Querido Santo Padre
Le acompañamos en
estos momentos en los que ya todos conocemos su decisión de renunciar al
pontificado debido al decaimiento físico, con efectos a las 20 horas del día 28
de febrero. Han sido casi ocho años intensos en los que hemos aprendido a
poner la razón en la fe, y la fe en la razón. Y aún más, ahora vamos a aprender de su
coherencia y de su firme voluntad de servir a Dios siempre, pues lo leímos en la entrevista publicada en "La luz del mundo", y lo que dijo lo ha cumplido. Por eso, Santo
Padre, tenemos mucho que agradecerle. Gracias por estos casi 2900 días, sus 24 viajes,
innumerables mensajes, encuentros mundiales de las familias y jornadas mundiales
de la juventud; de fieles alrededor del sucesor de Pedro en
las audiencias, celebraciones eucarísticas, rezos del santo rosario, ángelus, y
todas sus oraciones por nosotros, y por toda la Iglesia Universal
de Jesucristo. ¡Gracias Santidad!, ¡gracias Benedicto XVI!. Seguiremos rezando por
el Papa.
En breve empezará la
Cuaresma, para todos los cristianos romanos será un tiempo para amar a Dios
profundamente, procurando puntos de mortificación y lucha para que el Espíritu
Santo sea oído en el corazón de los integrantes del próximo cónclave para
elegir al sucesor de Benedicto XVI.
*En la foto, Joseph Ratzinger junto a sus padres y hermanos