05 abril 2020

En el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan


Hoy estamos celebrando el Domingo de Ramos, desde la Iglesia Oriental hasta la Occidental. Los millones de católicos del planeta han seguido este inicio de la Semana Santa a través de los medios de comunicación a los que hayan podido tener acceso, televisión, radio o Internet. Otros muchos, en medio del dolor y la angustia, desde sus camas en los hospitales.

El Santo Padre Francisco, desde la Basílica de San Pedro del Vaticano, ha presidido una celebración insólita de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo con una liturgia sobria y mínima, en un templo majestuoso con apenas unas cuantas personas, diseminadas en unos pocos bancos, acompañaban al Santo Padre. 

Nos ha bendecido a todos y en su homilía ha incidido en la situación en la que estamos viviendo.

¡Alabado sea el Señor! ¡Hosanna en el cielo!





HOMILÍA DEL SANTO PADRE Francisco
Basílica de San Pedro

XXXV Jornada Mundial de la Juventud
Domingo, 5 de abril de 2020




"Jesús «se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo» (Flp 2,7). Con estas palabras del apóstol Pablo, dejémonos introducir en los días santos, donde la Palabra de Dios, como un estribillo, nos muestra a Jesús como siervo: el siervo que lava los pies a los discípulos el Jueves santo; el siervo que sufre y que triunfa el Viernes santo (cf. Is 52,13); y mañana, Isaías profetiza sobre Él: «Mirad a mi Siervo, a quien sostengo» (Is 42,1). Dios nos salvó sirviéndonos. Normalmente pensamos que somos nosotros los que servimos a Dios. No, es Él quien nos sirvió gratuitamente, porque nos amó primero. Es difícil amar sin ser amados, y es aún más difícil servir si no dejamos que Dios nos sirva.

Pero, una pregunta: ¿Cómo nos sirvió el Señor? Dando su vida por nosotros. Él nos ama, puesto que pagó por nosotros un gran precio. Santa Ángela de Foligno aseguró haber escuchado de Jesús estas palabras: «No te he amado en broma». Su amor lo llevó a sacrificarse por nosotros, a cargar sobre sí todo nuestro mal. Esto nos deja con la boca abierta: Dios nos salvó dejando que nuestro mal se ensañase con Él. Sin defenderse, sólo con la humildad, la paciencia y la obediencia del siervo, simplemente con la fuerza del amor. Y el Padre sostuvo el servicio de Jesús, no destruyó el mal que se abatía sobre Él, sino que lo sostuvo en su sufrimiento, para que sólo el bien venciera nuestro mal, para que fuese superado completamente por el amor. Hasta el final.

El Señor nos sirvió hasta el punto de experimentar las situaciones más dolorosas de quien ama: la traición y el abandono.

La traición. Jesús sufrió la traición del discípulo que lo vendió y del discípulo que lo negó. Fue traicionado por la gente que lo aclamaba y que después gritó: «Sea crucificado» (Mt 27,22). Fue traicionado por la institución religiosa que lo condenó injustamente y por la institución política que se lavó las manos. Pensemos en las traiciones pequeñas o grandes que hemos sufrido en la vida. Es terrible cuando se descubre que la confianza depositada ha sido defraudada. Nace tal desilusión en lo profundo del corazón que parece que la vida ya no tuviera sentido. Esto sucede porque nacimos para amar y ser amados, y lo más doloroso es la traición de quién nos prometió ser fiel y estar a nuestro lado. No podemos ni siquiera imaginar cuán doloroso haya sido para Dios, que es amor.

Examinémonos interiormente. Si somos sinceros con nosotros mismos, nos daremos cuenta de nuestra infidelidad. Cuánta falsedad, hipocresía y doblez. Cuántas buenas intenciones traicionadas. Cuántas promesas no mantenidas. Cuántos propósitos desvanecidos. El Señor conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos, sabe que somos muy débiles e inconstantes, que caemos muchas veces, que nos cuesta levantarnos de nuevo y que nos resulta muy difícil curar ciertas heridas. ¿Y qué hizo para venir a nuestro encuentro, para servirnos? Lo que había dicho por medio del profeta: «Curaré su deslealtad, los amaré generosamente» (Os 14,5). Nos curó cargando sobre sí nuestra infidelidad, borrando nuestra traición. Para que nosotros, en vez de desanimarnos por el miedo al fracaso, seamos capaces de levantar la mirada hacia el Crucificado, recibir su abrazo y decir: “Mira, mi infidelidad está ahí, Tú la cargaste, Jesús. Me abres tus brazos, me sirves con tu amor, continúas sosteniéndome... Por eso, ¡sigo adelante!”.

