08 diciembre 2012

La Virgen María ha permanecido pura


En un día como hoy, en el que celebramos con gozo la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, podemos aprender un poco más de lo trascendente de este dogma acudiendo, como se nos viene recomendando, a la fuente de la doctrina, es decir, al Catecismo de la Iglesia Católica. Este Año de la Fe es una buena ocasión para iniciar una lectura pausada de todo el libro, de 2865 puntos a cual de ellos más importante. 

En el capítulo dedicado al Credo, oración que resume toda la doctrina cristiana, en cuatro puntos se explica qué significa y por qué María, la Madre de Dios, desde el momento de su concepción estaba libre de pecado, a diferencia de todos nosotros, de todos los seres humanos, que hemos nacido heridos con el pecado original.

Hemos de recordar que la Inmaculada Concepción de María no solo es patrona de España, sino también de los Estados Unidos de América, Portugal, Corea, Nicaragua, El Salvador, Filipinas y Polonia.

La Inmaculada Concepción

490 Para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante" (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como "llena de gracia" (Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios.

491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:
«... la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).

492 Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción" (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" (LG 53). El Padre la ha "bendecido [...] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha "elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor" (cf. Ef 1, 4).

493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.”

*El cuadro es de Murillo, La Inmaculada del Escorial