El arte puede ser un medio de transmisión de belleza
Recorriendo los museos de arte de diversos lugares de Europa he disfrutado maravillosamente de bellezas pictóricas o de tapices, de muebles de maderas nobles o suelos de mármoles de colores que crean diferentes formas y dibujos espectaculares. Y constatas como la cultura, la historia, la religión, entre otros aspectos de la humanidad, los artistas en su tiempo los han ido reflejando. Por ello creo que desde que los niños y las niñas de la familia saben leer y escribir han de iniciar el ejercicio de la contemplación del arte. No hay ninguna duda de que siempre les quedará impresa en la retina del ojo y en el cerebro esos recuerdos que les dará una información importante. Tomarán la buena costumbre para su juventud y por supuesto con mayor o menor continuidad para cuando sean mayores, de hacer algo más que divertirse en la playa, la piscina, las tabletas o el botellón.
No son
suficiente las salidas culturales escolares, un poco más de experiencia con los
padres o los abuelos es una buena oportunidad para comunicarse y enseñarles esa
vía de transmisión de información y belleza que es el arte.
Ahora
está muy en boga el feísmo y visto lo visto es realmente feo. Una vez
visitado un mueso sobre el llamado arte de vanguardia, moderno o rompedor está
claro que falta mucho para que se le trate de obras maestras y que pasen a la
posteridad. Estamos en la era de la tecnología la cual se supera a sí misma por
segundos.
A modo de ejemplos, en el museo del Hermitage de Sant Petersburgo, al noroeste de Rusia, un museo espectacular por su tamaño y sus obras, y que ha sido protegido de los envites de revoluciones y contiendas, entre los miles de cuadros nos sale al encuentro uno de los más famosos Rembrandt. Refleja preciosamente la parábola del regreso del Hijo Pródigo que, en el Evangelio según san Lucas (15:11-32) Jesús explica a sus discípulos. Y allí está el original.
El
Palazzo Colonna de Roma es uno de los palacios privados más grandes y
antiguos de Roma. Su construcción comienza en el siglo XIV por iniciativa de la
familia Colonna que reside de forma estable en el Palacio desde hace
ocho siglos. Los orígenes de la familia Colonna se remontan al siglo XII y a la
localidad de Colonna, en las cercanías de la ciudad de Roma, de donde procede
el nombre. En uno de los grandes salones que se visitan, sin estar
advertida, me encontré ante el cuadro de Anton Van Dick Venus y Marte tan
utilizado en la promoción de un libro sobre la distinción entre hombre y mujer,
muy famoso hace unos años, Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus.
En
el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, ubicado muy cerca del Palacio
Real, contemplamos un cuadro dedicado al misterio de la Encarnación del Hijo de
Dios, por medio de la acción del Espíritu Santo, en el vientre de la Virgen
Santísima. En él el autor dibuja un recién nacido pues era entonces la forma natural
de dibujar a un niño en el vientre de su madre.
Seguramente en el lugar de vacaciones donde estéis, podréis visitar algo interesante, o bien programar para el próximo otoño lugares a visitar en la ciudad o población dónde viváis. Vivir la experiencia personal siempre enriquece a todas las edades.
¡Buen
verano y felices vacaciones!