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10 octubre 2015

¿Hablamos de Dios?

Sobre las puntas de sus pies y como si nada pasase a su alrededor, estas dos amigas hablan de sus cosas. Están en forma, han trabajado muchísimo y tienen un descanso en el ensayo general. Nos es la primera vez que ofrecen al público ese maravilloso espectáculo y lo conocen con los ojos cerrados, pues además fue pregunta obligatoria y muy selectiva, para entrar en el cuerpo de baile de uno de los mejores Ballets de la capital austriaca. Amelie no encontraba el momento para hablar con su amiga de algo que recientemente le había pasado. El ballet era su vida pero había conocido a una persona que le iba cambiar su rumbo….

¿Es de eso de qué hablan estas dos bailarinas? O ¿Quizá una le está explicando a la otra que sus padres y hermanos vendrán al estreno? O ¿Le habla de Dios y le dice que sin ningún género de dudas Dios existe? ¿Se atreve a invitarla a curso de retiro espiritual?


¡Qué sabemos! Sin embargo en cualquier momento podemos hablar de Dios, cualquier lugar es tierra de misión, incluso un escenario. No hay que cerrarse a buscar el sitio ideal pues no existe, como no existen las situaciones ideales. Solo es cuestión de encomendarse al Espíritu Santo, y hablar.

18 octubre 2012

Los hombres no mienten

Es el título de la obra de teatro que se puede disfrutar en Barcelona (España), dirigida e interpretada, entre otros, por el actor Arturo Fernández, un maestro de actores cómicos y elegantes del elenco español. Don Arturo es garantía siempre de pasar un buen rato, de reírnos con ganas, sin embargo en este caso la obra no es cómica en ninguno de sus extremos, aunque los chistes, las coletillas, los gestos y las maniobras en el escenario te rompen a carcajadas en más de una ocasión. 

Y la comedia no es cómica porque el tema recurrente es realmente serio. Todo el guión gira entorno al adulterio en el matrimonio. Se desarrolla prácticamente en dos escenas correspondiendo a dos largos diálogos entre los esposos, y un amigo, víctima también del adulterio de su esposa. Los esposos se plantean ser sinceros y confesarse el uno al otro el número de veces que han sido infieles. No sorprende en absoluto que el varón justifique sus  necesidades sexuales, aunque vacías de amor. Por otra parte, la mujer justifica su experiencia sexual, lésbica o no, como algo normal, con todo ello consigue  fastidiar más a su esposo que le ha estado engañando constantemente por capricho. La puesta en escena es muy buena, llena de tal forma el teatro que parece que uno esté en el mismo sofá del escenario, junto a los actores. En definitiva, considero muy interesante que en Los hombres no mienten se defienda el diálogo entre los esposos en aras de resolver el problema que han planteado, escuchándose y perdonándose.