30 octubre 2013

Volver a amar

Según nos explica el señor Alfonso Méndiz en su web sobre Cine y Publicidad, una de nuestras webs favoritas, el vídeo del que adjunto el link ha salvado matrimonios: 

Es un vídeo breve de 5 minutos, mezcla de emoción sincera y pinceladas tragicómicas, que formó parte de aquel precioso filme  “París, je t’aime”. De los 18 cortos allí reunidos, éste de Isabel Coixet es quizás el más valioso.Su historia nos habla de volver a amar cuando el amor parece perdido, o, mejor, cuando los sentimientos se han esfumado. Nos habla de volver a “valorar” al amado: volver a descubrirlo y volver a enamorarse. En el fondo, su mensaje se resume en esto: amar da sentido a nuestra vida, y da sentido a los sacrificios más costosos, a todo lo que podría ser monótono. 

A mi me ha gustado mucho y por eso lo quiero compartir con vosotros. Es muy recomendable, también para los no casados pues cualquiera de nosotros puede ayudar a un familiar, a un amigo, a un hijo... a salvar su matrimonio. 

El video que ha salvado matrimonios

27 octubre 2013

El nombre del Matrimonio

Se explica la historia de una mujer que tenía en su casa un piano, ella lo tocaba con mucha frecuencia, y con mucha insistencia. Ocurrió que un día oyó que sonaba el timbre de su casa, desde la calle. No esperaba a nadie, no solía tener visitas. Así que sorprendida, acudió al recibidor de su casa dándole vueltas, y pensando en quién podría ser. Estuvo tentada en no contestar. Finalmente descolgó el interfono y dijo:
- ¿Quién es?
Una voz ronca y de hombre le respondió -Soy el afinador de pianos.
La mujer se quedó más sorprendida todavía, y gritó ¿Cómo?, ¡si yo no he avisado al afinador!,
Aquella voz le habló, con una sonrisa en los labios imperceptible para ella, diciendo:
- Sí señora, usted no lo ha hecho, pero los vecinos ¡SI!


Y efectivamente, no llamamos al afinador. Pero no esperemos a que alguien lo haga por nosotros. Hemos de tener en cuenta que nuestra vida, es decir todo aquello que hagamos, tiene repercusiones buenas o malas hacia los demás. Siempre reciben las consecuencias más inmediatas, los que están más cerca, nuestro esposo (esposa, en el caso de ellos), los hijos, otros familiares, vecinos, compañeros de trabajo… Todos somos responsables de las almas que nos rodean, para bien o para mal. Si sobreabundamos en vida interior, nuestra repercusión hacia los demás será más buena. Y para ello hemos de REZAR, y eso no significa haberse santiguado ayer…sino cada día, y hacer una ratito de oración, leer el Evangelio y también algún libro espiritual o de vida de santos, rezarle a la Virgen santísima un rosario, y por supuesto oír la santa misa. Todo eso nos hará crecer en vida interior. 

Y además cuando recemos por los demás, decir los nombres, sus propios nombres. En el Matrimonio, el  nombre es el de nuestro marido, ese es el nombre básico de nuestra vida, e ir añadiendo todos y todos los nombres de los demás. Pues rezar no es un complemento, es el fundamento de nuestra vida para llevar almas a Dios, pues lo que realmente queremos es llegar al Cielo y encontrarlas a todas!

21 octubre 2013

Yo me quedo con Dios

No va desencaminado el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, el Dr. Juan Antonio Martínez Camino, cuando refiere que el matrimonio homosexual es diabólico, palabras que también se le atribuyen al Papa Francisco, cuando era Arzobispo de Buenos Aires en Argentina. Aquí no nos referimos a las personas que son homosexuales, nada más lejos de nuestro sincero interés. A cada cual se le ha de querer en su condición y con extrema caridad, según nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica. Además son hijos de Dios como cualquiera. Nos referimos a los actos humanos, que pueden ser buenos o malos.

