20 abril 2013

Los milagros de la oración


Leí recientemente una historia antigua y de amor, de una esposa que rezaba por su amado esposo. Debido a confiar en la oración se produjo un acontecimiento sorprendente:

“Se cuenta que no ha mucho tiempo sucedió que cierto hombre fue hecho prisionero por sus enemigos y conducido a un punto lejano de su patria. Y como estuviese allí mucho tiempo y su mujer no le viera venir de la cautividad, le juzgó muerto, y como tal ofrecía por él sacrificios todas las semanas. Y cuantas veces su mujer ofrecía sacrificios por la absolución de su alma, otras tantas se le desataban las cadenas de su cautiverio. Vuelto más tarde a su pueblo, refirió con admiración a su mujer cómo las cadenas que le sujetaban en su calabozo se desataban por sí solas en determinados días de cada semana. Considerando su mujer los días y horas en que esto sucediera, reconoció que quedaba libre cuando era ofrecido por su alma el Santo Sacrificio, según ella pudo recordar”.*

Así que la confianza en la oración nunca se pierde y se rompen cada día muchas cadenas gracias a las oraciones de otros. Encomendar a las personas, tanto las que conocemos como las que no hemos visto jamás, es siempre grato a Dios.

* San Gregorio Magno. Homilía sobre los Evangelios, 37. 
Cita de “Hablar con Dios" de Francisco Fernández Carvajal, viernes de la tercera semana de pascua.

16 abril 2013

Llamados a la vida


Es el título de uno de los libros de Jacques Philippe, autor de gran capacidad pedagógica a la hora de exponer temas relativos a la vida interior de las almas. Con sus textos aprendemos a llevar a la práctica nuestra vocación cristiana, en la vida cotidiana y familiar, profesional, de piedad, etc... 

Llamados a la vida nos adentra en esa cotidianidad, a veces compleja, porque nuestros sentimientos humanos se mezclan con la vocación de amar a Dios sobre todas las cosas que por ende nos pide aceptar la cruz de cada día, pues si Dios nos entregó a su Hijo por entero, nos pide que hagamos lo mismo, sin fisuras, sin ahorrarnos nada para nosotros, como nada le ahorró a Jesucristo en su vida mortal.

Realmente Philippe escribe cosas que pensamos y parece que estemos hablando con él cuando pone ejemplos de asuntos o cosas que a todos nos pueden ocurrir. Sobre todo en momentos difíciles una puede pensar “para qué me casé?” o “Yo no me casé para esto!”, “Es un castigo de Dios lo que me pasa?”, o tantas preguntas similares, y en este pequeño libro se encuentran las respuestas. Te impela a amar a Dios mucho más, en plena libertad, pues la llamada a la vida es en definitiva aceptar la voluntad de Dios libremente, pero no una vez, es decir en aquel momento exultante, lleno de belleza, en el que le dices, Dios Amado Mío, lo que Tú quieras, cuando Tú quieras y cuando Tú quieras, sino en cada minuto de tu existencia, en cada exhalación de tu respiración. Pero ahí está la lucha del cristiano, una lucha feliz por y para alcanzar el cielo.

15 abril 2013

Está en cuestión la estructuración básica de la vida social

Al mismo tiempo que el Presidente del Gobierno español era recibido en audiencia por el Santo Padre Francisco en el Vaticano, la Conferencia Episcopal española realizaba el discurso inaugural de la asamblea plenaria, en el día de hoy. En él se describen los problemas actuales que padece nuestro país, con el buen sentido de llamar la atención sobre aquellos en los que la Iglesia Católica considera obligado manifestar todo aquello que va en contra de la doctrina cristiana y es una ofensa a Dios.

Citamos a continuación un extracto de aquello a lo que hace referencia a la familia y al matrimonio; al final del texto está el link de la conferencia completa, en texto y video.*

“Lamentablemente hemos de constatar que los problemas sociales a los que nos referíamos en la inauguración de la última Asamblea Plenaria siguen vivos. Persiste la crisis económica con su cortejo de paro -especialmente de desempleo juvenil- y de falta de medios para hacer frente a los compromisos contraídos en la adquisición de viviendas o a la debida atención a los ancianos y a los emigrantes. Persiste la  desprotección legal del derecho a la vida de los que van a nacer y persiste una legislación sobre el matrimonio gravemente injusta. Persiste la ausencia de protección adecuada para la familia y la natalidad, en especial, para las familias numerosas. La calidad de la enseñanza sigue dejando mucho que se desear, siendo así que de ella depende en tan gran medida el futuro de la sociedad.

