04 abril 2011

Dísculpame, no era mi intención!

Los expertos dicen: "El defecto dominante es el que cada uno tiende a hacer prevalecer sobre los demás, y como consecuencia, se hace presente en la manera de opinar, de juzgar, de querer y de obrar..." Asi que de alguna manera, mucho o poco, somos vanidosos, impacientes, pesimistas, jueces, etc.Todo ello en el Matrimonio lleva a discusiones, malos entendidos, críticas, errores, recuerdos horrorosos. Pero ¿somos capaces de llevar nuestra cuenta de defectos? ¿nos hemos parado (a solas, en silencio y sin interrupciones) a escribir uno por uno los nuestros? ¿sabemos realmente cuales son de verdad?.
Este es un ejercicio de mucha humildad!, y no suele apetecer hacerlo, salvo que luchemos para intentarlo. Asi que si no podemos, de momento, escribamos los de nuestro cónyuge, nos desahogaremos como mínimo a solas, luego más tranquilos, otro día, podremos escribir los nuestros, es decir enfrentarnos a ellos con sus nombres, porque los habremos puesto nosotros. A partir de ahí, veremos cómo ayudamos a nuestro marido (o esposa) a corregir los suyos, y a su vez haremos buen camino para los nuestros, y poco a poco, durante toda esta vida de lucha y de amor, nos haremos dulces como la miel de las mil flores y las mejores amantes aunque solo lo seamos con aquella sonrisa de la delicia de la madurez.