Los actos moralmente malos pueden crear estructuras de pecado, tele dirigidas por el diablo, que existe sin lugar a dudas, pero sin aquel aspecto que le atribuye el teatro o el arte, es decir, no es de color rojo, no tiene cuernos ni larga cola. El diablo es un espíritu malo, que alimenta la maldad y se abasta de personas que desconocen el bien de Dios y las lleva a su interés para destruir, o intentar hacerlo, todo aquello que Dios ha creado y ama. En esas cosas, usa a su antojo, con deliberada maldad, a aquellas personas que practican actos inmorales. A veces estos actos son fruto de la ignorancia, o del vicio, o de la desorientación. En esas debilidades, el diablo se lleva a hombres y mujeres, sin darse ellos cuenta, adónde le apetece. En este sentido, la desviación en contra del matrimonio natural, va creando una estructura peligrosa, equiparando en la base las uniones entre personas del mismo sexo a las uniones heterosexuales. A tal desviación sobre la ley natural, ya se van sumando otras uniones, en aras de no molestar a nadie y de que todo vale, es decir, al relativismo práctico. Hemos leído recientemente, por ejemplo, el caso de aquella mujer que se ha casado consigo misma; o las ya conocidas uniones entre perros, bendecidas por personas; o la señora que se casa con su gato, o cualquier cosa por el estilo. Esta estructura diabólica, compuesta de actos inmorales es lo que se llama estructura de pecado. Aquí no se ataca a las personas, sino a sus actos, pues muchísimas veces no conocemos la moral de los actos que realizamos y nos lleva a errar, incluso a los más puestos y doctos.

En paralelo a esta desvirtuación del matrimonio natural, debido al diabólico plan referido, se está estudiando en Europa el crecimiento de la poligamia por parte de hombres y mujeres musulmanes que, como sabemos, en su religión estos matrimonios están permitidos, mientras el hombre pueda mantener a sus esposas. En cualquier caso, el Matrimonio católico recibe los envites de una sociedad que lo admite casi todo, menos a Dios, aunque esté en peligro su propia naturaleza original. Entiéndase que la unión que no sea entre un hombre y una mujer es totalmente estéril y no reporta nada a la sociedad. Y cualquier tipo de poligamia, es denigrante para las mujeres que forman parte de esa unión y para la sociedad en la que viven, pues la mujer es apartada por el interés sexual y exclusivo de un varón que se encapricha por más de una mujer, relegándolas a ser solamente un objeto de su deseo.


En definitiva, las personas, los seres humanos, podemos hacer el bien o podemos hacer el mal, el cual no siempre lo reconocemos como tal, pero el diablo sí lo sabe. Y aquí nadie se ha de ofender pues nadie es más perfecto que Dios, todos nos equivocamos, y todos ¡todos! tenemos tentaciones hacia el mal.

Así que yo prefiero amar y creer en todo aquello que Dios ha revelado y ha revelado de sí mismo. Y si Dios nos dice que lo mejor para un hombre y una mujer es unirse entre sí, ser una sola carne, multiplicarse y amarse hasta la que la muerte los separe, me quedo con ello y dejo estar otras uniones más materiales que sagradas y que no llevan más que al precipicio de uno mismo.

19 octubre 2013

¡Estoy ojiplática!

Es decir ¡Asombrada! ¡Sorprendida!  Pues hemos conseguido publicar ¡400! artículos nuevos y diferentes sobre el matrimonio católico en 946 días con 55816 visitas de todo el mundo especialmente de América, de norte a sur; de Europa, a resaltar España, Alemania y Rusia; y de Asia ¡China!; y más lejos de nosotros ¡Australia! Si nos sigues en el Twitter, 927 twitts. Y todo ello sin publicidad. 
Vosotros, nuestros seguidores, amigos, colaboradores, lectores, visitantes, lo habéis hecho posible. 

Mi marido, Joan, y yo os damos las gracias por tanto entusiasmo 
en seguir leyéndonos y twitteando.

17 octubre 2013

Amor fiel y exclusivo

Releer los textos del Magisterio de la Iglesia abre siempre luces en nuestra alma y en nuestro corazón sensible. Por ello es muy recomendable volver a ellos para hacer un repaso o iniciar una lectura interesante. 

Hoy proponemos la Encíclica Humanae Vitae la cual se centra en el tema de la transmisión de la vida, concedida a los esposos como colaboradores de Dios. Esta encíclica la publicó Su Santidad Pablo VI el 25 de julio de 1968. En los puntos 8 y 9 el Papa escribe sobre el amor conyugal al cual le atribuye las características de: amor humano, total, fiel y exclusivo hasta la muerte, y fecundo. Estos aspectos básicos nos pueden llevar a la reflexión interior de cómo vivimos en el seno de nuestro matrimonio estas características que lo conforman.