Los pasos dados en estos meses hacia la resolución de estos graves problemas resultan todavía insuficientes. En particular, no es fácil entender que todavía no se cuente ni siquiera con un anteproyecto de Ley que permita una protección eficaz del derecho a la vida de aquellos seres humanos inocentes que no por hallarse en las primeros estadios de su existencia dejan de gozar de ese básico derecho fundamental. Durante los años de vigencia de la actual legislación, que se basa en el absurdo ético y jurídico de que existe un derecho de alguien a quitarles la vida a los seres humanos que van a nacer, en contra de lo que falazmente se había afirmado, el número de abortos ha seguido creciendo hasta alcanzar cifras escalofriantes [17]. Es urgente la reforma en profundidad de la legislación vigente. Se ha de poner coto cuanto antes a este sangrante problema social de primer orden. No solo con medidas jurídicas proporcionadas a los bienes que se hallan en juego, sino también mediante la protección de la maternidad y el fomento de la natalidad. ¡España envejece y se debilita! Pero aunque no fuera así, una conciencia moral y cívica madura no puede permanecer impasible ante la conculcación legalmente amparada del derecho a la vida de un solo ser humano.

Hemos de reiterar también que es urgente la reforma de nuestra legislación sobre el matrimonio. No se trata de privar a nadie de sus derechos, ni tampoco de ninguna invasión legal del ámbito de las opciones íntimas personales. Se trata de restituir a todos los españoles el derecho de ser expresamente reconocidos por la ley como esposo o esposa; se trata de recuperar una definición legal de matrimonio que no ignore la especificidad de una de las instituciones más decisivas para la vida social; se trata de proteger adecuadamente un derecho tan básico de los niños como es el de tener una clara relación de filiación con un padre y una madre, o el de ser educados con seguridad jurídica como posibles futuros esposas o esposos. El legislador, también después de la sentencia del Tribunal Constitucional a este respecto, es libre de legislar de modo justo reconociendo esos derechos de los ciudadanos y, en particular, de los niños. No se trata de algo que supuestamente afectara solo a la vida privada de las personas. Está en cuestión la estructuración básica de la vida social. Sobre el gobierno y el legislador recae en este campo una grave responsabilidad propia y cierta, que no puede ser transferida ni eludida”.


*Conferencia Episcopal Española, Discurso inaugural 15-4-2013

13 abril 2013

Ya está en la paz de Dios


El cuerpo mortal de mi padre se acabó este día 10 de abril. Al final de la misa funeral, mi hermana Mireia leyó lo que ella había escrito horas antes, llena de dolor. En este texto queda reflejado el matrimonio de nuestros padres, los cuales pronto hubieran cumplido 64 años de relación conyugal, todo un ejemplo de vida cristiana.
Yo no sabría escribirlo mejor.

“Lejos quedan mis palabras de tu brillante pluma, y parcos los homenajes que podamos rendirte, porque en esta vida recibiste medallas y galardones, y ahora gozas  del premio merecido a los hombres de buena voluntad.
Te bautizaron el mismo día que naciste porque la medicina humana te presagiaba sólo unas horas de vida, pero contra todo pronóstico,  la misericordia divina te regaló 94 años de vida, de una vida intensa y apasionada que has sabido aprovechar al máximo.
La habilidad con la máquina de escribir te libró, durante la guerra, de ir al frente para convertirte en testigo directo y excepcional de todo lo acaecido en el Cuartel General de Salamanca
Pero acabada la contienda, no quisiste beneficiarte de influencias y privilegios obtenidos durante la guerra y quisiste empezar de cero en Barcelona como periodista, para acabar siendo unos de los redactores puntales de la ciudad condal. Dirigiste la prensa escrita, iniciaste la Televisión en Miramar Barcelona y cautivaste a los oyentes en la radio.
Fuiste cronista implacable, corresponsal en el extranjero y testigo de primera mano de la transición española.
Salmantino, perico, orgulloso padre de cinco hijos y amante esposo de tu mujer, nuestra madre, con la que compartiste 64 años y que te cuidó hasta el final
Hombre de raza, de la libertad hiciste tu constante y del carácter fuerte, tu seña de identidad. Periodista de cuna, enarbolaste la veracidad y la ética en tu profesión. Fuiste un esforzado y apasionado trabajador, un observador perspicaz, un crítico locuaz y un obstinado luchador porque jamás pronunciaste un –no puedo- o un –ya he hecho bastante-.
Pero a pesar de tanto renombre te has ido como viviste discretamente, aferrándote a la vida con tesón, con la amorosa protección de la Virgen, reconfortado por los tuyos y los cuidados pacientes de Guzmán, Helena y Feliciana.
La familia agradece vuestra asistencia y vuestras oraciones.
Descansa papá en tan merecida paz.
Mireia Hernández".

Fotos: 1. "La ciudad que no dormía", uno de sus libros; 2. Pintar era una de sus aficiones

09 abril 2013

Al límite


Hay momentos en la vida que te viene todo de golpe, los disgustos son continuados, muy variados y durante una buena temporada. Tienes entonces muchas ganas de echar a correr, te sientes al límite. Pero obviamente no se puede echar todo al traste, ni temporalmente, ¡Más faltaría! Hay que aguantar el tipo con paz y serenidad. 