El abandono. En el Evangelio de hoy, Jesús en la cruz dice una frase, sólo una: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,46). Es una frase dura. Jesús sufrió el abandono de los suyos, que habían huido. Pero le quedaba el Padre. Ahora, en el abismo de la soledad, por primera vez lo llama con el nombre genérico de “Dios”. Y le grita «con voz potente» el “¿por qué?”, el porqué más lacerante: “¿Por qué, también Tú, me has abandonado?”. En realidad, son las palabras de un salmo (cf. 22,2) que nos dicen que Jesús llevó a la oración incluso la desolación extrema, pero el hecho es que en verdad la experimentó. Comprobó el abandono más grande, que los Evangelios testimonian recogiendo sus palabras originales.

¿Y todo esto para qué? Una vez más por nosotros, para servirnos. Para que cuando nos sintamos entre la espada y la pared, cuando nos encontremos en un callejón sin salida, sin luz y sin escapatoria, cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos. Jesús experimentó el abandono total, la situación más ajena a Él, para ser solidario con nosotros en todo. Lo hizo por mí, por ti, por todos nosotros, lo ha hecho para decirnos: “No temas, no estás solo. Experimenté toda tu desolación para estar siempre a tu lado”. He aquí hasta dónde Jesús fue capaz de servirnos: descendiendo hasta el abismo de nuestros sufrimientos más atroces, hasta la traición y el abandono. Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: “Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene”.

Queridos hermanos y hermanas: ¿Qué podemos hacer ante Dios que nos sirvió hasta experimentar la traición y el abandono? Podemos no traicionar aquello para lo que hemos sido creados, no abandonar lo que de verdad importa. Estamos en el mundo para amarlo a Él y a los demás. El resto pasa, el amor permanece. El drama que estamos atravesando en este tiempo nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor. De este modo, en casa, en estos días santos pongámonos ante el Crucificado —mirad, mirad al Crucificado—, que es la medida del amor que Dios nos tiene. Y, ante Dios que nos sirve hasta dar la vida, pidamos, mirando al Crucificado, la gracia de vivir para servir. Procuremos contactar al que sufre, al que está solo y necesitado. No pensemos tanto en lo que nos falta, sino en el bien que podemos hacer. 

Mirad a mi Siervo, a quien sostengo. El Padre, que sostuvo a Jesús en la Pasión, también a nosotros nos anima en el servicio. Es cierto que puede costarnos amar, rezar, perdonar, cuidar a los demás, tanto en la familia como en la sociedad; puede parecer un vía crucis. Pero el camino del servicio es el que triunfa, el que nos salvó y nos salva, nos salva la vida. Quisiera decirlo de modo particular a los jóvenes, en esta Jornada que desde hace 35 años está dedicada a ellos. Queridos amigos: Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis! Porque la vida es un don que se recibe entregándose. Y porque la alegría más grande es decir, sin condiciones, sí al amor. Es decir, sin condiciones, sí al amor, como hizo Jesús por nosotros."

Homilía del Santo Padre en el Domingo de Ramos 2020

03 abril 2020

Rezar por los difuntos del Covid19


Hoy, para los católicos, es el Viernes de Dolor, preludio de la Semana Santa que viviremos, como nunca hasta ahora, de forma diferente, probablemente con más intensidad y adheridos como lapas a la Cruz de Cristo.

Hoy rezaríamos el Vía Crucis y procesaríamos, por la iglesia a la que tengamos costumbre acudir, las 14 estaciones. Sin embargo, el Vía Crucis, este año está en las familias que no pueden enterrar a sus muertos, que no pueden ir a visitar a sus enfermos y en todas aquellas personas que colaboran para que no nos contagiemos, curando a enfermos, moribundos y recuperados. Un Vía Crucis de tantas personas que incluso sin ser creyentes, ayudan a Cristo a llevar su Cruz. Que Dios les conceda el don de la fe y de la conversión.

Todos y cada uno de nosotros, más que cifras, tenemos también algunos  nombres de personas que han muerto debido al Covid19, y que quizás iban a morir de otras enfermedades muy rabiosas, pero que en breve tiempo la muerte se los ha llevado por este coronavirus malicioso.


