12 diciembre 2012

La dignidad de la mujer a precio de meretriz


Una marca de moda tiene la mala tendencia de hacer campañas publicitarias desagradables por el solo hecho de llamar la atención. Y como está de moda también el relativismo, es decir, haz lo que quieras mientras a mi me de la gana, a la vuelta de esas campañas todavía vende más. Sin embargo, la inmoralidad constante de sus anuncios se ha de denunciar. En esta ocasión no te dan un vale de regalo si entras en la tienda desnudo o desnuda, es decir, vendes tu pudor por un jersey o un abrigo, sino que la campaña le propone a la mujer ser una puta y además queda bien, es decir te compras esas prendas de vestir y eres la meretriz mejor cotizada de tu barrio, de tus amigos, de tu casa, de tus vecinos, de la universidad, de tu trabajo…, pues todo vale. Con esa ropa, te ganas a tu jefe, y atropellas a lo que haya por delante, una esposa, una vida....y tu jefe como un tonto, caerá en tus brazos porque esa ropa es como un talismán.

Me parece que ese planteamiento es inmoral, la dignidad de la mujer para esa marca de ropa no existe, la ha denigrado al solo uso del placer sexual y nada más. Eso no es feminismo ni liberación, pues prostitutas, meretrices, y lesbianas – porque la campaña también va de lesbianas y creo que han de sentirse discriminadas- ha habido siempre, no es ninguna novedad de nuestro tiempo ni de nuestra modernidad. Las mujeres, las hijas, las madres, las esposas, las abuelas, hemos de levantar nuestra dignidad haciéndonos respetar, no somos un objeto creado solo para el placer del jefe o de la amiga lesbiana de turno, ¡no! señores y señoras, somos un ser digno, pues somos hijas de Dios, dotadas de una inteligencia, de una voluntad, de un cuerpo, de un corazón, de un todo que envuelve un alma sagrada.

Yo sí que voy contra corriente y soy rompedora, pues abogo por una mujer digna en el todo antropológico y divino para el que fue creada, y todas las mujeres son así, aunque unos u otras como tienen en su vientre el poder del dinero y de las cosas, no aprecian la belleza de la mujer en toda su totalidad.