27 diciembre 2011

El árbol cristiano

En el variado entorno en el que vivimos y sobrevivimos nos dicen que árbol de Navidad es solo un adorno. Pues no, el árbol de Navidad tiene un origen cristiano y un gran sentido teológico.

El árbol contiene tres árboles. El primero es el árbol de la Vida, el árbol del Paraíso, donde puso Dios la creación del mundo, y donde nos puso a nosotros. El segundo árbol es el árbol del Mal que también estaba en el Edén, y del que probaron nuestros padres el fruto prohibido; por eso les colgamos cosas; durante muchos años eran bolas de cristal, luego el plástico se ha cogido el relevo, pero fijaros! con colores atractivos y brillantes, tentadores como la manzana de Eva. El tercer árbol, y más escondido, es el árbol de la Luz y de la Cruz, por eso les ponemos guirnaldas de colores que se encienden y apagan, luces y más luces. Y por fin acabadas las fiestas de las navideñas, el árbol muere, como Cristo para realizar nuestra redención.

Ese es nuestro árbol de Navidad cristiano, aunque sea de fibra óptica o de plástico, aunque lo replantemos o lo reciclemos para hacer abono, pero ese es su contenido, toda una gran catequesis, algo  estupendo para comentar en los encuentros familiares de estos días entrañables.