El amor conyugal

8. La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, "el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra". El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para
colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas.
En los bautizados el matrimonio reviste, además, la dignidad de signo sacramental de la gracia, en cuanto representa la unión de Cristo y de la Iglesia.

Sus características


9. Bajo esta luz aparecen claramente las notas y las exigencias características del amor conyugal, siendo de suma importancia tener una idea exacta de ellas. Es, ante todo, un amor plenamente humano, es decir, sensible y espiritual al mismo tiempo. No es por tanto una simple efusión del instinto y del sentimiento sino que es también y principalmente un acto de la voluntad libre, destinado a mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los esposos se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos alcancen su perfección humana. Es un amor total, esto es, una forma singular de amistad personal, con la cual los esposos
comparten generosamente todo, sin reservas indebidas o cálculos egoístas. Quien ama de verdad a su propio consorte, no lo ama sólo por lo que de él recibe sino por sí mismo, gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.

Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con plena conciencia el empeño del vínculo matrimonial. Fidelidad que a veces puede resultar difícil pero que siempre es posible, noble y meritoria; nadie puede negarlo. El ejemplo de numerosos esposos a través de los siglos demuestra que la fidelidad no sólo es connatural al matrimonio sino también manantial de felicidad profunda y duradera.

Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los esposos sino que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas. "El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres". 


Encíclica Humanae Vitae

15 octubre 2013

Vivir a tu lado

Cada día surgen más ejemplos de personas longevas. En España viven 8680 hombres y mujeres de más de 100!! Años. Los estudios gerontológicos indican que se vive más años pero en el caso de que la persona haya podido vivir una vida ordenada y metódica, estabilidad que la posibilita el seno del matrimonio con hijos, por la necesidad de establecer un orden de horarios y actividades familiares, además de las alegrías que siempre aportan los más pequeños, emoción que se transmite por generaciones, disfrutando los más pequeños junto a los más mayores de la familia. 

Todo ello conlleva a trabajar en cualquier tarea doméstica, profesional o de voluntariado, llenando de trabajo bien cumplido el inexorable minuto de sesenta segundos, como así escribió el británico Ruyard Kipling de cuya esposa, Carrie, se decía que la flojera y la Sra. Kipling no podían estar en el mismo lugar.


11 octubre 2013

la emoción de la ira

¿Cuántas veces nos enzarzamos en discusiones en el seno del matrimonio? Es evidente que hay que hablar, dialogar, discutir, poner en común, llegar acuerdos, pactos…. Pero no siempre ponemos buen tono, nos enfadamos, nos sube la presión, tenemos ganas de pronunciar palabradotas, las decimos…, en definitiva, nos desgastamos y faltamos a la caridad. Veamos pues si gestionando bien las emociones, es decir, aplicando las herramientas de la inteligencia emocional, podremos ser capaces de conversar, escuchar, hablar, aunar posiciones, sin demasiado desgaste y además felices.

Hay temas muy importantes en el matrimonio que requieren horas como pueda ser la educación de los hijos o la suscripción de una hipoteca; otras veces, es simplemente decidir sobre qué marca de macarrones hay que comprar para cocinarlos con un buen picadillo de carne. No todo es igual de importante ni con todo hemos de poner la misma energía. En lo que ahora llamamos inteligencia emocional*, uno de los campos es el de identificar las emociones humanas básicas y qué desgaste de energía realizamos con ellas.

Par el caso de aquella reacción emocional como consecuencia de la ira, una reacción bastante difícil de controlar, podríamos estudiar y reflexionar algunas frases y escoger una o más para utilizarlas en aquellos momentos en los que a veces nos parece que estamos en medio de un territorio comanche. Utilizando nuestro auto conocimiento, nos pararemos a escuchar, a no decir burradas, a valorar otras posiciones, y a amar mucho más a nuestro esposo (o esposa en caso de ellos).

(Supuesto práctico) Hemos de partir de la base que ahora nos encontramos pensando en una situación que nos ha generado un buen enfadado, hemos reaccionado mal, hemos gritado, incluso con palabras malsonantes y de nada ha servido todo el lío que se ha montado. En frío, nos damos cuenta de ello, lo cual ya es valiente porque estamos examinando nuestra conducta. Así que, ahora, con serenidad, haremos la elección de una (o más) frases que nos ayuden a dialogar de nuevo pero con tranquilidad, sin demasiado desgaste, pues cualquier discusión puede dejarte hecho polvo, y minar el matrimonio.