Tiempo habrá para determinar si su origen vuelve a ser, por cuarta vez, en China. Si en sus laboratorios experimentan con pangolines, arañas o murciélagos, como ya saben algunos. Si unos gobiernos u otros se equivocaron al tomar sus decisiones. O lo que sea. Lo cierto es que con datos más o menos optimistas de la disminución de las curvas, la gente se sigue muriendo a chorro hasta que la programación del Covid19 se detenga.

Hoy, pues, velando por este Vía Crucis que la humanidad entera está padeciendo, en la quietud de nuestro hogar, recemos un RESPONSO POR LOS DIFUNTOS MÁS CERCANOS y por todos los demás.

V/No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R/Cuando vengas a juzgar al mundo por medio del fuego.
V/Señor, Dios mío, dirige nuestros pasos en tu presencia.
R/Cuando vengas a juzgar al mundo por medio del fuego.
V/Concédeles, Señor, el descanso eterno, Y que les alumbre la luz eterna.
V/Señor, ten piedad.
R/Cristo, ten piedad, Señor, ten piedad.
Padre nuestro…
V/Libra, Señor, sus almas.
R/De las penas del infierno.
V/Descansen en paz.
R/Amén.


31 marzo 2020

Miles de millones de personas protegidas



La mitad de la humanidad está en casa recluida, encerrada, enclaustrada, o mejor dicho PROTEGIDA. Pues este confinamiento que se extiende por todo el planeta cada día suma a millones de personas en casa. Ni es un mal de unos ni consuelo de tontos. Es la preservación de la humanidad.


La historia ha explicado a lo largo de los siglos como las plagas y las pestes, las epidemias y pandemias, han eliminado a millones de seres humanos. Y desde tiempo inmemorial, la auto reclusión ha sido una medida necesaria para hacer descender y llegar a suprimir el contagio.

Por ello, somos unos privilegiados los que seguimos en casa sin haber enfermado hasta la fecha. También ya son miles de personas que han superado la enfermedad que genera el Covid19 y están en casa, pues como en casa, en ningún sitio.

Sintámonos felices pues la generación de los curados y la de los no enfermados tendremos la obligación de levantar y soportar el envite de la recuperación de esta humanidad que está en guerra contra un enemigo común e invisible.

No tengamos miedo, ¡lo conseguiremos entre todos!, y para la próxima pandemia estaremos mejor preparados.

26 marzo 2020

No podemos salir de casa huyendo un rato


Estamos en Casa, casi todos. Los que no tenemos obligaciones laborales, debemos mantenernos firmes en casa, y gracias a ello conservaremos nuestra salud y la de los demás. Para muchos, ya han pasado 12 días desde que Estamos en Casa. Si no hemos enfermedado del Covid19 querrá decir que no nos contagiamos antes de enclaustrarnos. Podemos dar Gracias a Dios por ello. No obstante, hay mucha gente en casa que está enferma. Por lo tanto, lo mejor es llevar una vida tranquila, no agobiarse, no pelearse, y si que hay que discutir, habrá que hacerse sin levantar la voz ni insultarse. No podemos salir de casa huyendo un rato por no poder aguantar más la discusión.

No es tiempo de peleas ni tan siquiera con los políticos, pues como se ha visto en Europa, ningún país estaba preparado para una guerra sin cuartel como la que está blandiendo este coronavirus.



Y como en estos días hablamos mucho más por teléfono, una amiga de mi edad y que hace unos años se divorció de su marido, me contó que ahora han vuelto a tomar contacto, solo telefónico, como si nada hubiera pasado en el pasado. Esta amiga me explicó que su ex le habló de la nulidad matrimonial, y le preguntó cómo veía el tema. Lola no supo qué contestar pues nunca había pensado en ello. No obstante, a pesar del tema planteado, siendo tan delicado y que le afectaba directamente, se le ha despertado el deseo de seguir hablando con él.

Quizá, pensó, y no erróneamente, que se trataba de un tema recurrente para reiniciar el contacto. Nunca se sabe, y además a nuestra edad, que para algunos es el inicio del camino hacia la soledad.

Por no querer entrar en detalles, ciertamente muy personales y dolorosos, le envié este artículo.

24 marzo 2020

25 de marzo 2020, Rosario desde Fátima

Rezo del rosario y consagración al Inmaculado Corazón de María que tendrá lugar el próximo miércoles día 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación del Señor, en Fátima a las 19.30 h. por las víctimas del coronavirus, sus familiares, personal sanitario, etc. El acto, que será retransmitido por TRECE y COPE, estará presidido por el obispo de Fátima, Card. António dos Santos Marto, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Portugal.



