22 marzo 2021

Isabel La Católica, en proceso de beatificación

Sabemos que los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, constituyeron en los siglos XV y XVI una serie de hitos importantes y de grandes aventuras para los tiempos venideros. Los hispanistas actuales, a pesar de los años transcurridos, lo corroboran, porque la historia se ha de mirar y estudiar poniendo los ojos en las fechas en las que ocurrieron los hechos para no errar si se analizan como si ocurrieran en el tiempo presente.

Pero al hispanista que conoce con los ojos de entonces qué ocurrió realmente, no le preguntan si es conveniente o no algo que tenga relación a la monarquía desarrollada por Isabel y Fernando, o que tenga relación a las alianzas matrimoniales de aquellos tiempos ni si su fe les movió el alma para realizar sus hazañas. En los tiempos que vivimos cualquier cosa que opine cada cual vale para dar un portazo a iniciativas que 100 años atrás tomaron otros.

Lo que vale es lo que yo pienso, aunque sea enviando al traste la historia a la que se arraigan los territorios y las coronas de esta España tan antigua.

Y esto ha pasado en Barcelona. Hasta la fecha, muy pocos sabíamos que en esta ciudad había una callecita (o calleja) que llevara el nombre de los Reis Catòlics. Pero nos hemos enterado gracias a que unas cuantas personas del distrito de Sarrià propuso eliminar esa rotulación por otra. A nivel popular votaron cerca de 300 personas, y sin dar opción a que siguiera el nombre tal como estaba, se le adjudicó el nombre de la calle a una profesora del barrio.


La trascendencia del cambio ha sido notable: Reis Catòlics sonaba a España, y sonaba a religión católica. Ambos ítems generan odio y náuseas, ya que los promotores y votantes son independentistas y anticatólicos, por lo que es evidente que se han movido solo a nivel visceral y nada más. Sus ilusiones representan borrar a España y al catolicismo. Lo sabemos y lo que más les regurgita es que los católicos recemos por nuestros enemigos.

Resulta que además de lo comentado, al parecer, esa callecita tomó ese nombre en los tiempos en los que gobernaba en España el dictador Primo de Ribera (1925 a 1930) y claro está, en España había una dictadura… No sé si Don Primo de Ribera estaba tan metido en cosas pequeñas, la cosa es que por esa influencia, según los promotores del cambio, los Reyes Católicos hoy no merecen tener una calle con su nombre.

La cuestión es que la ubicación de dicha callecilla estaba en Vallvidrera, allí en lo alto del monte del Tibidabo, y tanto desde el Tibidabo como desde Vallvidrera se podía pasar al otro lado de la montaña, y llegar a lo que hoy es el gran municipio de Sant Cugat del Vallés con 90.000 habitantes censados. Además, en Vallvidrera solo había unas cuantas torres (dirían hoy chalets) de Senyors de Barcelona que pasaban sus vacaciones de verano porque en la ciudad hacía mucho calor.

Por otro lado, el sobrenombre de Reyes Católicos fue ordenado por el papa Alejandro VI mediante la bula Si convenit, el 19 de diciembre de 1496. Es por lo que se conoce a la pareja real con el nombre de Reyes Católicos, título que usarían en adelante prácticamente todos los reyes de España.

A pesar de esta movida, el proceso de beatificación de Isabel I de Castilla, sigue adelante. Las turbas ya dicen que han desaparecido documentos que pudieran imputarla de crímenes, pero los hispanistas especializados lo saben todo, y la propuesta ante la Sede Apostólica seguirá su curso, y no decidirán sobre la beatificación unos exaltados como los que decidieron suprimir la calle a los Reyes Católicos dedicada, sino toda una Congregación para las causas de los Santos de la Iglesia Católica, con sede en el Vaticano.

Por último, a modo de detalle, una editorial muy conocida en España, a la vuelta del verano pasado publicó una colección de abanicos inspirados en “Mujeres extraordinarias”, los cuales realmente son muy bonitos y sus diseños pueden acompañar a todo nuestro vestuario. Una de esas mujeres extraordinarias es Isabel La Católica. En la revista se explica su biografía y sus diversos avatares. Lo que me ha resultado curioso es descubrir por que el abanico resultante es amarillo dorado y azul celeste: La belleza de esta mujer era deslumbrante, sus ojos azules y sus cabellos dorados la hacían distinguible entre otras damas.

Así que esta gran mujer fue Reina, Esposa, Madre, muy Bella y Católica.