de casarse la persona no cambiará, será una adicta a los anticonceptivos y a los preservativos. Si antes de casarse, él o ella son violentos, insultan o pegan, por mucho que después pidan perdón, el matrimonio se convertirá en un calvario y en un sometimiento, hasta la anulación de la personalidad. Si antes de casarse no le negaste nada y la relación sexual funcionó a demanda, después de casarse no se podrá esperar que se aguante por algún motivo por el que no se aguantó de novios. Si antes de casarse, y erais novios, él tonteaba con otras chicas, o ella con otros chicos, después de casarse, pasará lo mismo o más, y pondrán en peligro, al máximo, la fidelidad conyugal, incluso hasta romperla. Si antes de ser novios ella ya tiene un vestido de novia colgado de la puerta de un armario, no lo dudes, ella va de cacería. Si antes de casarse, él o ella, son manirrotas, no hay que esperar que luego sepan ahorrar por el bien de la familia. En fin podríamos citar de forma inacabable los ejemplos y las cosas negativas que se descubren en un noviazgo, pero quedan para la reflexión.

En definitiva, el noviazgo no es solamente un periodo de tiempo en el que los novios sienten unas ganas terribles de abrazarse, besarse, de estar incansablemente juntos, de vivir las horas y los minutos sin ver pasar el tiempo, sino que además es un periodo de darse al conocimiento mutuo, es un período de tiempo para menos cama y más sofá y para asistir juntos a cursos de preparación matrimonial. Y si llega ese punto en el que descubres eso que te da miedo, te propone dudas, eso que te asusta, te incomoda, no pienses en que “cambiará”. Lo mejor es cortar, cortar del todo y para siempre. Es mejor ese mal trago que un divorcio pues el divorcio es un drama, un desastre para cada uno de los contrayentes y un mal para el bien común de la sociedad. 

15 agosto 2013

La fiesta universal de María

En el día que se celebra la Asunción de la Santísima Virgen María, en cuerpo y alma a los cielos, felicitamos a todas las María, Mary, Marie, Mireia, Mireya, Meritxell, Alba, Mariona….Asunción, Asun, Asumpta.. y en todos los idiomas que no hemos citado.  Es la fiesta de Nuestra Señora por antonomasia y la Iglesia católica la celebra en toda su solemnidad por lo que para los católicos, estemos donde estemos, y sea o no fiesta laborable donde vivamos, es día de precepto.

Podríamos recordar de nuevo una bella oración de san Bernardo y que conocemos con el nombre de Acordaos. Sin embargo de este santo podemos referir otra oración, menos conocida pero muy suplicante para aquellos momentos difíciles, de caídas, de tentaciones, de torpezas, circunstancias en la que Nuestra Madre del cielo nunca falla a nuestro reclamo.


¡Mira a la Estrella, invoca a María!

"¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta Estrella, invoca a María!.

"Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María.

"Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella, llama a María.

"Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a María.

"Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a la vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima del suelo de la tristeza, en los abismos de la desesperación, piensa en María.

"En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud.


"No te extraviarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiende su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si Ella te ampara."