Al finalizar el rezo del santo Rosario, el Cardenal obispo de Fátima hará la consagración de toda la península Ibérica, España y Portugal, y sus respectivas islas al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, a la que se tiene una devoción arraigada en tantas diócesis.


texto copiado de la web de la CEE

Declaraciones del Dr. Antonio Zapatero


Están sucediendo hechos execrables ante el sufrimiento de millones de personas, aquí y en el mundo entero. Las Fake News, promovidas por agentes diabólicos, hacen tanto o más daño que el propio COVID 19. Como he escrito en otras ocasiones, es del todo imprescindible informarse a través de profesionales y no a través de twitteros o webs nuevas y escandalosas que no conocemos, no sabemos quién está detrás, ni cuál es su conocimiento, aunque su intención sí que la sabemos: hacer daño, cuánto más mejor.


Es evidente que los familiares de los difuntos, muertos por coronavirus, podrán explicar cómo se ha comportado el virus, y más si cabe los pacientes curados. Pero para los supervivientes es tremendo sobrevivir sin haber podido despedirte de tus seres queridos. Es como si estuviéramos sufriendo una guerra.

Y así ESTAMOS EN CASA, recluidos por nuestro bien personal y por el bien del prójimo, y con la esperanza de salir, porque la esperanza no se pierde nunca.

Y volviendo a los profesionales de la información, hoy en el programa Al Rojo Vivo, el periodista Ferreres ha realizado una entrevista muy importante, al director médico del nuevo Hospital IFEMA, de Madrid, Dr. Antonio Zapatero. Su contenido es muy interesante y orientador también para los que ESTAMOS EN CASA.


20 marzo 2020

Simple y entretenido, lavarse las manos


Minuto a minuto podemos obtener información a través de los medios de comunicación y redes sociales sobre lo que pasando en nuestro entorno y en el planeta ante el covid19. 

El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social informa constantemente a la ciudadanía de lo que debemos hacer y no debemos hacer, por ejemplo:




15 marzo 2020

El Papa Francisco nos ayuda a rezar




“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.


14 marzo 2020

Comparte ideas y sugerencias para afrontar la emergencia del coronavirus

Además de varias orientaciones prácticas, Mons. Fernando Ocáriz anima a vivir este periodo haciendo propio todo lo que afecta a los demás, porque “si un miembro sufre, todos sufren con él” (1 Cor 12,26).

Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos! 

Ante las dificultades que, en mayor o menor medida, puedan surgir en estos momentos por el crecimiento de la pandemia causada por el COVID-19, renovemos la confianza en el Señor y afrontemos esta situación “con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad” (Francisco, 8-III-2020). La situación cambia en las distintas regiones del mundo, pero la comunión de los santos nos lleva a hacer propio todo lo que afecta a los demás, porque “si un miembro sufre, todos sufren con él” (1 Cor 12, 26). Ante cualquier emergencia, unámonos con la oración a quienes atraviesan por situaciones críticas, como ahora los enfermos graves por coronavirus, los pueblos que se han visto obligados a migrar para sobrevivir –el éxodo sirio de estos días–, las familias a las que golpea una tragedia, etc.


El COVID-19 ha provocado que, en algunos lugares, se haya llegado a una situación de emergencia, que cambia el ritmo habitual de vida e influye en el estado anímico general. Es bueno recordar que el Señor nos da su gracia para santificarnos también en esas circunstancias de incertidumbre. Ayudémonos mutuamente a afrontar estas situaciones, viviendo al día, conscientes de que cuando estamos obligados a reducir nuestra labor externa nos encontramos ante una oportunidad de crecer para adentro.

Para responder al desarrollo de la pandemia, las autoridades civiles de cada país están disponiendo algunas medidas de prevención y control. Ante el esfuerzo o contrariedad que pueda suponer seguirlas, sirve tener en cuenta lo que aconsejaba san Josemaría: “Ama y respeta las normas de una convivencia honrada, y no dudes de que tu sumisión leal al deber será, también, vehículo para que otros descubran la honradez cristiana, fruto del amor divino, y encuentren a Dios” (Surco, 322). En vista del bien de los fieles, y de la sociedad en general, también las autoridades eclesiásticas dan o pueden dar indicaciones sobre la celebración de los sacramentos y la atención pastoral, que acogeremos con gratitud y confianza en nuestra madre la Iglesia. También en este sentido, conviene ser muy prudentes y suspender, cuando haga falta, actividades formativas programadas, sin arriesgarse innecesariamente. 