Nosotras las mujeres, que por nuestra naturaleza somos (en general) más serviciales y cariñosas, vemos más allá de lo concreto y material, por intuición o perspicacia, o ambas. Y sin darnos cuenta, nos gustaría que los hombres que tenemos cerca apreciasen ese TODO que vivimos, sentimos y sufrimos, y, además, que lo vean con nuestros mismos ojos. Sin embargo, esto solo es fruto de nuestra imaginación, y ésta solo existe en nuestra mente. Así que dándole vueltas de que si ésta, éste o la otra... fueran de otra manera, o porqué se sufre tanto, o porqué no llegan ya las vacaciones, o porqué me roban la paga extra, pensar y darle vueltas a cosas inútiles, se convierte en una pérdida de tiempo. Así que lo mejor es buscar la paz en la oración diaria, mirando a nuestra Madre del cielo, pedirle ayuda, tomar infusiones relajantes, que además son diuréticas, vigilar la presión sanguínea no sea que del subidón de los disgustos o las discusiones, nos vayan a salir todavía más arrugas, pues por más discutir no vamos a ganar más batallas. 

07 abril 2013

El Matrimonio y la Eucaristía



Siempre se puede velar a Jesucristo ante el Santísimo Sacramento y muy especialmente el día de la semana jueves, y los esposos cristianos pueden hacerlo pidiendo conjuntamente por el fortalecimiento de su unidad.*

“Velar matrimonialmente con Jesucristo

Los esposos solos no pueden amarse. El amor lo han aprendido en una familia, y con su familia construyen a su vez la sociedad. Por eso su amor no es algo privado que solo les concierne a ellos.

La liturgia de la Iglesia en que celebramos el matrimonio expresa precisamente esto. El amor se expande, se manifiesta a otros, da fruto. En cuanto se cierra en sí mismo, se ahoga y muere. Al entrar en la Iglesia, el amor de los esposos pide ayuda, reconoce necesitar apoyos: los de otras familias, los de la sociedad, de la comunidad creyente, de Dios. La Iglesia, en la liturgia, dice a los esposos algo que necesitan escuchar: <<No estáis solos; yo os ofrezco un gran hogar para que en él construyáis vuestro hogar. Yo os abro mi gran familia para que apoyéis en ella los cimientos de vuestra familia>>

Por eso, hay una relación muy grande entre el matrimonio y la Eucaristía, que reside en que los esposos dice: <<Queremos poner nuestro amor cerca del amor de Jesús; la entrega de nuestros cuerpos cerca de la entrega del cuerpo de Jesús; nuestro sí fiel hasta la muerte cerca del sí fiel de Jesús a su Iglesia>>”.


* Cita de la Vigilia de oración para el Jueves Santo. Jueves 28 de marzo 2013, Magnificat de la Semana Santa de 2013, núm. especial 8. Pág. 105.

06 abril 2013

Comportamientos de auto esclavitud


Todos estamos en contra de la esclavitud, nos parece horrenda, inhumana, injusta en cualquiera de sus formas. Sin embargo, a pesar de ese rechazo inicial, también somos capaces de ejercer sobre nosotros actitudes por las que nos convertimos esclavos de nosotros mismos. En ese sentido, se nos asusta del uso excesivo de los teléfonos móviles. Casi ya no conocemos a nadie que no tenga teléfono móvil o celular. Es difícil plantearse una vida, un negocio, un  proyecto, un plan o un multiplan…, hoy por hoy, sin móvil pues parece que uno tenga que vivir pendiente de aquel mensaje, un whatsApp, una llamada, correo, etc … O que cualquier cosa dependa de una consulta al aparatito, como su fuera un oráculo.
 
Estoy absolutamente de acuerdo con su uso, y no voy comprando cactus para situarlos en mi casa o en mi trabajo para que ahuyenten sus efectos dañinos. Sin embargo, estamos observando que no podemos vivir si tenerlo cerca y en disponibilidad.Siempre tenemos una auto excusa para estar pendiente de una nuevo ruiditoQué será? Quién será? Qué habrá pasado? Qué ocurre? Vemos que muchos niños y niñas no solo dominan su uso con los ojos cerrados sino que ni en clase, en el colegio, saben estar sin él, y los padres y abuelos vamos por el mismo camino. Se está convirtiendo en una adicción. El propio inventor de la telefonía móvil, el americano Martin Cooper, de 84 años, nos lo ha advertido: “Los móviles han de ser nuestros esclavos y no nosotros esclavos de los móviles”, y él fue quien hizo la primera llamada el 3 de abril de 1973!!.

Así que hay que proponerse aplicar la virtud de la templanza, también en esto, y no solo por el gasto que pueda suponer, sino porque es mejor empezar a racionar el uso y disfrute de esta genial tecnología, para no llegar a convertirnos en esclavos de algo material que solo tiene 40 años. La educación en la sobriedad - también en esto - es muy buena para nuestros hijos y nietos, y por supuesto para nosotros mismos.