Los pensamientos han de intentar ser positivos, aquí van unos cuántos, el resto es cosa vuestra:

Esta vez no me ha salido bien
La próxima vez será mejor
Yo puedo
“Tú si que vales”
“Chin! Pues algo tendré que aprender”
Basta!!
Adelante!
He tenido un mal día
A la tercera va la vencida
Suerte y al toro!
Mañana será otro día
El No ya lo tienes
Para y piensa


*Mis saludos a la psicóloga Mónica Lapeyra

05 octubre 2013

Amar en los sueños

La eutanasia legal o ilegal es directamente matar a una persona que nos hace sufrir o la vemos sufrir tanto que no lo podemos soportar. Sin embargo es de admirar y copiar el ejemplo de muchas personas que pudiendo suprimir esa carga emocional tan impresionante, la convierten en esperanza, poniéndose en manos de Dios. Así vemos el transcurso de los 29 años de la vida de una una mujer que los vivió en estado de coma, llamada Anne Saphiro, cuyo esposo la cuidó sin respiro durante todos esos años. Ella durmió extensamente todo ese tiempo y Martin la cuidó hasta el extremo. Ahora esta historia se ha despertado de nuevo para hacernos ver que aún y a pesar del sufrimiento de esos sueños casi sin fin, nuestra actitud de amor, de paciencia y esperanza nos puede hacer personas todavía mejores, más llenas de Dios por nuestra identificación con Jesucristo y sin ensuciarnos las manos con un homicidio. Anne y Martin se habían casado para siempre, ella entró en coma a los 50 años y se despertó a los 79, y sobrevivió a la muerte de Martin de tal manera que llegó a vivir hasta los 90 años!



(Al pie sigue el link de toda la noticia)

01 octubre 2013

Sal y luz

En el matrimonio se dan situaciones que pueden dificultar su paz y su crecimiento. No hay situaciones fáciles. No hay situaciones únicas. No podemos resolverlo todo. No sabemos nada, o casi nada. Por ello hemos de acudir a los moralistas cuando surgen esas situaciones que no entendemos muy bien y por ello nos tiramos a la crítica. Los moralistas son los sacerdotes. Los sacerdotes católicos son los que han de resolver los casos de moral de los cónyuges. A ellos hemos de exponer nuestras consultas, nuestras dudas, pues en materia de moral cristiana son los que saben más. Es conveniente que se traten individualmente los casos, pues cada uno tiene su respuesta aunque muchos se parezcan entre si. 

La Exhortación apostólica “Familiares Consortio”, del beato Juan Pablo II, y que hemos citado ya varias veces en este blog, recoge en abundancia toda la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia. Para las situaciones difíciles el Papa se dirige a la ayuda de la comunidad eclesial, no es pues un comentario gratuito que hoy hacemos, es una exhortación del Papa.

“[…]..Otros momentos difíciles en los que la familia tiene necesidad de la ayuda de la comunidad eclesial y de sus pastores pueden ser: la adolescencia inquieta, contestadora y a veces problematizada de los hijos; su matrimonio que les separa de la familia de origen; la incomprensión o la falta de amor por parte de las personas más queridas; el abandono por parte del cónyuge o su pérdida, que abre la dolorosa experiencia de la viudez, de la muerte de un familiar, que mutila y transforma en profundidad el núcleo original de la familia…[…] En estas diversas situaciones no se descuide jamás la oración, fuente de luz y de fuerza, y alimento de la esperanza cristiana.” (Extracto punto 77).

Así se da el caso de matrimonios civiles que por estar bautizados, los cónyuges puedan creerse que están casados ante Dios; o aquellas parejas de cristianos que no se casan, aun pudiendo, para no perder la pensión del estado; o aquellas parejas que estando casadas por la Iglesia, se divorcian y se vuelven a casar por lo civil… todos ellos y todas ellas ¿Pueden oír misa? ¿Pueden comulgar? Estos son planteamientos generales que muchos conocemos. Si se precisa una respuesta porque un familiar o una amistad están en un caso igual o parecido, hay que consultar al sacerdote, y, a ser posible, que la hagan los propios interesados. El Espíritu Santo hará el resto.

De esta manera podremos ser luz, con nuestra oración y consejo, y sal, al ser sembradores de paz y alegría en la familia y en las amistades.