Pensemos especialmente maneras creativas de mantener viva la misión apostólica y de servicio a los demás, cuando la prudencia y las disposiciones de las autoridades civiles y eclesiásticas imposibiliten reunirse. Lo primero es intentar que cada persona de la Obra y vuestros amigos y parientes se sientan acompañados. Por ejemplo, manteniendo más relaciones telefónicas con ellos, así como con otros parientes y amigos a los que quizá no veíamos desde hacía tiempo; aprovechar todas las posibilidades que ofrecen las tecnologías para realizar actividades formativas (círculos, charlas, meditaciones, tertulias, etc.); compartir materiales formativos que se encuentran en internet (se están trabajando algunos contenidos especiales para este momento en www.opusdei.org) y otros que sean de ayuda a la vida espiritual (textos, audios, vídeos); animar a meditar sobre las lecturas y oraciones de la Santa Misa en las ferias de Cuaresma (en www.vaticannews.va se está transmitiendo por streaming la Misa diaria del Papa); compartir experiencias sobre cómo impulsar la labor apostólica en estas circunstancias; etc. Son momentos excepcionales, que hacen más necesario apoyarse mutuamente, transmitir caridad e intentar que nadie se sienta solo. 

En la medida en que lo permitan las circunstancias y respetando las orientaciones de la autoridad civil, vivir la caridad puede traducirse en iniciativas creativas para ayudar a los demás (vecinos, colegas de trabajo, etc.). Especial atención merecen las personas más vulnerables, como los ancianos y enfermos: con prudencia, conviene esmerarse en su atención espiritual y física. 

En los lugares donde las normas de confinamiento sean más estrictas, favorezcamos un ambiente positivo tanto en las casas de los agregados, supernumerarios y amigos, como en los centros de la Obra. Intentemos descubrir las oportunidades de amistad y fraternidad que ofrezcan esas circunstancias. Algunas actitudes y actividades que pueden ayudar en este sentido son: afrontar con buen humor las contrariedades e imprevistos, no culpabilizar a nadie, pensar un plan de lecturas y vídeos, promover juegos y entretenimiento para que los hijos o hermanos pasen un rato agradable, afrontar trabajos que esperaban un momento de calma, hacer ejercicio físico en casa, etc. 

Agradezcamos especialmente a los profesionales de la salud, que en estos días están realizando un servicio lleno de espíritu de sacrificio. Estemos especialmente pendientes de ellos, procuremos sostenerlos y animarlos en su trabajo. En definitiva, recemos para que también este momento sea una ocasión para acercarnos más al Señor, siendo sembradores de paz y de alegría a nuestro alrededor. 

Con mi bendición más cariñosa, vuestro Padre Roma, 14 de marzo de 2020


13 marzo 2020

Indicaciones de la CEE ante el coronavirus


Indicaciones de la CEE ante el coronavirus



La Conferencia Episcopal Española para prevenir la expansión de la infección por coronavirus y en conformidad con lo dispuesto por las autoridades sanitarias, ha previsto que sus oficinas de atención al público permanezcan cerradas. Entre ellas, la D.E.C.A y Diligenciado de Títulos. La documentación de estas oficinas será únicamente remitida por correo postal o mensajería.
En relación a la situación señalada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, vinculado a la expansión del coronavirus en España, el Secretario general de la Conferencia Episcopal Española ha realizado algunas indicaciones sobre esta cuestión, que son pautas compartidas por numerosas diócesis y por la Iglesia en España:
  • Conveniencia de retirar el agua bendita de las pilas que hay en las entradas de las iglesias y en otros lugares de devoción.
  • Posibilidad de ofrecer en la celebración de la eucaristía otro gesto de paz distinto al habitual de abrazar o estrechar la mano a los que están próximos.
  • Que las personas que distribuyen la comunión durante la de la eucaristía, se laven las manos antes y después de este momento.
  • Que las muestras de devoción y afecto hacia las imágenes, tan propias de este tiempo de Cuaresma y en la próxima semana Santa, puedan ser sustituidas por otras como la inclinación o la reverencia, evitando el contacto físico con ellas, y facilitando una mayor rapidez que evite aglomeraciones.
Además de estas, más generales, en algunas diócesis, templos, cofradías o parroquias podrían añadirse otras más específicas, atendiendo a los costumbres propias de esos lugares.

