02 octubre 2012

Taperfamilia

Dicen que está de moda llevar a cuestas el almuerzo en un recipiente de plástico, de marca o sin ella. Sin embargo, es más viejo que la tos llevarse la comida al trabajo.¿Cuántos trabajadores de la construcción de nuestro país, u otro tipo de operarios, hace cincuenta años, llevaban en un fardillo la cazuela atada con trapos? … Y los excursionistas, los soldados, los labriegos, los pastores, en fin, muchísima gente y colectivos. Lo que ocurre es que los que ya empezamos a economizar hace unos años, pero con el motivo de comer sano, inauguramos la necesidad de disponer de microondas en los centros de trabajo, y desde que la crisis ha hecho mella incluso en las personas que trabajan, no se trata de comer sano solamente, sino de almorzar cómo es debido para continuar la jornada laboral, ya que esto de ir al “bar” a comer cada día ha pasado a la historia.

Lo que si se ha puesto de moda, son unas bolsas adecuadas para llevar ese tipo de fiambreras rectangulares y herméticas, y que a primera hora de la mañana se ven multiplicadas y de muchos colores en todos los transportes públicos de las ciudades. A pesar de que todo esto es normal, habitual y conocido, el grito en el cielo lo han puesto algunos colegios. ¿Por qué ha resultar extraño, teniendo en cuenta este panorama social, que los padres no puedan pagar el menú del colegio de sus hijos? ¿Por qué ha de representar un problema para los colegios que los niños lleven su comida? Pues, los comedores existen, los profesores que vigilan también, el servicio de limpieza tendrá que ejercitarse igual que antes, simplemente hay que comprar neveras, microondas, habilitar el sistema eléctrico y reorganizarse; en breve, veremos como todos los profesores también llevarán su taperfamilia al colegio. 

Así que hay que adaptarse a los tiempos, aunque la adapatación tenga que ser rápida. Y a los niños y a las niñas no les va a pasar nada, al contrario, es posible que observando los alimentos de sus compañeros, pierdan algunas manías que se cogen en casa por pura rebeldía. Además, no aborrecerán alimentos, como muchas generaciones que han almorzado en los colegios  han aborrecido, a modo de ejemplo: las lentejas estofadas, el tomate frito de pote, ¡los huevos al nido!, los sanjacobos, pues cualquier cosa mal cocinada y para una tropa, puede producir bascas para siempre.