28 noviembre 2015

Hablar y escuchar sin violencia

Los asuntos de familia son aquellas cosas, cuestiones, problemas, cosillas, (¡sin violencia, claro!!) herencias, hijos ilegítimos…. que no hace falta airear al resto del mundo, aunque hierva al rojo vivo un periodismo que favorece el morbo de aquellas personas que quieren curiosear en esos asuntillos de gente conocida o bien de gente que se presta al morbo para darse a conocer. Creo, no obstante, que esos asuntos es mejor lavarlos en casa, que todo quede en familia sería lo óptimo, lo cual significa dialogar con los miembros de la familia, ponerse en la piel del otro, escuchar, rectificar la mayoría de las veces, tener mucha paciencia etc. 

Pero la realidad no es así, el orgullo nos domina, y a veces no nos damos ni cuenta. De repente un día nos cierran la boca, y al siguiente ya hemos perdido la confianza y no queremos explicar, comentar ni decir nada, pues no queremos que nos lleven la contraria, creemos que no nos van a entender, no nos interesa la opinión del otro porque uno ya tiene la suya… Y más eteces. Por eso me pareció genial la película protagonizada por Andy García (al que cito con cierta asiduidad) que tiene por título Asuntos de familia (2009, USA). García interpreta a un funcionario de prisiones, un simple carcelero.


El film nos ubica en Nueva York, fuera de Manhattan, en una isla en la que se vive muy bien; el que nace allí no se va y el que llega se queda. La playa la tienen a pie de escalera, para broncearse, evadirse, fumar y relajarse, y contemplar la belleza relativa del entorno. 

A pesar de tantos aspectos positivos, la relación entre los dos cónyuges, como con los hijos adolescentes, se mantiene en un territorio comanche, siempre en pie de guerra, sin comprenderse en lo más mínimo. Para suavizar las tensiones que generan los personajes, se entremezclan escenas cómicas y chocantes, en el que tienen muy buen juego los personajes secundarios. La parte del desenlace es realmente dramática, muy en sintonía con la realidad de las familias actuales (pasadas y futuras). Pero el follón se ha de solucionar, el espectador no puede quedarse con un nudo en el estómago. Se introduce entonces el diálogo, aunque sea a gritos. Finalmente uno a otro se escuchan… y tú te sonríes y aplaudes en la butaca de tu salón.

26 noviembre 2015

En África quieren al Papa

El Santo Padre Francisco está en el corazón de África: Kenia, Uganda, y la República Centroafricana son sus destinos en estos días. Se le aconsejó que no hiciera el viaje, pero a Francisco solo le preocupan los mosquitos. 

Recemos por él, por las persones que le acompañan y por los colaboradores que han hecho posible que Francisco haga uno de los viajes más importantes de su pontificado. La oración fiel y confiada, nunca cae en saco roto.

14 noviembre 2015

Sembrando el terror


7 atentados de odio y maldad, en #París. Se ha utilizado el nombre de Alá para ejecutar la masacre. Dicen que Alá es Dios. Sin embargo, el poder y la sabiduría de Dios no quiere la barbarie. 

Están equivocados los que lo invocan para ejecutar el mal, sembrar odio y terror, pues Dios, el verdadero Dios, es Amor. 

No cesemos de rezar. 

 

08 noviembre 2015

¿Vivimos en las apariencias?

Las redes sociales también se han convertido en un mundo de apariencias y no de verdades. ¿Todo el que escribe, se cree lo que escribe?

Es una cuestión que podríamos plantearnos pues podemos estar escribiendo, por ejemplo, sobre la unidad y la indisolubilidad del matrimonio como las características firmes del matrimonio, pero a la hora de vivir el propio matrimonio nos desparramamos y la virtud de la templanza queda en un cajón para cuando nos convenga aparentar ser buenas y delicadas esposas, o en su caso, ser buenos y delicadas esposos. ¿Vivimos en la apariencia de un matrimonio ejemplar a los ojos de los demás, y luego al entrar en casa, cada uno hace su vida al margen del otro? ¿Vivimos en la apariencia de ayudar a nuestros hijos y nietos, lo hacemos saber al mundo entero, y luego todo son lamentaciones?

¿Vivimos en la apariencia de ser un buen sacerdote católico, junto al Santo Padre y luego le robamos a la cara? ¿Vivimos en la apariencia de ser un purpurado sabio y genial y luego con el dinero de los pobres lo desvío para el apartamento? ¿Vivimos con todos los derechos que nos da la Ley y luego nos proclamamos independientes al margen de la Ley?

¿Cuántas apariencias somos capaces de representar?


La vida no es una obra de teatro que representamos a la vista de los demás, y luego, cuando conviene, nos desmaquillamos y salimos de las bambalinas. La vida del cuerpo con el alma es un periodo cortísimo dentro de la eternidad, en la que tenemos la oportunidad de vivir como somos pero a imagen y semejanza de Dios. Y Dios no es una apariencia de ser algo y parecer otra cosa, Dios es real, pues Dios mismo es ser y esencia de todo.  

Parece pues que la hipocresía de la que tanto se habla en el Evangelio y que Jesús mismo recrimina a unos y a otros, sigue siendo un pecado vivo y presente del que nadie se escapa de la tentación, y muchos de la comisión.