26 febrero 2020

Convertíos y creed en el Evangelio


Hoy es Miércoles de Ceniza, hoy empieza la Cuaresma, es un tiempo de sobriedad, conversión y alegría para los cristianos que siguen a Cristo y creen en su Resurrección. Un tiempo para seguir la vida cotidiana del matrimonio o del celibato con total normalidad, pero rezando un poco más. Nos invaden las noticias de la epidemia del coronavirus llamado oficialmente Covid 19. Pero, en contrapartida, hemos de saber vivir en manos de Dios, sin alarmas, sin miedos y haciendo caso a las autoridades sanitarias.


San Juan XXIII dejó escrito Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí, como si nadie más existiera en el mundo”.

Dentro de cuarenta días, celebraremos el Día de Ramos, un día de aclamación a Jesús, preludio de su Pasión y Crucifixión, dando paso a la Semana Santa. Y  estos tiempos litúrgicos podrán ser motivo de explicación en nuestro apostolado habitual, pues ninguna cosa de Dios se pierde. En familia, los podríamos vivir con las pequeñas acciones que se nos pide, de ayuno y abstinencia en el día de hoy y el Viernes Santo, y sólo abstinencia los viernes de Cuaresma.

Para meditar estos días podemos leer el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2020.

21 febrero 2020

700


Setecientos es la cifra de artículos que este blog ha publicado desde su inauguración en las redes en la primavera del año 2011. Hemos estado batallando siempre y a contracorriente por la institución matrimonial, especialmente, católica, sin olvidar que todos los matrimonios por cualquier rito pueden tener un fondo sagrado por el valor de la entrega mutua que se hayan establecido.


En todo este tiempo han participado, algunos colaboradores a los que el equipo le da las gracias. Hemos recibido insultos y ataques en los comentarios, que se han ocultado al público porque no aportaban nada nuevo, solo vomitaban odio. Y a su vez muchos comentarios que animaban a seguir en esta brecha difícil que es el apostolado en las redes sociales. También les doy gracias a unos y otros, porque en esta vida todo es para bien.

Realmente es exigente la doctrina católica y la preparación al matrimonio es breve. Por ello, en el sí de la Iglesia Católica están cambiando muchas cosas para favorecer matrimonios más sólidos para las próximas décadas. Mientras tanto, la plaga de rupturas matrimoniales está en todas las familias por las que hemos de rezar para que la vinculación que exista, especialmente por los hijos que hayan tenido, sea cordial y correcta.

Nosotros, desde este blog, seguiremos poniendo el granito de arena, comentando e informando sobre la institución matrimonial, tan vapuleada y en desuso. Pero en la medida que podamos, seguiremos haciéndolo.

29 enero 2020

Modelo de boda


Cuando eres joven te hace mucha ilusión que te inviten a una boda. Sabes que es una fiesta, que te lo pasarás bien, que es la ocasión de ponerte un vestido especial, que te encontrarás a gente que conoces, o que, por fin, rompes con el ambiente en el que te mueves y conocerás a gente nueva. Con el paso de los años vas sumando experiencia en estos eventos y te das cuenta que en una boda siempre pasan cosas, algunas desagradables, y piensas … A saber a quién me ponen a mi lado… según y como me marcho. 

Recuerdo que en una de las últimas bodas a las que fui, tuve a mi lado a un señor que delante de la copa de agua, tenía el teléfono móvil encendido y en silencio. No se perdió un ápice de una final de Champions. Por supuesto no bebió agua. Esto no es nada claro, aunque el caballero fuera un mal educado y sobre todo un desairado con su esposa sufriente. A mi marido que es un buen culé, también le pareció poco cortés, pero todos estuvimos al tanto de los goles.

Como ejemplo de boda, con final de fútbol incluida, es la película LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA (2013), que empieza con otra película Siete Novias para Siete Hermanos, la cual representa un modelo de familia para los padres del varón que iba a casarse.

Tiene muchos toques de humor, pues de lo que se trataba era de una boda. Se produjeron muchas incidencias, idas y venidas, besos, abrazos, recuerdos... pero me parecieron muy reales. La dirige el mismo que la ha escrito, Daniel Sánchez Arévalo.

¡A pasarlo bien!